Ángel desterrado

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Lo único que quedaba de mi eran recuerdos.
Recuerdo lo que era, quien era.
Todo era tan hermoso, feliz; nunca me perdonaré haber tomado esa decisión, esa maldita decisión.
Me encontraba solo en el infierno, marginado. Todos se burlaban de mí por haber sido un desterrado ángel de la guarda. Yo sólo hice lo que creí mejor para mí y mi mortal. Ella era la persona más bella del mundo entero.
Pero la perdí, lo perdí todo.
Cuando un diablo había tomado posesión de ella, caí en el pánico, no sabía que hacer, estaba desesperado y desgraciadamente enamorado, así que busqué una manera de liberarla y que pudiera volver a hacer ese ser tan hermoso que habitaba en su interior.
Busqué en todo el cielo, pedí ayuda al omnipotente, pero se negaron. Dijeron que había sido falta de trabajo mío y que era su destino. Pero no lo acepté, así que busque algo más obscuro.
Una falsa divinidad me guió a un demonio que prometió ayudarme a cambio de mis alas y halo, entonces sería un renegado, me exiliarían del cielo y me dirigiría al infierno; pero sólo pensaba en su bienestar, así que acepté.
Nunca olvidaría el dolor, la manera en la que caí hacia esta tierra de lumbre y desgracia, con el constante recordatorio de las burlas y soledad. A veces pienso que hubiera sido mejor seguir las indicaciones de los mayores y darme por vencido, pero decidí mostrar lo peor de mí y traicionar a mi tierra por algo que ni siquiera sé si se cumplió.
No sé si ella se encuentra bien, y si lo está, entonces habría valido la pena.
Pero no lo sabré nunca, y ahora sólo me queda sufrir, sufrir por el resto de mi inmortalidad, hasta que la locura me atrape.

-X.

Relatos Espontáneos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora