She's My Runner: The Scorch Trials | Minho | TMR

09, Uninvited guests

La luz se había encendido a nuestro costado y nuestras linternas se dirigieron hasta aquel lugar. Era la silueta de una chica de cabello corto, su voz no era grave, pero tampoco tan molesta como la de Teresa cada vez que ruega por la atención de Thomas.

—¿Quien es? —la chica se acercó a nosotros caminando entre los Cranks sin ser tocada. Aquella se trasladaba como si fuese algo de cada día, una costumbre. Se paró frente a nosotros observándonos como si fuésemos más Cranks en su palacio.

—¡Atrás, atrás! —exclamó Thomas acorralándonos más contra la puerta. Los ojos de la chica nos analizaron uno por uno para luego abrir su boca y soltar un comentario un poco obvio para nosotros.

—Lucen fatal —las ganas de responderle habían sido a causa del escenario de Minho —... vamos, síganme —dijo ella.

Se movió dos pasos y volteó esperando a que fuéramos tras ella.

—A menos que quieran quedarse aquí con ellos.

No dudamos en seguirla. La chica nos llevó por lo que parecían ser instalaciones antiguas, nunca con la iluminación que esperaba encontrar. Me encontraba un poco expectante, siempre tenía que haber algo en nuestro camino.

La mano de Minho se había aferrado a uno de mis dedos el cual yo había quitado de inmediato. Su reacción fue poner los ojos en blanco y susurrarme un molesto "Shaaaank"
Aquello me había causado un poco de gracia, pero no era momento de cursilerías o demostraciones cariñosas. Newt había volteado a observarnos sin demostrar emoción alguna en su rostro. Aquello me había incomodado.

Entramos a lo que parecía ser un hangar repleto de gente divagando y fogatas.

—Vamos, no se queden atrás, Jorge quiere conocerlos.

Cruzamos aquel espacio de convivencia dirigiéndonos hasta una escalera. Thomas había hecho lo que le correspondía cuando tenía curiosidad de las cosas.

—¿Quien es Jorge? —preguntó.

—Ya verán —respondió sonriente —Nadie ha salido del desierto en un largo tiempo. Tiene curiosidad... y yo también.

La actitud de Teresa había cambiado al prestarle atención a la chica. La nueva no dejaba de observar y sonreírle a Thomas y eso la había molestado. Mientras continuábamos nuestro camino, la gente se nos acercaba de manera extraña para caminar junto a nosotros.

—¿Alguien tiene algún mal presentimiento sobre este lugar? —preguntó Newt observando a su alrededor

—Tenemos que escucharlo, ver que dice —respondió Thomas quedándose a su lado. Continuamos subiendo escalones hasta llegar a lo que parecía ser algo como una habitación en un espacio abierto.

—Jorge, están aquí.

—¡Diablos! —un hombre, Jorge supongo, se encontraba jugando con las frecuencias de un radio al momento en el que nos presentamos a su espalda. La chica se recostó en un sillón un poco más allá de nosotros. No veníamos solos, hombres habían caminado todo el trayecto tras de nosotros haciéndonos sentir completamente incómodos ante la situación.

—¿Nunca han sentido que todo el mundo está en contra tuya? —preguntó luego de soltar un soplido de frustración. Todos nos miramos confundidos, sin comprender a dónde iba el punto de la pregunta. —... tres preguntas: ¿De donde vienen? —se sirvió un vaso de lo que parecía ser licor —, ¿A donde van? ¿Que gano yo?

Sin saber que responder, todos nos quedamos en silencio.

—No respondan todos a la vez —bufó el tipo.