Castigo

76 8 1
                                    

-¡Alexandra! – me arrebato lo audífonos de los oídos y me los regreso aventándolos a mi mesa- pon atención a la clase. -Baje la mirada y me quede viendo todo lo que había escrito y me volví a colocar uno de mis audífonos.
Empecé a tararear el coro de la canción: vivo en una vida de miseria donde no todos me entienden, mátenme, mátenme muerto y muerto estaré, echo y echo esta….
- ¡otra vez Alexandra! – La profesora me volvió a arrebatar los audífonos.- Alexandra acompáñame a la dirección. – me levante de la banca y camine atrás de mi profesora.
Llegue a la dirección y desde que puse el primer pie en la habitación sentí una rara sensación recorrer mi cuerpo. Me senté de mala gana enfrente del escritorio del director, recargue mi cuaderno y seguí contemplando las palabras y el dibujo que había creado, me traía tan pensativa, bueno al fin y al cabo era otro más de muchos, me puse los audífonos nuevamente con tanta serenidad, esta no era la primera vez. El director estaba haciendo unas llamadas y cuando colgó empezó a decir algo pero no le puse atención.

-Alexandra, ¿me está poniendo atención? si sigue así tendré que echarle de la escuela- me quite los audífonos.

- mire la verdad no me importa que me corra de su escuela hay muchas mas ,además para hacer música no necesito esta escuela, si no tiene nada más que decir ¿me puedo retirar de aquí?- el director me miro fijamente, suspiro.

-sí, si puedes, pero estas suspendida por una semana ¿Qué vamos hacer contigo
Alexandra?- le sonreí, me levante del asiento y me salí de la oficina, azotando su puerta.

Ejército de rebeldes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora