Entre la espada y el deseo.

Capítulo 9. Taichi Yagami y Mimi Tachiwaka

Cap. 9 (Taichi Yagami / Mimi Tachiwaka)

"All of my feelings on fire, guess I'm a bad liar" -Selena Gomez.

Aquello se había vuelto una costumbre, o mejor dicho, una serie de costumbres ante las cuales Mimi no podía dejar de sonreír, de saltar en cuanto se encontraba a solas en su departamento, ya fuese porque estaba a punto de partir o recién llegaba.

Tai sólo tenía que llamar y ella diría sí, porque a final de cuentas él conocía sus horarios de pies a cabeza, ella se había encargado de soltarlos casualmente para que entendiera que podían salir cuanto quisiera y fuese posible, además de que cuando sucedía algún cambio Yagami ya lo sabía. ¿Por qué? Bueno, ella se lo hacía saber entre las decenas de mensajes diarios que intercambiaban.

Y por supuesto, después estaban los detalles de su salida, no el lugar o la duración, sino los específicos, aquellos momentos en que la de ojos miel se sujetaba del brazo ajeno, rodeaba su torso, quizá su mano si es que debían pasar entre una multitud o "quería" avanzar más rápido, después estaba la infinidad de veces en que simplemente se le quedaba viendo con una sonrisa embobada, soltando una ocasional risa o asentimiento cuando parecía adecuado. Cualquier persona con dos dedos de frente se darse cuenta que Tachiwaka babeaba por el joven frente a ella, cualquier persona, menos Taichi Yagami, quien fue una vez el líder de los niños elegidos, quién se jactaba de poder oler los secretos de todos a la distancia.

Pero no, no eso. No lograba ver las diversas maneras en las que aquella chica a la cual llamaba mejor amiga le pretendía hacer conocer sus intenciones, sus sentimientos. Ni siquiera nota que ahora se ruboriza cuando le llama princesa en lugar de molestarse y darle un golpe.

Mimi incluso creía que había perdido aquel don del cual presumía, así que se lo hizo saber entre risas, esperando que el portador del valor frunciera el ceño, acallando lentamente aquel sonido de campanillas.

-¿Tai? ¿Sucede algo? Porqué yo...

-Esos dos van a terminar- masculló mientras llevaba la mirada a otra mesa de aquel establecimiento, los ojos miel topandose con Yamato y Sora, ambos pareciendo tan incómodos como si fuese la peor primera cita del mundo.

-Oh.

Se encogió en su lugar sintiéndose tonta, porque entendía la razón de la distracción de Taichi, el porque no podía siquiera verla como algo más. O al menos eso creía entender, porque en lo que remolineaba los trozos de pastel en su plato el muchacho había regresado la atención a ella, pretendiendo decirle que conocía la razón por la cual sus amigos se encontraban en aquella situación pero si ni siquiera podía decírselo a una de las parte involucradas, mucho menos podría decírselo a ella.

Así qué quizá ella era una mala mentirosa, pero él se sentía como un pésimo amigo.