Los pasos del hombre retumbarán en el silencio del largo pasillo por el que nos dirigíamos. Al entrar al gran casino comprendí con mas claridad. Había una cantidad variada de mesas con más chicos y chicas comiendo en ellas. El hombre apuntó con su índice a la mesa donde pude reconocer la cabellera de Newt.
—¿Que es todo esto?
Newt se hizo a un costado donde tomé asiento.
—Resulta que no fuimos los únicos en un Laberinto.
Minho se pus de pie de inmediato, Thomas se acercaba a los minutos de vuelta con el líder de los corredores.
—¿Que fue lo que sucedió? —pregunté
—Recuerdo explosiones y estos tipos llegaron de la nada —comentaba un chico moreno frente a nosotros —, comenzaron a dispararle a todos.
—Fue intenso —dijo otro de ellos. Minho se sentó del otro lado de Newt junto a Thomas —. Nos sacaron del Laberinto y nos trajeron aquí.
—¿Y el resto? ¿Que pasó con los otros que quedaron en el Laberinto? —Newt se notaba curioso, todos entendíamos que la situación era demasiado extraña.
—No lo sé, supongo que CRUEL aún los tiene.
—¿Cuánto tiempo llevan ustedes aquí?
—No mucho, uno o dos días. El chico de allá lleva mucho más tiempo, casi una semana —Todos dirigimos nuestras cabezas hacia un chico cuello rostro casi era ocultado por el gorro de su chaqueta. Se encontraba solo, en silencio.
—En su laberinto solo habían chicas —dijo alguien.
—¿De verdad? —Observé a Minho de inmediato.
—Algunos son más afortunados...
Una sola señal con mis ojos a Minho fue la advertencia de que los celos habían estado presente. El silencio se hizo inmediato cuando este hombre, Janson, entró con una file de unos tres o cuatro hombres y una carpeta bajo su brazo.
—Damas y caballeros, buenas tardes. Ya saben cómo funciona, si oyen su nombre vengan con mis colegas en orden; ellos los llevarán al ala Este...
—¿Que? —exclamé en voz baja, Newt solo me obligó a mirar con atención a aquel hombre.
—Connor —comenzó a llamar. Los chicos estaban felices, como si salir fuera algo bueno que se anhelaba. No sabíamos... —, Justin, Peter, Allison, "Squiggy", de acuerdo silencio —sonrió —; Franklin y Abigail.
Cerró la lista de nombres con una sonrisa y continuó con su discurso.
—Está bien, saben que si pudiera llevarme a más lo haría, pero siempre hay un mañana, sus turnos ya vendrán. Sigan comiendo.
Todos aplaudieron, con los chicos solo nos mirábamos confundidos.
—¿A donde van? —preguntó Minho atento.
—Lejos de aquí. Malditos suertudos
—A una granja. Un lugar seguro —los dos chicos voltearon —, solo pueden llevarse a unos cuantos a la vez.
—Que diablos... —susurró Thomas. Se puso de pie rápidamente para luego irse caminando. Había gritado por Teresa, pero ninguno quizo influir.
No le tomamos atención, solo continuamos comiendo.Los hombres abrieron la puerta enseñándonos nuestra nueva habitación; Sarten y Winston corrieron escogiendo sus literas de arriba.
—Muy lento —dijo Minho acomodándose en una de ellas.
—Podría acostumbrarme a ellas —comentó Winston.
—Si, no están tan mal.
—¿recuerdas la regla? —pregunté mirando a Minho. Había rodado los ojos y luego se dio la vuelta mostrándome su espalda.
—Que desconsiderado —Suspiré. Thomas le hablaba a Newt de Teresa.
La noche al parecer había caído, las luces se encontraban apagadas. La respiración de Minho chocaba junto a la mía inevitablemente. Solo observaba sus ojos cerrados y su boca entreabierta. Su mano en mi cintura, producto de su sueño. No podía cerrar mis ojos y suponía que alguien más de los chicos podría estar como yo; Thomas lo estaba, pues lavaba su rostro con agua fría mientras el resto descansaba.
—¿Estas bien? —le pregunté en un susurro. Asintió recostándose en su cama sin dejar de mirar hacia arriba hasta que el silencio se vio interrumpido por un pequeño ruido que parecía provenir desde el suelo.
Thomas frunció su ceño sin quitar la vista de mis ojos hasta decidir observar bajo su cama.
—Que diablos... —susurré. Bajé de la cama y seguí a Thomas, quien me había dado la señal de mantener la precaución. Entramos a una especia de túnel escondido en el aire acondicionado. Un chico de cabellos claros avanzaba antes de Thomas arrastrándose por el la angosta tubería.
—Vamos, por acá...
—¡Anda! —animé yo. Continuamos gateando hacia nuestra derecha. Parecía no tener fin.
—Oye, espera, ¿que estamos haciendo?
—Rápido o nos perderemos
—¿Que diablos estamos haciendo? —susurraba Thomas —¿Que estas haciendo?
—Shh —dijo él —, vengan acá... observen.
Los pasos de una mujer se oían acercándose cada vez más. Observamos por una rejilla que la misma mujer que había atendido a Teresa ahora venía con una camilla que más parecía cápsula con alguien en su interior. Había mirado hacia ambos costados antes de deslizar su tarjeta de identificación por la ranura. Dos fueron las camillas que cruzaron la puerta desapareciendo sin dejar rastro.
—¿Que diablos fue eso?
—Traen nuevos cada noche sin falta.
—¿sabes que hacen con ellos?
—No lo sé. Esto es lo más lejos que he llegado. Los conductos. Los conductos ni siquiera llegan a esta sección, pero una vez que entran por esa puerta, no vuelven a salir... creo que en realidad nadie nunca logra salir de aquí.
—No puede ser... —susurré. Thomas me miró sin comprender.
—Vamos, es mejor que salgamos de aquí antes de que noten nuestra ausencia.
—¿Por que nos mostraste esto? —preguntó Thomas seriamente.
—Porque probablemente a ti los demás te hagan caso. Algo extraño sucede aquí y se que ustedes también lo creen.
El chico arrastró sus rodillas por la lata de vuelta por donde veníamos.
—Oye, espera —detuve —, ¿cuál es tu nombre?
—Aris.
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She's My Runner: The Scorch Trials | Minho | TMR
Fiksi Penggemar«Todos los personajes pertenecen a James Dashner. Historia particularmente modificada con la integración de _____ a las Pruebas de Fuego»