Carajo, que no soy Gay

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Nicolás

—¡¿QUIERES IR MÁS RÁPIDO?!— le gritaba Naomi a Miriam— ¡ACABO DE SALIR DE PRISIÓN Y NO PIENSO VOLVER!

—¡Cállate y sigue corriendo!— exclamó Miri con un poco más de calma— ¡Nos alcanzará!

—¡Noooooooooooo!— Nao estaba desesperada

El juego ha terminado

¡Mierda! Te dije que usaramos turbo— lloriqueaba Naomi decepcionada por haber perdido la partida en pareja con Miriam en el nuevo videojuego de Bruno

—Me gustaría preguntar— inicié—¿Qué rayos hacen aquí? — agregué con ironía levantando los brazos confundido

La mamá de Jess se la llevó a una de sus reuniones después de que nos fuimos, así qué...— Nao miró alrededor—aquí estamos

—Sé que están aquí, mi pregunta es, ¿Por qué?

—¿Qué no es obvio? —la voz de Miriam sonaba burlona

¿Qué cosa?

—Estábamos aburridas y venimos aquí— soltó mi amiga la castaña antes de chocar los puños con su compañera de los chinos fantásticos

—Agh, como sea, pero debemos pensar qué haremos con respecto a la...—antes de que pudiera decir algo más la puerta de la casa se abrió dejando ver un par de figuras reconocibles a toda costa, mierda.

—Buenas noches— saludó mi padre dejando su portafolio en el suelo

—Buenas noches—dijeron al unísono con timidez

Hola papá, hola mamá— saludé

Nicolás, debemos hablar... Ahora— afirmó mi padre poniendo los brazos como jarras

—Bueno, hem... Nosotras ya nos vamos— dijo Naomi levantándose de golpe del sofá seguida por Miriam— sí, hem, porque haremos la cosa—mi madre comenzó a reír por lo bajo

Oh, claro, la cosa, por supuesto—Miri trataba de seguirle la corriente mientras se acercaban cada vez más a la puerta— bueno... ¡Adiós! Fue un placer señor y señora Cruz— cerró la puerta tras ella y después de un segundo la abrió de nuevo— suerte Nic— y cerró de nuevo

Cuando estuvimos completamente solos mi padre se masajeo la sien, quizás buscando las palabras adecuadas para abordar un tema del que yo ya estaba al tanto.

Nic, hijo— inició nervioso— verás, nosotros te vamos a amar por sobre todas las cosas—oh por Dios

Así es cariño, no tienes porque sentirte incómodo— mamá sonreía tímida — entendemos que los tiempos han cambiado y que a veces— miró a papá— pueden gustarte mujeres o incluso— tragó saliva lentamente— hombres...

Oh Dios, esto debe parar

Basta— dije haciendo un movimiento con la mano en señal de que guardaran silencio

No, hijo, debes confiar en nosotros

—Por favor, solo paren— moví la cabeza de un lado a otro

—Nicolás, ¿Acaso no nos oiste? Te aceptamos tal y como ere...— el señor Cruz comenzaba a impacientarse

—¡Papá! ¡No soy gay!— grité al final desesperado y posiblemente con cara de loco

El lado bueno de ser raraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora