yellow hearts ❥ beverly marsh

ᴠɪɪ

-Estoy bien, Stanley. No es nada, sólo creo que necesito algo dulce.

Stanley le entregó un dulce que le había pasado Eddie, que tenía guardado en su mochila.

Para ese momento, Heather ya había perdido el hilo de la conversación, pero no le fue difícil recuperarla al escuchar que Beverly se unía a ella, queriendo saber más sobre el proyecto de Ben.

Marsh se sentó al lado de Bill. Los ojos del nombrado y de Hanscom se posaron instantáneamente en ella, como un imán. Mientras Stanley y Eddie hablaban sobre The Black Spot, el club nocturno que fue incendiado hace años, Denbrough intentaba decirle algo a Bev.

-Tu... T-tu... Tu cabello...

-Tu cabello se ve hermoso, Beverly -completó Ben, ganándole a Denbrough.

Ella sonrió y pasó un mechón de su cabello detrás de su oreja. Se sintió halagada, y algo incómoda con la situación. Bill sólo miró de costado y con detenimiento al niño robusto a su lado, pero no dijo nada.

Heather rió internamente, pero al parecer también lo hizo en voz alta. Se encontró con los ojos de todos los presentes en ella. Iba a decir algo, pero por primera vez agradeció que Richie hablara tanto.

-Son puros asesinatos y niños desaparecidos -opinó sobre el trabajo y le pasó la carpeta a Bill.

-Derry no es como ningún otro pueblo en el que he estado -habló Ben, explicando sobre su investigación-. Se hizo un estudio, y aquí la gente muere o desaparece seis veces más que el promedio nacional.

Todos estaban callados y algo asombrados por lo que Hanscom les contaba, y no se atrevían a comentar algo de ello.

-Y eso es sólo con adultos, los niños son peor, mucho peor -añadió Heather, entrando en la conversación.

-¿También has leído eso? -preguntó Stanley curioso.

-Conocí a Ben en la biblioteca. Comenzamos a buscar información sobre el pueblo juntos, y lo hicimos nuestro proyecto sólo por curiosidad. ¿No les ha contado?

Otra vez, ninguno mencionó nada. Ben sólo miraba a Heather con ojos de arrepentimiento a la vez que sus ojos repasaban el suelo como si tuviera algo de interesante, se había emocionado tanto por sus nuevos amigos que se olvidó de mencionar que su amiga era parte de su proyecto. Pero Weasley lo entendía, él nunca se había sentido parte de un grupo antes, y la nueva atención lo cegó completamente, tanto que quería demostrar todo su potencial ante sus recientes amigos, y sobre todo ante Beverly.

-Tengo más cosas en mi casa, ¿quieren verlas?

Todos aceptaron la propuesta del niño nuevo, después de todo había logrado atraparlos con su búsqueda como una araña a su comida con su telaraña.

Al momento de irse, Heather se dio cuenta que su bicicleta no estaba allí, sino tirada a unas cuadras de la cantera, gracias al aterrorizante episodio.

-Si quieres puedo acompañarte, y luego nos guías hasta la casa de Ben -ofreció Beverly, con una mini sonrisa de costado.

Heather no lo pensó ni un momento, asintió al instante.

-¿Puedo ir con ustedes? -preguntó Richie-. No se arrepentirán.

-No -contestaron ambas en unísono.

Beverly se subió a su bicicleta y obligó a Heather a pararse en la parte trasera. Tenía miedo de caerse, no lo negaba, pero a su vez se sentía en compañía y nerviosa de quedarse a solas con la chica.

El camino hasta encontrar la bicicleta de Heather fue callado, ninguna comentó nada. A Beverly le gustaba sentir las manos de Heather en sus hombros, su agarre era fuerte, pero no le interesaba. Cuando ya ambas se estaban dirigiendo a la casa de Ben, Heather decidió romper el hielo.

-No me gustan los cambios. Es decir, no estoy acostumbrada a ellos -confesó-. Pero definitivamente me gusta tu nuevo corte. Tienes a esos niños colgados de tus dedos.

"Y a mí también." pensó internamente.

Faltaban algunas largas cuadras para llegar a casa de Ben, y quería hablar con la pelirroja un tiempo.

-Gracias -murmuró-. ¿Qué me dices tú? El tonto de Stanley está loco por tí.

Usualmente no usaría esa palabra para describir a sus amigos, pero algo dentro de ella la impulsó a hacerlo. Heather sólo rió y rodó sus ojos.

-Stan es tierno, pero...

-¿No es tu tipo? -sonrió obviamente.

"Tú eres mi tipo." y con ese último pensamiento, decidió que ya no quería seguir charlando sobre ello. Beverly la hacía sentir incómoda, pero de un manera agradable, como si supiera lo que pensaba de ella. Además de que le molestaba que su ropa siguiera algo mojada y se pegara a su cuerpo.

-No tiene chance, ¿verdad?

Y allí Heather lo notó. El tono y la expresión que había hecho al decir esa frase. Beverly lo sabía.

Ahogó una exclamación mientras la bicicleta de Beverly pasaba por un pequeño pozo que hizo que se aferrara más a ella, llegando a clavar sus uñas en su piel.