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Una camarera se encontraba observando a esos dos hombres, a ese que le gustó y al otro que la humilló, pero ese se las iba a pagar, la oportunidad de su vida se la arrebató un hombre que parecía muy maduro pero no era más que la mentalidad de un mocoso, y si la humilló ella le enseñaría que una mujer tan hermosa como ella no se humilla.

Se fue a la cocina a conseguir una bebida, una bandeja y un pañuelo, seguidamente se encaminó hacia ese par de hombres, con un paso sensual mientras ellos observaban la ventana, "tonto, pero hasta románticos parecen" pensó enojada.

-Hey rubio- Le llamó con una voz fuerte y ambos volvieron a ver - Toma- Dijo acercándole el vaso a Bran, y le hechó encima todo el fresco de naranja.

- Estúpida, ¿Qué te pasa?- Dijo tratando de levantarse, pero Ryan le agarró de la mano um poco más fuerte provocándole dolor y deteniéndolo.

La camarera no había visto hasta ese momento que estaban tomados de la mano, haciendo una cara de asombro.

- ¿Qué vez perra? ¿Nuestras manos?, Oh eso no es nada, mira - levantó la mano de Ryan enseñándole el anillo y el de él- Estamos casados, y no vamos a dejar que una vieja con ojos de renacuajo se venga a interponer en nuestro matrimonio no has sido la única reina.

Ryan trató de reír por semejante mentira, pero Bran le dió un codazo susurrándole en el oído que dijiera algo, con una voz tan suplicante y suave que le causó unos escalofríos a Ryan.

- No has sido la única como dice mi bombón, no necesitas llegar a un hombre con un escote sin abrochar, ni con un exagerado maquillaje, con naturalidad puedes, pero tienes tanta inseguridad en tí que necesitas enseñar todo, por eso lo amo a él, no ocupa maquillaje, no necesita pechos grandes, ni extensiones, como ves, tiene un hermoso cabello, y sus ojos son más que hermosos, me enamoró con su encanto, su sonrisa, su sencillez, ese lunar en forma de corazón que tiene en el ojo me enloquece- Dijo viéndolo fijamente con una "falsa" sonrisa, pues en algo tenía razón y era que Bran era muy natural y sencillo- me enamoró por completo y tú no arruinarás esto- Dijo viéndola con cara de asco- Ahora somos felices- Le agarró de la nuca a Bran y le dió un largo beso, acelerando el corazón de ambos, sus mejillas se tornaban rosas, pero no impidió que lo disfrutaran, se sientieron como adolescentes.

- ¿Qué está pasando aquí Lucía?- Llegó interrumpiendo un señor de edad media

- Je-jefe- tartamudeó la mesera con la cabeza gacha, no sabía que el jefe iba a bordo.

- Alguien que me explique ya mismo.- Ordenó en un tono grave, sabía que algo sucedía y quería la verdad.

Una sonrisa maligna se apareció en los labios de Bran.

- Cómo verá señor, recién nos montamos en este avión se apareció esta señorita con el escote que se le veía todo, y las extenciones las tenía desarregladas, o sea totalmente desaliñada, además le estaba coqueteando a mi esposo y yo como un buen esposo celoso le dije sobre su mal aspecto, hasta hace un momento se apreció de nuevo aquí, y me regó fresco de naranja encima, por que según ella le quité la oportunidad de estar con él- Dijo señalando a Ryan- Le dejamos en claro que estamos casados y no vamos a dejar que arruine nuestro feliz matrimonio- Dijo con enojo en la mirada viendo a la apenada camarera- Eso es lo que ha sucedido señor.

- ¿Es cierto eso Lucía?

- No volverá a suceder señor.

- Estás despedida, yo no contrato mujeres con la dignidad por el suelo corrumpiendo de tal manera a mis clientes, a partir de mañana no te quiero volver a ver.

Dicho esto él se fue, y ella se disculpó llendose momentos después, con un paso lento y la cabeza gacha.

- Lamento el beso, era para que se creyera sobre nuestro "matrimonio", nunca le había dado un beso a un hombre, fue muy extraño- La cara de Ryan estaba rojisima de vergüenza, no lo podía creer, pero después de todo fue como un impulso de momento.

- No te preocupes yo te lo pedí, dejemos el tema.

- Vale, ¿cuántos años tienes?

-23, me estoy haciendo viejo.

- No es por ofenderte pero pareces como de mi edad.

- Eso me lo dicen siempre, pero no soy tan joven, aunque no lo voy a negar, mírame soy jodidamente sexi y guapo.

- Ohhh se te subió el ego- y se hechó una fuerte carcajeada- ¿Podrías darme tú número? Sería bueno tener un amigo- Preguntó con cierta vergüenza

- Claro que sí- Sacó una tarjeta de su billetera y se la entregó.

Al momento de hacer contacto con la mano se miraron, poco a poco se iban acercando, hasta que...

- Lamento interrumpirlos, como mi disculpa e conseguido esta camisa, perdón por regarte el refresco, fui muy inmadura.

Ambos la miraron asombrados, ella tenía unos pantalones flojos, un gran abrigo blanco con gorro y una coleta, sin nada de maquillaje.

- ¿Así eres siempre, tu vestimenta?-

- Sí, así me visto siempre- Dijo sonriendo.

- Así te ves súper bella, lamento si te ofendí- Se disculpó un triste Bran, pues seguro la ofendió.

- No te disculpes fue mi culpa, ahora solo me toca buscar trabajo ¿Quieres la camisa?

- Quizá yo te pueda ayudar a buscar uno como disculpa- Dijo tomando la camisa- Regalame tú número y yo luego te contacto

Ella le dió el número, no se negó porque necesitaba uno, en ese de camarera, su propio jefe la acosaba, no sabía porqué le coqueteó al de ojos celestes, pero eso no lo haría más, era seguro, ellos tenían razón, ella era muy insegura y eso ya iba a cambiar.

- Iré a cambiarme a los baños, ya vuelvo.

- ¿Te puedo acompañar Bran? Necesito ir.

- Claro, ven.

Ambos se pararon de sus asientos, y se encaminaron al baño, a Ryan le daba miedo quedarse solo, por eso lo acompañó, pero iba tan distraído que con su mano sin querer le tocó una nalga a Bran, ganándose un manotazo por su parte.

Ryan se quedó mirando como Bran quitaba botón por botón, hasta que llegó al final, su cuerpo, era tan perfecto, tan trabajado, quedó embobado.

- ¿Qué tanto ves tú?

- Ah yo, emm tú cuerpo, me gusta, digo.... Es muy lindo, muy.... - Calló al darse cuenta de sus palabras, no sabía qué le pasaba.

- Para ser un hombre casado, me sorprende como hablas, pero gracias, el tuyo también no está nada mal, y de tú trasero mejor ni hablar- Sonrió de lado, poniéndose la otra camisa, "ese chico es muy tímido" pensó al verlo sonrojase y ocultarse en su risado cabello.

Cuando regresaron a sus asientos tomaron sus manos y quedaron al instante dormidos

La inseguridad nos aleja de las personas, del trabajo, de nuestra misma persona hasta que llega el punto en que debes aprender a ser seguro para valerte por tí, para amarte como debe ser y no buscar ese amor en otras personas, porque nunca será tan fuerte como el que nos tenemos a nosotros mismos.

⬛Padre Adolescente▪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora