Relatos Espontáneos ©

Corre

Está lloviendo, de noche y lloviendo, esto no podría ser más malditamente tenebroso para mí. Me escondo detrás de un árbol, tengo miedo de que me encuentre, no puedo llamar a nadie, él podría escucharme.

Pienso en las posibilidades, si salgo de aquí no tardaría nada en encontrarme y disparar, si me quedo aquí, en el escondite más miserable de todos me encontrará y terminaría igual, mis amigos están demasiado lejos como para llamarlos, o huir con ellos; él es intimidante, probablemente es el mejor en eso, fuerte, rápido, ágil; y el arma no se queda atrás.

Yo sin municiones no podría hacer gran cosa, solo podría correr, y esperar a que lo mejor suceda; a pesar de que ya pensé en esa posibilidad y su resultado me aterraba, corro.

Jamás había corrido tan rápido en mi vida, mis piernas tiemblan y mi respiración se agita. Pienso positivamente hasta que siento como me jalan del brazo.

Ya valí.

Me tira al suelo y se acomoda arriba de mi tembloroso cuerpo, se acerca a mi rostro y con fuerza estrella una bolsa de pintura roja en mi estómago.

-Siempre eres a la primera que atrapo, es casi aburrido Diana- Dice Kaleb burlándose de mí y ayudándome a parar.

-Pues no me atrapes-Digo un poco adolorida por el golpe que me dio, nunca se controla. Aunque no me quejo de sus músculos cuando vamos a la playa.

-Si, bueno, los otros se fueron a la cabaña, esto será divertido-Recarga su pistola Nerf con unos cuantos dardos y le doy la mía.

-Por si te sirve-Me sonríe y se va corriendo, a pesar de la lluvia, espero que se resbale el maldito sensual.

-X