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Ryan:

Y aquí me encuentro 10 días después de el encuentro que tuve con Bran, me quedé unos días donde mi amiga Sami, para ponernos al tanto de lo que ha sucedido pero como nunca llegó, preferí venirme frente a la casa de mi infancia, esa, donde he paso cosas inmemorables tanto buenas como malas.

Toqué el timbre, mientras observaba la alfombra, una color roja con amarilla muy linda. Pero nadie ha abierto, así que toque doblemente el timbre de nuevo, y es cuando escucho unos pasos al otro lado de la puerta, junto a mormullos, la típica maña de: 'Ve tú y abre la puerta', 'no, yo estoy muy vieja', 'seguro sonvendedores ya callénse'; nada discretos, es donde me hace pensar que siempre que hacíamos eso seguro quién estaba afuera nos escuchaba, que pena.

Escuché a los segundos un muy profundo silencio, una risita se me escapó:

- Vengo con la palabra de Jehová, por favor abrid un momento la puerta y regalenme un minuto de vuestro tiempo a menos que tengáis tiempo los escucho hasta aquí, dusimulad por lo menos.- Finjí cambiar mi voz.

Hasta que la puerta se abrió totalmente de un solo golpe. Dejando ver a mi abuela Tania, tan elegante como siempre;

- ¡Toma! Porque con la palabra de Dios no se juega mocoso- Me regañó pegándome en la cabeza con un rollo de periódico repetidas veces, su cara arrugada dejaba ver el enfado transformándose a una de sorpresa- ¡Santa cachucha!, ¡por los Dioses griegos!- Simuló caerse hacia atrás, mi abuela solía ser muy dramática, saca cada cosa y de dónde, no lo sé. - ¡ Antonia Isabel! ven a ver que pequeño gusano se encuentra aquí en la puerta- Gritó haciendo que mis oídos dolieran, además, de ese dolor instalarse en mi corazón al escuchar la palabra <<•pequeño•>>, dolía y mucho. Veía como mi madre se levantaba del sofá perezosamente, seguro imaginó que era un gusano de verdad jaja- ¡Corre por Dios vieja culona!

- Ya voy mamà, deja voy por la cámara no dudo que quieras una foto de ese feo insecto,- Dió la vuelta y... Mi corazón dolía más fuerte- no dejes que el gusano se escape- Y así vi como mi abuela se pegó con la mano en su cara, me hizo señas para que me esperara, y ahí, con cara de pena por su hija se fue, literalmente a traersela de las greñas, jalaba su cola y mi madre venía agachada tratando de quitárse la mano de mi abuela de su preciado cabello- Madre es solo un gusano, que escándalo ha..... !! ¡Oh no lo puedo creer!- Casi me caigo de imprevisto cuando sentí a mi madre encima de mí dándome un fuerte abrazo después de ponerse las manos en la cara en manera de sorpresa- Se me había olvidado tú feo apodo, lo siento hijo, no sabes cuánto te he extrañado- Y yo con lágrimas en los ojos le devolví el abrazo, hacía tanto no la veía.

- Hey no se olviden de la linda abuela- Vaya que ego más grande tiene, la abuela se acercó y nos abrazó.

Cuando terminó el gran abrazo nos dirigimos a la sala de estar, nada ha cambiado, aún se percibe el olor hogareño que tanto caracterizaba esa casa, caminé alrededor de esta viendo los recuadros, mi madre salió a un mandado.

- ¿En dónde está el abuelo?

- Tú abuelo se encuentra en el asilo- Dijo tranquilamente leyendo el periódico.

- ¿Qué has dicho abuela? ¿Acaso ya te estorbaba y lo dejaste por ahí tirado a su suerte en manos de quién sabe qué? ¿Te imaginas los tormentos que ha de vivir con tantas personas desconocidas?- Subí mi tono de voz, pero me calmé al recordar que era con la abuela que hablaba, esa viejita terca es capaz de darme fajasos en las nalgas para "corregirme" y creo que es gracias a eso que tengo este enorme trasero si no es por eso es por que lo heredé de mi madre, me avergüenza tanto, todo de mí me avergüenza, no puedo evitar algunas veces ser femenino, lo trato de ocultar la mayoría del tiempo, pero... No puedo.

⬛Padre Adolescente▪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora