9.

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Tiré la maldita peluca apenas puse un pie en mi casa. Ya no quería seguir con eso, odiaba que todos me llamarán «Chaerin», odiaba con toda mi alma el levantarme cada mañana, arreglarme y ser alguien que no soy. ¡No! Yo no quiero esto. 

¿Acaso estaba teniendo algún resultado siendo una chica? Ninguno. Había pasado un mes desde el último encuentro en la clase con Yoongi y aún no se había atrevido a hacer ni un maldito movimiento conmigo. No, con Chaerin. 

No, no quiero esto. Que le den por culo a la maldita apuesta, yo no iba a ser alguien que no quería ser. Yo era Park Jimin, me encantaba ser Park Jimin. Terminé con la mierda de Shin Chaerin. 

¡No iba a buscar que Yoongi esté conmigo siendo una mujer! Se supone que si él me quería... me tendría que querer como soy, ¿no? Pues, ¿adivina qué, Min Yoongi? Soy Park Jimin y no Shin Chaerin. Y si me quieres así, bien por ambos, tratemos de ser felices. Sino... 

¿A quién estaba engañando? Él no iba a estar conmigo. Estaba con Hoseok. Por más que éste último me haya dicho que eran «mejores amigos con derechos» sabía que esa era una maldita mierda. Y además... ¿por qué decidirían ser amigos con derecho? ¿Acaso ninguno sabe lo doloroso que puede resultar ser eso?

Siempre uno termina enamorándose y el otro dice su típico y estúpido comentario. «Yo te dije que no te enamorarás de mí.» ¿Qué se esperan esas personas? ¡Es obvio que la otra persona puede terminar enamorándose! Se besan, se dan cariño, tienen relaciones sexuales... ¡Al menos, uno... siempre uno, termina cayendo por el otro!

Y no, no quería saber que fuera Yoongi el que terminará enamorándose de Hoseok. No quería imaginarlo siquiera, me dolía todo el pecho el tan solo pensarlo y sabía que estaba siendo un jodido egoísta. Pero no quería que Hoseok tuviera los besos de Yoongi, ni sus cariños. Sabía que estaba siendo jodidamente tóxico, ahora mismo Taehyung me golpearía y me diría que parara con esto antes de que fuera demasiado tarde. Pero, por mala suerte, ya lo era. 

Tenía que intentarlo una vez más y no, no como Chaerin, sino como yo mismo. Como Jimin. Necesitaba ver algo, quizás... aquel brillo especial de los ojos de Yoongi, cuando me viera. A mí, a Jimin. No a Chaerin, ni a Hoseok. Sino al verdadero y único yo. 

Observé mi reflejo en el espejo, sintiendo asco por el labial rojo que llevaba en ese instante. Busqué una servilleta y me retiré aquello, también me retiré el maquillaje que me había prestado Hyuna y lo guardé en mi armario, no quería verlo por un tiempo. Luego se lo devolvería a mi amiga. Me quité el maldito uniforme que estaba diseñado para «chicas» y lo tiré al cesto de la ropa sucia.

¡Eso es otra cosa que me molestó! ¿Por qué las chicas debían vestir falda y nosotros, los chicos, debíamos ir en pantalón? ¿Por qué no era igualdad para los dos casos? O que las chicas también usarán pantalón o que los chicos usáramos falda. 

Maldita sea, era todo una maldita mierda. 









Me observé por última vez en el reflejo, sintiéndome totalmente aliviado por observar mi cabello rubio. Sin un poco de rastro de maquillaje en mi rostro, mientras me acomodaba por última vez la corbata, suspirando aliviado por sentir los pantalones del instituto. 

No quería sonar arrogante, pero sin duda me gustaba demasiado como me veía siendo... Yo mismo. 

Tomé mi mochila, colocándomela en la espalda y avisé a mis amigos por el grupo que teníamos en común que no vinieran a buscarme, que me iría solo. 

S(he) » Yoonmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora