Capitulo 86

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~Jesus Oviedo, Martes 14 de Mayo.
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Mi hermano toca la frente de Lucas a la vez que Vera la de Marcos y asienten.
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-Me duele mucho mami. -se queja Marcos.
-Vamos al doctor, Vera. -dice Daniel.
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Ella asiente, me quedo yo con Leila en casa y voy hacia mi habitación. Veo su cuaderno de dibujos y sonrio dulce abriendolo de nuevo.
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-Tienes que acabarlo. -digo sonriendo mientras acaricio el ultimo dibujo incompleto.
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Cojo su librito, camino hasta su habitación y veo como no está. Entro y me acerco un poco al ver la puerta de su baño medio abierta.
Su figura desnuda mientras esparce la crema por su piel, su cabello mojado choca en su espalda mojando su trasero haciendo que se vea más hermosa y sexy. Agarra una toalla, subre su cuerpo y me aparto al ver como se acerca a la puerta.
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-¿Qué haces aqui?  -dice borde.
-Era para avisarte que tus padres se han ido con los gemelos al medico, están con mucha fiebre. -digo.
-Vale, gracias. -abre su armario.
-¿Has quedado?
-No. -su voz fría me atraviesa.
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Toco su hombro llamandole la atención pero se aparta rapidamente evitando que note lo erizada que pongo su piel.
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-Venía a darte esto. -le enseño el librito.
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Lo mira, encoje sus hombros y niega.
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-Rompelo, quemalo o nose... no lo quiero. -dice sacando ropa comoda de su armario.
-¿Como voy a hacer eso? Son hermosos. -digo sonriendo.
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Encoje sus hombros y regresa al baño para volver a salir con un cepillo.
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-Acaba el último dibujo aunque sea, me da pena verlo sin acabar. -insisto.
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Ella suspira y acaba cediendo. Sonrio, toco su hombro sin que esta vez se me escape y beso su mejilla.
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-No tienen porque cambiar las cosas, sigues siendo mi pequeña. -digo sonriendo.
-Mejor vete. -regresa a un tono frío.
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Salgo de su habitación, voy haciendo la cena y cuando entra al salón veo que tiene el librito.
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-¿Contento? -reprocha.
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Sonrio al verlo acabado, ella coge agua y cuando la veo convencida a irse agarro su brazo.
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-Quedate, estoy haciendo la cena enana. -digo amable.
-No me apetece comer. -dice fría.
-Porfavor, aunque dea un trozito. -suplico dolido.
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Acaba asintiendo y se sienta en la encimera de la cocina, así, como si en apenas día la que era mi sobrina de ha convertido en una completa desconocida...

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