Rechazada

Nueve

Pensé que el volvería, siempre tuve esa esperanza de volver a verlo. Pero jamás lo hizo.

Al otro año me licencie. Ese fue uno de los mejores dias de mi vida. Recuerdo que me quede parada un momento al recibir los honores, soñando que el apareceria entre la gente.

Otra decepción más. Pues jamás ocurrió, algunos dicen que volvió con Amber. Pero yo no quería creer, más bien no sabía en que creer.

Ahora ocho años después de que se fue me encuentro ya en mi trabajo. Me convertí en parvularia. Fue algo que siempre deseé hasta el sabía de aquello. Elsa había todo de mi.

Flash back

-¿Qué te gustaría estudiar? -Preguntó acariciando mi cabello.

-Quiero ser parvularia. Me gustaría ser lo.

-¿En serio?

-Si, fue algo que siempre deseé.

-Serias la profesora más bella de todas sabes.

-¿Si?

-Si, muy hermosa -Y termina juntando sus labios con los míos

Fin del flash back

Dios, ya tengo veinticuatro años, debo dejar de pensar en el. Me levanto de la cama lentamente sin hacer mucho ruido.

-¿Amor? ¿Que haces ?

-Nash, sigue durmiendo.

-Tengo que ir a trabajar linda -Murmura apenas.

-Cariño quédate y descansa. Yo ya llame y avise a tu secretaria que no podrías ir.

-Te amo -Susurro.

-Y yo.

A Nash lo conoci en mi segundo año de universidad. Chocamos accidentalmente yo iba rápido caminando y pase a chocar. Recuerdo como si fuera ayer cuando eso ocurrió.

Flash back

Mierda y más mierda. Voy retrasada y de seguro estaré en problemas. Debo un trabajo y ahora voy tarde.

Accidentalmente choco contra alguien tirando mi trabajo al suelo. Inmediatamente me agache a recogerlo pero una mano se interpuso en mi camino.

-Aqui tienes.

-Gracias -Susurre -Y adiós -Corrí.

Fin del flash back

Dos días después volví a chocar con el. Está vez el pidió disculpa cuando se topó con mi mirada e inmediatamente me reconoció.
Luego sólo nos volvimos amigos. Sólo que desde un principio el dijo que quería algo más que aquéllo. Al principio sólo quería que fuéramos amigos. Pero después decidí intentarlo.

Actualmente llevamos tres años juntos. Pero hay alguien que jamás abandonó mis pensamientos y ese fue Tyler. Sólo que cada vez siento que ese recuerdo se vuelve más y más lejano. y vuelvo al departamento encontrando a Nash levantado y con una sonrisa en su rostro.

-¿Pero que haces aqui levantado?

-Decidí levantarme y prepararte algo para comer.

-Pero Nash. Tu estabas con gripe.

-Lo sé mí amor pero ya me siento bien. Y sabes que me gusta sorprenderte -Me besa 》Me gusta sorprenderte《

-Te quiero -Le susurro.

-Y yo a ti. Mañana quiero que vallas conmigo al trabajo.

-¿Mañana? Tengo que dar clases.

-Sabes que no te dirán nada los niños y puedes pedir el permiso.

-Está bien, mañana iré contigo.

Me encuentro arreglando mi vestuario el cual consiste en un vestido gris demasiado claro completamente bordado y un ligero escote entre medio de mis pechos.

-Te vez hermosa mi amor -Susurra apareciendo tras de mi dejando un pequeño besó en mi cuello tras rodear mi cintura. Tomo mi celular y saco una foto del momento para más tarde subirla.

-Y estas muy sexy -Le sonrió.
-No me digas esas cosas. Que debemos irnos.

-Si, nos vamos.

Llegamos a su oficina. Una amplia oficina decorada con fotografías mías y suyas.

-¿Y que haremos hoy?

Al decir eso la puerta se abre mostrando a Verónica su secretaria. Una mujer casa y con hijos. Que yo misma entrevisté.

-Hola señorita Mía.

-Hola Verónica -Saludó.

-Señor aquí está lo pedido -Comenta entregando un sobre a Nash.

-Gracias, puedes retirarte.

-¿Y bien? -Preguntó tras estar los dos solos.

-Esto de aquí es para irnos de viajes amor.

-¿Es broma?

-No, es verdad. Nos iremos tres semanas de viaje.

-¿Pero y mis alumnos? -Reflexione.

-En una semana serán las vacaciones de invierno. Y hay nos iremos a parís.

-Díos te amo -Grite lanzandome a sus brazos.

-Y yo a ti. Comienzan a besar mi cuello seguido adentra sus manos en mi vestido.

-Estamos en tu oficina Nash -Le reclamó.

-Un rapidito -Me suplica.

-Y si...

-Vamos, no pienses en nada Mía.

Y le hago casó. Me olvidó de todo durante unos minutos a su lado.

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-Decías que sería uno rápido.

-No te quejaste cuándo te volvía a...

-No, no lo digas.

-Bien, pero ahora date cuenta que nos iremos a parís. Tu y yo.

-Si. Y te amó -Susurro sobre sus labios cerrando una promesa que se que se cumplirá.