LA BODA ESCARLATA

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Mi vestido era rojo como la sangre, con diamantes y rubíes en el corsé, el terciopelo acariciaba mi piel y el encaje adornaba perfectamente el hermoso vestido.
Mis damas estaban haciéndole los últimos toques a mi peinado, llevaba una corona hermosa y grande con rubíes brillantes.
Cuando me mire en el espejo y vi mi reflejo pude darme cuenta que después de tanto tiempo por fin iba a obtener lo que quería,.... Pero esto era lo que quería?
Sacudi la cabeza y me deshice de esa idea, claro que era lo que quería, en cuanto hubiera probado la sangre de Enrique podría abrir las puertas de la ciudad y mi ejército podría penetrar la fortaleza para luchar contra el ejército inglés.
-Todo salio como lo plane - le sonreí a mi reflejo satisfecha
-Mamá? - mi preciosa Elizabeth entró a mi habitación y me miro maravillada- Dios mio! Mamá estas bellísima!
-Tu también cariño- dije acariciando su mejilla- escuchame bien Elizabeth, tienes que irte
-Que? De que hablas madre? - preguntó confundida con los ojos muy abiertos
-No puedes quedarte aquí, - le digo lo más calmada que puedo - es peligroso para ti, en cuanto mi ejército entre a la ciudad...
-No... - mi hija niega con la cabeza y los ojos se le llenan de lágrimas - no madre! No puedes hacerlo, dijiste... Dijiste que hablarias con mi padre, se lo contarias todo... Creí que lo habías hecho y por eso ahora se casarian de nuevo...
-Elizabeth escuchame! - la sacudo por los hombros- esto no es así de fácil, estuve a punto de hacerlo pero, recordé, recordé todo el daño que nos hizo
-A mi no me hizo ningún daño - dice mirándome molesta
-A no? - pregunto acusandola con la mirada - haber matado a tu hermanito cuando aún lo nacía es nada?! Haber matado a tu madre cuando solo eras una niña no es nada? Haber matado a tu tío George? Haberse casado con esa cualquiera de Jane Symur y haberte declarado bastarda es nada??!! - los ojos se me llenan de lágrimas y mi hija llora desconsolada - todo esto lo hago por ti Elizabeth! Este reino es tuyo y ni Maria, ni Edwardo se quedarán con lo que te pertenece por derecho!
-Yo no quiero ese trono que lo único que ha hecho es causarme tanto dolor- dice sollozando
-No confundas las cosas Elizabeth! - le grito molesta- el único que nos ha hecho daño esta ahí afuera, esperando desposar a otra! Acaso no te duele todo lo que nos hace?
-Yo lo perdono madre, - dice ella secándose las lágrimas - lo odie por matarte por matar a mi tío y pro darme la espalda, pero lo perdono! En cambio no se que pensar de ti, que en lo único que piensas es en la venganza! Quieres matarlo para llenar tu vida vacía y después que lo hayas hecho te habrás dado cuenta de que mataste al hombre que más amaste en tu vida!
Sin pensarlo le doy una bofetada, ella me mira con ojos tristes mientras se soba la mejilla, me arrepiento pero me doy la vuelta.
-Ve a los muelles sin que nadie te vea- le ordenó sin mirarla - ahí te estará esperando Maria, hazlo lo más pronto posible
Escucho sus sollozos y hago un gran esfuerzo por no girarme y abrazarla, después sale corriendo de mi habitación.
Me seco las lágrimas que he derramado y vuelvo a maquillarme, nada puede salir mal, llevo planeando esto desde hace mucho tiempo y hoy... Por fin obtendré lo que siempre quise.

Cuando entro a la catedral por segunda vez en la vida, las personas se ponen de pie y me miran con admiración.
Bola de hipócritas, recuerdo sus rostros llenos de desconfianza cuando era Ana Bolena, mirándome con odio por haber hecho que su otro reina Catalina de Aragon fuera desterrada.
Pero eso cambiaría, una vez sometido el pueblo todos se arrodillarian ante mi, o ante mi hija si algo me pasaba, y nunca nadie me volvería a mirar desde arriba, solo con admiración
Miro al frente y ahí esta, Enrique Tudor tan hermoso, su belleza era sublime inigualable, su cabello negro, su piel blanca y sus ojos verdes me miraban llenos de amor... Así como la primera vez, pero esta sería la última que lo vería sonreír.
Cuando llego ante él, retira el velo negro de mi rostro y besa mi frente, el nuevo hechicero que no venía de Romo sino era Inglés nos declara marido y mujer.
Enrique besa mis labios y es un beso tan lleno de amor que por un segundo quiero que el mundo se detenga y quedarme aquí para siempre... Pero cuando se aparta vuelvo a recordar.
El hechicero se acerca con mi corona para coronarme como la nueva reina de Inglaterra, Enrique la toma y la coloca sobre mi cabeza.
-Con todo mi amor hermosa- susurra en mi odio - ahora eres mi reina
-Como antes - digo sonriendo
-Como dices? - pregunta confundido
-Como siempre quise serlo- le digo mintiendo y besando sus labios
Todos gritan alegres y alaban a la nueva reina de Inglaterra.
Después de la ceremonia sigue el baile donde todos nos felicitan y nos desean un largo matrimonio, pero lo que no saben es que será el más corto que Enrique haya tenido

-Por fin eres mi esposa Cat- dice besandome mientras entramos a sus habitaciones
-Me amas? - pregunto con tristeza
-Más de lo que te imaginas, esto será para siempre - dice besando mis labios - te daré mi sangre y beberé la tuya pata unirnos para siempre.
Enrique toma la daga que le entrego el hechicero, se corta el fino traje negro y lo abre mostrando su pecho, ahí a la altura del corazón se corta la piel blanca y brota un hilo de sangre.
Yo sonrió y bebo de su sangre, es deliciosa y llena de poder, cuando la pruebo mis ojos se tornan rojos y la sangre resbala por mi cuerpo llenandome de poder.
Me aparto él vuelve a tomar la daga, me toma de la cintura inclinandome estiró el cuello hacia atrás, cierro los ojos y corta mi cuello con su daga, él bebe mi sangre y yo sonrió.
Hasta que siento que se detiene y me levanto para mirarlo, sus ojos rojos vuelven a ser verdes y me miran fijamente como si viera a un fantasma.
-No puede ser... - dice confundido
-Hola Enrique... - le digo sonriendo y me quito la máscara del rostro - me extrañaste?

VENGANZA Y AMOR REAL II (Ana Bolena Y Enrique VIII) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora