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Corría, y no para a de correr. «Me mentiste» le gritaba mientas corría llorando. Dipper tropieza y mira a su alrededor, jadeaba y no paraba de llorar, de la nada ya nada lo seguía pero aún así tenía miedo. Algo aparece detrás de él.

-Lo siento, Pino, no es nada personal.

Bill despierta gritando, sudando, y estaba llorando. Era pesadilla, soñando que mataba al chico. Los mellizos despiertan, el preguntan que sucedía, los miraba a ambos desperado, se destapó, bajó las escaleras corriendo, salió por la puerta, despertando a todos, nadie comprendía que pasaba y el más preocupado era Dipper. Él corrió en dirección al bosque, lloraba y él se sentía tan raro. Empezaba a recordar la primera vez que lo vió, la primera vez que se divirtieron juntos sin que ninguno de los dos saliera herido, las risas que compartían. Cuando era feliz y no se daba cuenta. Se cansó, llegó a un árbol y se ocultó, lloraba en silencio, escuchaba los gritos de Dipper y Mabel corriendo a buscarlo.

-¡Bill! -gritaba- Por favor aparece, amigo. Estamos preocupados por ti.

Lo buscaban desesperadamente.

«¿Qué me está pasando?» se preguntó una vez más «debería estar feliz, conseguí la confianza de Ford, hoy tengo la oportunidad de llevar a cabo el Raromagedón, tomar de prisionero a la familia Pines y meterme en la mente de Ford para expandir el Raromagedón, y en vez de estoy llorando. Cálmate, Bill, tienes que cumplir tu destino». Se seca las lagrimas y espera que los mellizos se fueran, se devolvió a la cabaña, se sentía perdido pero no lo tomaba en cuenta. Subió las escaleras y se encontró con Ford.

-¿Qué pasó? Los niños te estaban buscando.

-Nada... solo un mala pesadilla, se podría decir que una muy mala de la que no quiero hablar. Lo siento -dice, mirando el suelo, suspira deprimido y se dirige al dormitorio.

Los mellizos entran a la cabaña y al entrar al cuarto encontraron a Bill acostado muy pensativo. Dipper y Mabel se le acerca y lo consuelan, mientras que él por sentirse perdido y la batalla que tenía por su destino lo llevó una mala jugada. Se intento levantar, una vez levantado se dirigió a ella.

-Creo que no me siento bien -dicho esto, siente la vista cansada, se le nublaba la vista y desmayó.

Dipper lo alcanza a sujetar, lo tenía en sus brazos, le tocó la frente y nota que tiene fiebre. De a poco con ayuda de su hermana lo logra acomodar en su cama, lo taparon. Mabel fue a buscar un poco de agua mientras que su hermano se le quedó mirando a Bill, le acomodó un mechón cabello que le tapa uno de sus ojos, le acarició el rostro y suspiró.

-Sea lo que sea, Extraño, me esta preocupando. ¿Qué te está pasando? ¿A qué le tienes miedo? Dímelo, por favor.

Una lágrima recorre por su mejilla. Él fue el único que no se cambió de ropa, no salió de la cabaña durante el día, estaba esperando que Bill despertara y tenia la fe de que iba a despertar.
Lo cuidó durante todo el día sin importar qué. Había algo de Bill que le llamaba mucho la atención y que le atraía que necesitaba saber qué le pasaba.

Mabel toca la puerta, preocupada por su hermano se le dirige a él.

-Dipper, sé que te preocupas por él, todos lo estamos porque últimamente se ha integrado en la familia pero es hora de cenar. Cenemos juntos, por favor, hermano.

-Está bien, bajaré en un segundo, Mabel.

Ella se va, mientras que él suspira y se dirige a la puerta, antes de cerrarla le queda mirando una vez más a Bill. Bill aún no despierta. Bill aún no reacciona. Bill está luchando en su interior.

Hi, S T R Δ Π G Σ RDonde viven las historias. Descúbrelo ahora