EJECUCIÓN

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El hermoso vestido negro de mi coronación arrastró por las escaleras del templo cuando voy subiendo las escaleras lentamente.
Llevo un velo negro que cubre las lágrimas de mi rostro, la herida de la flecha en mi pecho sigue sangrando pero nadie puede verla.
Y no puedo pedir ayuda Alexander me ha hechizado para que no pueda hablar ni moverme por voluntad propia, controla mis movimientos y mi voz.
Veo a todas las personas del reino, serias y con la mirada perdida de la confusión, ellos confiaban en mi y yo los traicione al igual que a su rey.
Cuando entró al templo todos los de la corte están reunidos al rededor, se me parte el alma al mirar a Enrique en medio del lugar con cadenas en sus brazos que suben al techo y en sus tobillos, esta hincado con una túnica negra cubriendo sus heridas de las flechas y látigos.
Quisiera salvarlo, ir corriendo con él y besarlo... Pero no puedo, Alexander no solo me tiene controlada, sino también tiene a mi hija prisionera y si intento algo dará la orden para matarla... Estoy atrapada.
-Hermosa como una Reina- murmura en mi oído haciendome sentir un escalofrío - y pronto serás mía...
Siento las lágrimas correr por mis mejillas, Como pude confiar en él? Fui una tonta en darle todas las armas para destruir a Enrique.
Ahora lo tenía todo en la palma de su mano, después de matar a Enrique me haría anunciar nuestro matrimonio después de mi coronación de hoy... Tenía la vida de Enrique, a mi, y a Inglaterra.
Busco a Maria con mis ojos y la veo a pocos metros de mi mirándome e intentando ver tras de mi velo preocupada, a su lado esta Lincon que también me mira frunciendo el ceño.
-Ni se te ocurra- me amenaza Alexander apretando mi cintura con fuerza- recuerda que si haces algo mataré a tu hija... Saludalos!
Alzó la mano y los saludo mecánicamente soltando un sollozo, Maria me ve y sonríe levemente pero me devuelve el saludo.
-Bien, así me gusta- sonríe confiado Alexander - que empiece la función!
Camina hacia el centro alza las manos y todos guardan silencio y miran atentamente.
-Súbditos de su alteza Ana Bolena - dice alzando la voz con orgullo- como la Mano de su majestad me ha pedido que haga su voluntad en su nombre, como entenderán este suplicio no es digno de ella.
Todos asienten y sonríen convencidos, yo miro a Enrique que alza la mirada con dificultad y posa sus ojos verdes en mi, un nudo se me forma en la garganta al verlo así.
-Por que no te defiendes? - susurro desconsolada
Pero al mirar sus ojos lo entiendo, si él se revelará, tendría que matar a mi gente, incluida yo, y prefiere dejarse morir ha traicionarme otra vez.
-Estamos aquí reunidos para celebrar la conquista de Escocia sobre Inglaterra - anuncia triunfante Alexander y todos aplauden- nuestra Reina Ana volvió de entre los muertos para tomar lo que por derecho le pertenece
Entonces lo entiendo... Solo había una forma de que Enrique quedara como héroe y se decidiera a atacar a Alexander.
-Ahora el traidor y el peor enemigo de su majestad será ejecutado- dice Alexander tomando la estaca de oro que le dan - y pagará por todo el daño que le ha hecho a nuestra Reina
La media noche cae y las campanas empiezan a sonar, se ve la luna en lo alto y mis ojos se tornan grises.
Es el momento en que los vampiros y los licantropos tenían más fuerza y era la hora donde yo me volvía más poderosa al ser híbrido.
Siento el poder crecer en mi, y el hechizo que me ha puesto Alexander se desvanece, mis ojos se tornan rojos con la luna plateada en la pupila, mis colmillos crecen y me deshago de las cadenas que me ha colocado Alexander.
Él alza la estaca para asesinar a Enrique, me quito el velo y corro hasta él empujandolo y haciéndolo caer sobre un pilar.
- Hemos sido traicionados! El único enemigo aquí es ese hombre-señaló a Alexander
Él se pone de pie con dificultad me mira con sus ojos azules y suelta una risa.
-Mala decisión Ana- dice riendo-ahora tu hija morirá! Y todos aquí morirán! Yo seré el nuevo rey de este mundo y nadie podrá detenerme! Ataquen!
Los vampiros de la guardia me rodean, estoy atrapada no podre contra todos ellos.
-La reina esta en peligro - dice Lincon furioso- protejanla!
Los licantropos de la corte leales a Lincon y a mi se transforman en licantropos y comienzan a pelear contra los vampiros de la guardia.
-Ana- suspira Enrique mirandome - Que haces?
-No puedo permitir que mueras- le digo con lágrimas en los ojos soltando sus cadenas- tienes que pelear!
-No puedo hacerlo - dice bajando la mirada - no eres mi enemiga, te amo tanto que prefiero morir
-Yo no soy tu enemiga pero si lo es Alexander Grayson - le digo tomando su rostro entre mis manos- juntos podemos detenerlo
-Ana... No quiero que nada te pase- dice mirandome con ojos suplicantes
-Si tu mueres yo moriré tambien- beso sus labios y me pongo de pie
Estoy a punto de romper la otra cadena cuando Alexander me derriba lleno de ira y me ahorca tomandome del cuello.
-No ganarás Ana! Enrique morirá e Inglaterra será nuestro! - grita y sus ojos se tornan rojos - tu me amas!! Yo lo sé!! Lo supe desde el día en que me diste tu sangre para salvarme!!
-Yo nunca te he amado Alexander- le digo con dificultad - el único hombre que he amado es Enrique Tudor rey de Inglaterra...
-Si no me amás - dice tomando la daga de plata y oro- no mereces reinar a mi lado
Alza la daga y me atraviesa el corazón, grito de dolor y busco a Enrique con la mirada, esa daga es la única que puede matarme.
-Ana!!! - grita Enrique con todas sus fuerzas

VENGANZA Y AMOR REAL II (Ana Bolena Y Enrique VIII) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora