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La clase de literatura, era sin duda, una de mis favoritas. 

Menos cuando debíamos levantarnos a leer en nuestro lugar. Odiaba cuando me pasaba eso. Pero ahora lo estaba haciendo Yoongi y yo sólo podía pensar en lo jodidamente hermoso que se veía con un libro entre sus manos y leyendo las palabras escritas en él.

Estaba completamente perdido escuchando como relataba la historia. 

—Hago mi camino cansado y polvoriento, detenida y dudosa queda tras de mí la juventud, que baja su hermosa cabeza y se niega a acompañarme—leyó el último párrafo de hoy, cerró el libro, dejándolo en su escritorio y se sentó, cruzando sus brazos sobre su pecho y mirando al frente. 

—Gracias, Min—dijo la profesora, dedicándole una sonrisa para luego llevar sus ojos hacía todos nosotros—. Para la semana que viene... Necesito que traigan uno o dos poemas. 

El timbre sonó, dando a entender que era la hora del almuerzo... finalmente. Guardé mi libro en mí bolso y me levanté, esperando que mis tres amigos hicieran lo mismo. 

Mis ojos se dirigieron hacía Hoseok, que se estaba acercando a Yoongi... quien cerraba su mochila negra y se la colgaba sobre el hombro, se dedicaron algunas palabras que no escuchaba ya que estaba bastante lejos. 

—¿Así que es cierto?—escuché una voz, hablando cerca de mi grupo de amigos. Cuando volví mis ojos hacía esa persona, solo pude encogerme detrás de Taehyung. Se trataba de Yixing—. ¿Jimin volvió a Busan?

No pude evitar apretar la camisa de Taehyung, los nervios me carcomían. Yixing siempre había sido uno de los que más me molestaba. Aún podía recordar sus golpes, hace dos años, a la salida del colegio. 

—¿Acaso importa?—Dijo Hyuna, cruzándose de brazos—. Piérdete por ahí, Yixing.

—Oh, nena... te hace falta mi buen pene para que cierres un poco tú hermosa boquita—Yixing estiró sus dedos hacía Hyuna pero ella sólo le dio un manotazo en la mano, alejándola de ella.

—No te atrevas a tocarme, pedazo de idiota.

Yixing sonrió un poco, acercándose a Hyuna pero entonces sus ojos cambiaron de dirección y me vieron. No...

Me quedé estático en mí lugar, sin poder evitarlo. Taehyung había tratado de taparme con su cuerpo pero fue inútil. Vi como mi amigo era empujado contra la pared y los ojos de Yixing me observaron de pies a cabeza, dando un silbido. 

—¿Y tú...? ¿Quién eres...?—Sentí su mano acercándose a mi mentón y alzándolo un poco, haciendo que lo mirara a los ojos. Vamos, Jimin... empujalo. No te quedes quieto, empujalo...

Pero por más que mi cabeza me decía qué hacer, mis manos se quedaban quitas. Eso me pasaba cuando tenía miedo. Me paralizaba. Jodido y cobarde, Jimin.

—Oh, la gatita nueva no quiere hablar... creo que tendré que hacer que hables por las malas entonces—Antes de poder moverme, sentí su mano en mí trasero dándome una fuerte nalgada, haciéndome gritar de la sorpresa y la repulsión.

Luego de eso, Yixing fue empujado contra uno de los escritorios. Mis ojos captaron la espalda de Jungkook, protegiéndome. 

—Vuelves a ponerle un dedo encima y te lo corto—escuché la voz de amenaza de mi mejor amigo.

Oh, Jungkookie... Volviste a salvarme.

Hace años... así fue como lo conocí. Él me defendió de Yixing y sus estúpidos amigos, apenas cuando yo tenía doce años. Desde ese momento se había vuelto inseparable para mí, gracias a él conocí a Taehyung y a Hyuna. Le debía mucho a Jungkook. 

—¿Y tú quién eres para decirme lo que debo hacer y lo que no?—Yixing se estaba acercando más y sabía que Jungkook saldría lastimado, por mi culpa. Puse mi mano en el brazo de mi amigo, impidiendo que haga algo peor.

—Soy su novio. ¿Tienes algún problema con eso?—¿Qué? Miré a Jungkook, su expresión era solo una cara enojada, mirando mal al chico que nos molestaba. Apreté más mi agarre en su brazo, sintiendo como mis mejillas se ponían sonrojadas. Sí, mi problema era que me podría sonrojar muy fácil.

—La putita tiene dueño.

—No es ninguna puta ni yo soy su dueño. Es mí pareja y es libre de hacer lo que quiera en su vida. Pero no voy a dejar que un estúpido como tú le falte el respeto.

Las lágrimas picaron en mis ojos, sintiéndome orgulloso de tener a un mejor amigo tan bueno y dulce. Sin duda, se ganaría millones de chocolates y le regalaría algún vídeo juego. 

—Sin Jimin aquí ustedes son tan aburridos—respondió Yixing soltando un suspiró—. Si hablan con él... díganle que lo veré en mis vacaciones de verano en Busan.

—Púdrete, imbécil—dijo Taehyung, sacandole el dedo del medio.

Lo próximo a eso, fue que Yixing salió de la puerta y yo solo pude sentarme en la silla. Sintiéndome derrotado. Llevé mis manos a mi cara, frustrado por no haber hecho nada. 

Cobarde. Cobarde. Cobarde.

—¡Chaerin!—escuché una voz muy alegre, llamándome. Cuando alcé la vista, encontré a Hoseok acercándose junto con Yoongi.

Oh, mierda. Sí. Ellos nunca abandonaron el curso.

—No queríamos quedar de chismosos, pero vimos la escena...—dijo Hoseok un poco avergonzado, rascándose la nuca. 

Mi mirada fue tanto a él como a Yoongi, que me miraba... ésta vez sin burla, solo una mirada común y corriente. 

—Yixing es la peor basura del mundo. ¿Recuerdas cuando le golpeaste luego de que se haya metido con Jimin en el primer año?—ésta vez le hablaba directamente a Yoongi. 

¿Qué...?

—Fue hace mucho, Hoseok—respondió Yoongi, rodando los ojos—. Además se lo merecía. Me cansaba el como torturaba al pobre chico nuevo. 

—¿Fuiste... tú?—ésta vez habló Taehyung, hablándole directamente al de cabello negro—. Jimin nunca supo el porque Yixing volvió al día siguiente con un ojo morado...

—Sí, bueno... tampoco tiene importancia—dijo Yoongi mientras bajaba un poco los hombros—. Jimin ya no está para saberlo.

—¿Así que en serio volvió a Busan?—preguntó Hoseok. Mis tres amigos solo asintieron—. Que mal... yo le iba a pedir que asista a la competencia de baile éste año. Sé lo mucho que le gustaba bailar.

—Le gusta. No está muerto—dijo Jungkook, hablando por primera vez. Me mostró su mano para que la tomara y eso hice, con un poco de timidez, volviendo a levantarme—. ¿Estás bien?

—Sí. Gracias—susurré, inclinándome un poco y dejándole un pequeño beso en su mejilla. Pude ver como sus mejillas se tornaran sonrojadas y aquello me dio ganas de reír.

—Que lindo que Chaerin tenga su propio salvador ahora. ¿No crees, Yoongi?—habló Hoseok, sonriendo un poco.

Pero Yoongi solo se mantuvo serio.

—Sí. Que pena que no lo hiciste por tú amigo antes—dijo y suspiró, volviendo la vista hacía su amigo—. ¿Podemos ir a comer? Me estoy muriendo de hambre.

—Siempre mueres de hambre—Hoseok rodó los ojos y me sonrió—. Hasta mañana, bonita. Hasta mañana, chicos.

—Hasta mañana—respondimos los cuatro. 

Aún así mis ojos no salieron de los de Yoongi, quien también me observaba. Hizo una media sonrisa, esta vez no vi su burla. 

—Hasta mañana, Chaerin.

—Hasta mañana, Yoongi.

No podría dormir esa noche.

S(he) » Yoonmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora