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—Taehyung, Jungkook. Formen sus equipos.—La voz del entrenador resonó fuerte y clara. 

Mis dos amigos se situaron adelante del grupo y nos observaron a todos. Hoy jugaríamos basket. Es algo obvio, siempre en las primeras clases el profesor nos deja jugar a lo que queramos, por lo general siempre elegíamos basket o tenis

Y sí, yo era bastante bueno en basket. No era alguien que le gustaba presumir... pero los deportes, por sorpresa, se me daban bien. Deseaba volver a boxeo pero éste año no iba a poder ser posible. Por mala suerte.

—Chaerin.—Escuché la voz de Taehyung diciendo mí nombre falso. Sonreí y caminé hacía él, poniéndome en su espalda. 

—Hyuna—Pidió Jungkook.

—Yoongi.—Contraataco Taehyung, haciendo que Jungkook resoplara de mala gana. 

—¡Eso es injusto, te estás llevando a los mejores!—Jungkook fulminó con la mirada a mi amigo y sorpresivamente llamó a otro nombre.— Hoseok. 

Vi a Yoongi situarse a mí lado mientras se cruzaba de brazos y soltaba un suspiro. Lo miré de reojo sin poder evitarlo, llevaba la chamarra del instituto haciendo que se le notaran los músculos debajo de ésta. Me lamí los labios y cuando sentí su mirada sobre mí, volví la vista rápidamente hacía la nuca de Taehyung, sintiéndome más nervioso.

No iba a negar lo inevitable, siempre hubo algo que me llamaba la atención de Min Yoongi. Quizás... lo reservado que era. El como era buen alumno y sacaba buenas notas, pero era bastante callado. 

Sus cuerpo demostraba bastante tranquilidad, con sus brazos cruzados, sin prestar atención realmente a nadie, con aquella mueca inexpresiva siempre en su rostro... a no ser que saliera alguna sonrisa burlona. 

Pero sus ojos, sus ojos eran un misterio para mí. 

Eran oscuros. Marrones oscuros, casi negros. Emitían un brillo bastante peligroso. Sus ojos, sin duda, me dejaban sin aliento. Nunca iba a conocer a Min Yoongi sin saber primero qué pasaba por su cabeza. Necesitaba primero el saber por qué sus ojos brillaban de aquella forma. 

Min Yoon Gi era un chico bastante peligroso, sí. Y a la vez encantador. Y problemático. 

Min Yoon Gi me hacía querer pasar todos los límites que ni yo conocía. 

Min Yoon Gi...

Ahora mismo me estaba hablando.

Vi su boca moverse mientras me miraba fijamente con sus ojos oscuros. Frunció un poco el ceño cuando me le quedé observando, tratando de recordar lo que había dicho... pero no, no me acordaba. Mi mente había bloqueado sus palabras.

—¿Chaerin?—escuché su voz, estaba molesto. 

—¿Sí...?—Mi voz salió más aguda de lo normal, pude sentir mis mejillas calentándose.— Lo siento, yo... me perdí por unos momentos.

—Me di cuenta.—Yoongi rodó los ojos y apoyó su peso en la otra pierna, cruzándose de brazos.— Te preguntaba si conoces a Jimin. 

—Yo...

—Supongo que sí, ¿no?—Siguió hablando.— Eres la novia de su mejor amigo. 

—Sí—respondí, tragando duro por la mentira que estaba por decir.— Claro que lo conozco. 

—Y...—Vi como carraspeaba un poco, llevando una mano a su nuca para empezar a rascarsela. Desvió la mirada. Pude ver como sus mejillas tomaban un color más rosados. ¡Min Yoongi sonrojándose delante de mí! Ver para creer.— ¿Se encuentra bien en Busan?

Si alguna vez me hubieran dicho que tendría a Min Yoongi sonrojándose porque quería saber como me encontraba, nunca me lo hubiera creído. Una ola de emoción me invadió el cuerpo.

—Así es, Jimin es muy feliz en Busan.

—Me alegra escuchar eso.—Vi como sonrió apenas, antes de volver a su expresión seria de siempre.— Hubiera estado bien que estuviera en las eliminatorias de Basket. Es muy bueno. Siempre sabía pasarme el balón en momentos justos para poder anotar un punto. Hacíamos buen equipo. 

Algo en mí interior me empezó a doler. La emoción. Las mariposas que no dejaban de volar dentro. La felicidad. ¡Min Yoongi creía que él y yo hacíamos buen equipo! 

—Pero nunca se lo pude decir.—Escuché que dijo, mientras hacía una mueca.— Creía que... éste año tendría la oportunidad de...—Se detuvo, negando con la cabeza.— No importa. Si hablas con él... mandale mis saludos.

¿La oportunidad de qué? ¡¿La oportunidad de qué?! 

Iba a hablar pero entonces el entrenador hizo sonar su silbato, dando a entender que los equipos estaban formados. Yoongi no volvió a verme, simplemente caminó hacía la cancha junto con los demás. 

Mientras mi mente seguía pensando en sus palabras. 

¿La oportunidad... de qué, Min Yoongi?

S(he) » Yoonmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora