Amigos y ¿Señor de los helados?

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Camino por los pasillos con los audífonos puestos mientras escucho Want You Back de 5 Seconds Of Summer, es una hora libre y al parecer perdí a mis amigas de vista, solo quiero encontrar un rincón donde hundirme en mis pensamientos y no saber nada más, a veces eso es bueno, despejar la mente.
Y entonces la vi, era la chica rubia que habia conocido cuando tuve el problema con mi casillero, estaba en la esquina de una pared con la mirada perdida, ¿Qué le pasa?
Me acerqué para saludarla pero en ese momento sentí un fuerte jalón.



Nicolás

Rayos, aún no puedo dejar de pensar en esos ojos cafés, esa sonrisa y esas mejillas sonrojadas.
Era la primera vez que le ponía atención a lo que una chica hiciera, pero de eso se trataba, que ella no es una chica como las otras, ella es diferente, quizá sea eso lo que me hace enfocarme solo en ella y no en la bola de chicas que babean cuando paso a su lado, hasta pareciera que ella no me soporta, igual no importa, eso puede resolverse.

—¡Hey, hermano! ¿Todo bien?— Una voz me sacó de mis pensamientos, era Bruno, mi mejor amigo, hemos estado juntos desde que unos chicos querían golpearlo y yo intervine en esa pelea para defenderlo, obviamente terminamos ambos en la enfermería, pero estuvimos juntos y eso es lo que importa, supongo, igual y no me interesa, solo sé que si en alguien puedo confiar es en él y claro tal vez, solo tal vez, en unos lindos ojos cafés.

—Si, mejor que nunca- intenté no sonreír, pero fue inevitable

—Oh, ya entiendo, ¿Como se llama?

—¿Qué? ¿Quién?

—El señor que vende helados en el parque ¿Quién más?

—haha, muy gracioso

—Algo he aprendido, ya, dale, ¿Como se llama?

—Jessica

—Oh, una chica, yo de verdad te estaba preguntando por el señor de los helados, quiero pasar más tarde— vi asomarse una sonrisa burlona en sus labios

—Eres un idiota.

—¿Por qué crees que somos amigos?

Solté una carcajada, lo peor de todo era que tenía razón.

—Así qué, una chica, wow, vaya, por fin decidiste hacerle caso a alguna de tus "babeadoras" ¿eh?— quería reírme del término que uso para referirse a las chicas que según los demás estaban "locas por mi"

—No, de hecho, ella ni siquiera babea por mi.

—Wow, entonces ¿Como la conociste?

Buena pregunta, hasta ese punto no me había puesto a analizar la vez que la conocí, hasta que lo recordé.

—Hizo que me explotara una reacción química en la cara.

Aun lo recuerdo, en casa mi madre me tomo muchas fotos para después subirlas a las redes.

—Así que también es una nerd.

—Sabes que odio ese adjetivo.

—Que lo odies no significa que no sea cierto ¿o sí?

—Tal vez

Odiaba que me dijeran Nerd, sólo Bruno podía llamarme así, y al parecer también la portadora de esa melena castaña que tanto me encantaba.

El lado bueno de ser raraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora