Ella

La luna puede contarlo

Este es un gran día, incluso en un pueblo con tanta energía a misterio, la noche de hoy ha caído cálida. Hanna ha dado los últimos toques, ha invitado a las chicas a una pijamada, faltaba pasar más tiempo de calidad con ellas.

Alison llegó antes que nadie, y no sabía bien qué esperar de todo esto. Primero Hanna la odia al punto de la destrucción, y luego, la invita a una reunión con las chicas, no sabe si esto es una especie de juicio que le harán ahí mismo, o acaso es algo menos dramático, lo que sí tiene claro es que no puede no ir, si quiere recuperar al cien a su familia.

Al hacer su entrada, Alison se extraña, es la primera de todas. Hanna le explica entonces que la ha citado dos horas antes.

-Necesito hablar contigo-. Revuelve.

-Bien-. Alison toma asiento, de inmediato comienza a jugar con sus dedos -Escucho.

-Es... curioso-. Hanna frunce el ceño, ha notado de inmediato el tip de Ali.

-¿A qué te refieres?

-Estas nerviosa... Lo sé porque, cuando yo era pequeña y tenía nervios hacía exactamente eso con mis dedos.

-¡Oh!-. Alison baja a mirada, extiende sus manos palma arriba, las ve y luego mira a Hanna -Sí, lo estoy. Estoy nerviosa.

Es interesante cómo ahora ambas se proyectan a sí mismas en la otra, podrían haber sido gemelas, a pesar de que cada una se ha volcado sobre un lado especifico de su personalidad, la verdad es que tenían temperamentos parecidos.

-Ali... no deseo pelear más contigo, he vivido tan frustrada, sintiéndome tan sola, que a pesar de habérmelo negado incluso a mí, de alguna forma estaba feliz de saber que tenía hermanos-. A veces, parecía que la voz de Hanna estaba por quebrase, agachaba la mirada, pero sintió como Ali alcanzó su mano -Te quise destruir al principio...

-Lo sé-. Alison fijaba su vista en Hanna, mientras sostenía su mano, pues a pesar de su distinta forma de proceder, entendía bien el sentimiento -Lo sé, y no quiero ver ese atisbo de culpa en tus ojos... me sucedió con Jason, y a él conmigo, así que lo entiendo, y te digo que hay que dejar lo malo en el pasado.

-Lauren... cuando supe que era tuya, me emocioné-. Una lagrima rodaba por la mejilla de Hanna -Jamás pensé que sería tía, pero al final tengo las cosas que desee. No volvamos a pelear, perdóname y te he perdonado ya, hermanita.

-Siempre estuviste perdonada-. Alison sonreía cálidamente, la forma en que Hanna la ha llamado hizo que su corazón latiera más fuerte. Es hermoso tener una familia, y para dos chicas que han vivido con esa carencia, tener la oportunidad de experimentarlo era algo que no dejarían pasar más.

Se puede prever casi todo cuando de reuniones con amigas se trata, desde tener cobijas extras para la friolenta de Ali, hasta disponer de una pijama extra por si Spencer derrama algo. Pero adivinar cuánto es que comerá Aria... eso es cosa de Shazan.

A veces come lo normal, a veces anda de un glotón que aniquila la mitad de las provisiones sola. De cualquier manera, Ali tenía tanto sueño que decidió subir y dormir un rato, en el cuarto de la madre de Hanna, quien estaba de vacaciones.

Emily, quien tuvo que esperar a que llegara su madre para poder dejar en manos seguras a Lauren, recién llegaba a la reunión. Apenas entrar se percató de la discusión, que si iban por más comida china, que si mejor pizza, que si Aria quería ir por ambas cosas. Emily se limitó a preguntar por Alison, y en cuanto tuvo respuesta no tardó en subir a la habitación.

Alison ya estaba dormida, la morena cerraba suavemente la puerta tras de sí. Ahora mismo está dudosa, tal vez no debería hacer esto ¿Qué pasa si Alison se molesta con ella al amanecer? Y mil ideas viajan en un vaivén por su cabeza, se mordía el labio inferior, no sabe ya si por las dudas o por el antojo que tenía de Alison.

"Si se va a enojar, ya veré qué hago cuando ocurra" resolvió por fin. Y se mete cuan experto bandido en la cama, y se pregunta al momento que se sube encima de ella, cómo puede ser Alison tan bella. Se retiene a sí misma para observar sus rasgos, esos labios gruesos la volvieron loca desde el primer momento, le encantaba su nariz y hasta sus pestañas, sonríe y lento la besa en los labios.

Han sido años, tantos, de contenerse así, aunque aún recuerda cuál fue la ultima vez como si hubiera sido ayer, sus deseos y su cuerpo le decían que no era así. Quería ir despacio y tomarse bien el tiempo, pero con ese mar fluyendo de su cuerpo, honestamente ni puede, ni quiere más ir despacio.

Sus labios al encuentro del cuello de Ali, quería ferozmente marcarla, defender lo que es suyo, y dejándose llevar por todas sus ansias y sus celos, succiona fuerte hasta dejar marcas moradas en la rubia, quien empieza a responder.

No, Ali aun no se despierta, aunque responde a los movimientos, honestamente a Emily le importa poco si lo hace o no, como sea le recordará a quien pertenece, y esa Mona sabrá también que Alison jamás ha dejado de pertenecerle.

Ni siquiera en sus años de adolescencia, cuando las hormonas juegan malas pasadas, la morena había tenido tanta complicación en controlarse. Quería solamente tenerla y ya, así, al estilo primitivo, al estilo más salvaje.

"Eres mía, eres mía, eres mía" repetía constante en su cabeza, mientras hacia que Alison sintiera tanto que comienza a despertar. La rubia se percató al instante de quién estaba con ella, y no pudo más que sonreír .

La luna iluminando quedito la silueta de ambas chicas. ¿Cuántas noches no habrá sido la luna testigo? De llantos, de amores, de abrazos, de líos. ¿Cuántos secretos no guardará? De quien sea, pero esta vez, la luna puede contarlo, un amor así no esta para callarlo.