Epílogo

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Candy POV

Si creía que la universidad era difícil, solo era cosa de intentar terminar el semestre con ocho meses de embarazo.

Había subido aproximadamente ocho kilos, y lo de comer por dos me lo había tomado muy en serio. A pesar de la insistencia de Terry porque reposara, yo había decidido terminar el semestre y luego tendría todo el último mes para descansar, o al menos eso pensaba.

Por supuesto los chismes no se habían hecho esperar, y los murmullos cada que yo pasaba por los pasillos o entraba a la cafetería no eran para nada discretos, aunque yo estaba segura que mi secreto estaba a salvo, los únicos que sabían quien era el padre de mi hijo jamás lo dirían, y aunque no se atrevían a preguntármelo directamente sabia que todos mis compañeros se morían por saberlo.

Había escuchado rumores que circulaban por el campus sobre las posibilidades de mi creciente pancita de embarazada, desde las más horribles como la violación, hasta las que involucraban al espíritu santo, yo solo me reía o rodaba los ojos cuando escuchaba la nueva forma en que me habían embarazado. Terry no estaba del todo contento con la situación. Después de que me fui a vivir con él a casa de los Grandchester, era aun más difícil esconder lo nuestro, las cosas serian difíciles si alguien se enteraba de donde vivía ahora. Terry había considerado la posibilidad de mudarnos pero yo no quise, me sentía incomoda con el embarazo, los pies y la espalda me dolían todos los días, sin descartar los antojos y las hormonas que hacían conmigo lo que quería. En realidad lo que menos necesitaba era una mudanza.

La boda la estábamos organizando para después del parto, no me entusiasmaba mucho la idea de una boda, pero ser la esposa de Terry era algo que definitivamente me moría de ganas de ser.

— ¿Qué te parece Caroline? — preguntó Flammy.

— No suena a Caroline — contestó Karen — ¿verdad Candy?

— No me convence — mordí mi sándwich mientras pensaba en otro nombre que no estuviera en la lista de los quinientos descartados. Karen me había dicho alrededor del cuarto mes que seria una niña, y confirmado mas tarde por el doctor — ¿Cathy?

— Gisele suena mejor — sugirió Karen.

— Suena a prostituta de la edad media — se horrorizó Flammy.

— Entonces Fiona — saltó Karen de su asiento.

— ¿Fiona? — Pregunté horrorizada — espero que en un futuro mi hija aspire a algo mas que un ogro y un burro parlanchín.

— Disculpen — una voz bastante conocida se escuchó detrás de mi, volteé y Annie estaba de pie — ¿puedo sentarme?

Di un vistazo a la cafetería, había decenas de mesas en donde podría sentarse, bastante lejos de mi.

— ¿Por qué? — preguntó Karen.

— Quiero disculparme — se sentó sin esperar una respuesta — Candy siempre has sido una chica que me agrada y que a la vez odio.

TE PRESENTO A MI AMANTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora