¿Escuche Harry Potter?

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Caminé derrotada hacía mi siguiente clase, ya que con el "drama del café" volví a perder la clase de Álgebra, así que ahora iré a Química, espero que aquí sí me vaya bien, no quiero parecer una rara histérica que anda por ahí sin saber a donde va, no digo que eso sea malo, pero a veces es mejor prestar atención, como ese dicho de Camarón que se duerme, se lo lleva la corriente, humm camarones, necesito comerlos, hace tanto que no como camarones, tampoco he ido a la playa, es linda, la arena de la orilla, aunque muchas veces terminé "quemándome" los pies por lo caliente que estaba.

Llego al laboratorio, y veo una silla vacía, ¡SÍ! Por fin algo sale bien, camino para sentarme en el lugar, estoy por dejar mi mochila cuando...

—No puedes sentarte ahí.

No puede ser posible, es mi primer día y ya perdí dos clases, pague un café que no fue mi culpa que se haya derramado SOBRE MÍ, tendré detención una hora, y ahora no puedo sentarme en el lugar que quiero, MALDITO GOBIERNO PUTO.

Ya no aguanto más, si sigo así, terminaré explotando.

—Dame una buena razón para no hacerlo.

Eso es, me sentía impotente, con tanta energía dentro de mi, era genial, desde ahora me daría a respetar, sí, eso, quizá pueda volverme la nueva bravucona, claro que si, eso estaría muy bie...

—Porque soy la maldita diosa de este grupo y de este colegio, y si yo digo que no puedes sentarte ahí, No vas a sentarte— sonrío con un aire de altivez la peliroja, era alta, piel güera y unos ojos color café intenso, tenía puesto un vestido crema que le quedaba a la altura de la rodilla, me miraba directo a los ojos mientras yo no podía dejar de verla de pies a cabeza.
Hasta que me animé a hablar

—Bueno, la verdad es que yo quiero sentarme al frente porqu...

Quise tratar de excusarme, pero fue inútil, como mi vida.

—Atrás hay lugares desocupados, puedes tomar uno.

Mierda, odiaba sentarme atrás, nunca me iba bien en clase si estaba atrás, no podía creerlo, pero igual no importaba, porque ahí estaba, caminando con la cabeza baja hasta las sillas de atrás, varias miradas estaban en mí, para otros pasaba desapercibida, lo cual era bueno, ya que no quería llamar la atención.

Llegué al final, y me senté en una silla desocupada que rechinó en el momento en el que me senté.

Enfrente de mi había un pequeño grupo de chicas, eran como 4 aproximadamente, una era bajita, con cabello risado y lentes, tenía brackets, la otra era un poco más alta, delgada y a diferencia de la otra chica, esta tenía el cabello lacio y amarrado en una alta coleta, la tercera chica era mas alta que las demás, un poco robusta, de cabello largo y ojos cafés, la última era bajita, delgada, cabello corto debajo del hombro, ojos cafés oscuros y tenía muchas pulseras en la mano, con un pantalón de mezclilla y una blusa roja.

Escuché como hablaban sobre unas aventuras raras por parte de la chica de rojo, no entendía muy bien hasta que...

"—Si, fue como en Harry Potter y el Prisionero de Azkaban...—"

Harry Potter... ¿ESCUCHÉ HARRY POTTER?

Y no pude aguantar más...

—¿HAS LEÍDO HARRY POTTER?— grité, la buena notícia es que la profesora aún no llegaba al laboratorio.

La chica se volteó, me miró y respondió

—Sí, leí toda la saga.

...

Y esas cinco palabras marcaron mi vida, desde ahí supe que esa chica sería mi nueva amiga, alguien en quien confiar en este lugar desconocido.

El lado bueno de ser raraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora