Δ ⅩⅤ Δ

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Con suerte suerte y con el poder de la hermandad que tienen logran salir de aquella burbuja corrompe mentes débiles con simples trampas que te agarran al instante si llegas a caer fácilmente.

Él los mira de lejos y es allí donde vuelve a sentir un mortal sentimiento que lo invade, los escalofríos vuelven a recorrer su espalda, sus ojos no dejan de querer observarlo. Sabe que ese muchacho había crecido, era el chico listo de siempre, siempre objetivo y decidido. Todo por su familia, sabe que esa es su fortaleza pero también su debilidad. Había ordenado aprisionar a Gideon una vez que haya intentado sacar su palacio.
No hizo nada, solo lo observo irse hacia donde sabía que se dirigirían. Algo en él cambió por completo al ver ese muchacho, a parte de temor le llegó una sensibilidad punzante al pecho, ese dolor que no quería comprender lo finaliza por entender. Se siente perdido. Decide vagar por el bosque, dar vueltas pero termina tarde o temprano por toparse con la Cabaña del Misterio. Los gemelos Pines había logrando juntarse con una de sus tíos, volvió a sentirse mal consigo mismo.

Devuelta al palacio, las cosas no cambian, finge risas y sonrisas pero su corazón está vacío hasta que sienta en su trono y mira a Gideon enjaulado.

–¿Por qué la cara larga?

–Al contrario, mi pequeño amigo –responde con una sonrisa fingida–, estoy más que feliz. Voy camino a la victoria.

Ríe pero no dura tanto y suspira. Gideon compadece de él y se sienta, lo mira por un buen rato hasta que Bill le devuelve la mirada.

–Conozco esa mirada.

Él solo bufa y mira hacia otro lado, sonriendo con falsa alegría pero el pequeño Gideon no se rinde.

–¿Sabes? Lo que pasa es que no te has dado cuenta que el único que terminará mal aquí eres tú. No creas que no noté como mirabas al hermano de Mabel, él sigue queriéndote –se sienta aún mirándolo–. Sé que no me crees pero deberías averiguarlo, él sigue queriéndote.

Él solo suspira, no quiere hablar del tema pero está obligado a mirarlo.

–Me lo dice alguien obsesionado de una chica, que no sabe diferencia entre amor y amistad. No gracias.

Devuelve su mirada hacia al frente, no hace nada más que esperar. Gideon mira lo mismo que él, la nada misma.

–Creo que ya podrías averiguarlo.

Lo mira algo confuso pero escucha un ruido afuera, una voz conocida y pesarosa, es allí donde entendió todo. Es el inicio de la pelea final. Ordena a sus secuaces ir tras sus enemigos, pero fallan, todo volvió como su predicción pero se rehusa a pensar que fallará esta vez, tienen que ir tal como él quiere. Se dirige hacia ellos pero mira a Dipper entrar, devuelve al Stanford, se dirige a él embobado. Se rinde ante sus pies, arrodillándose.

–Dipper aléjate de él –ordena Ford muy molesto pero su preocupación está presente.

Se miran a los ojos, Bill ya no sabe qué hacer, se derrite con tan solo sentir una mirada suya.

–Esto escojo –susurra–. Es tu turno de escoger, Pino.

Antes de que tomaran una decisión llegan los secuaces. Están más que molestos, pues la confianza ha sido destruída y ahora son un millar de corazones rotos por Bill. Lo tomaron y lo alejaron del chico, pero no hizo nada, no se resistió, al momento en que lo hizo fue al instante en que intentaron atacar a Dipper. Se mostró cómo es realmente, un demonio, una bestia sedienta por querer lograr lo que quería, los alejó a todos y se arrodilló dándole la espalda a Dipper en señal de protección.

–Nadie lo toca –proclama furioso–, ¡¿entendido?!

Bola Ocho ríe, se le acerca lentamente, sin mostrar actitud que le importe lo que diga Bill, solo sigue hasta llegar a pocos metros.

–¿Quieres saber por qué te debilitas con él?

–No estoy aquí para escuchar tus patrañas. Nos vamos vuelta y buscamos otro lugar para conquistar y ya.

Se levanta y antes de dirigirse a Dipper, Bola Ocho ríe nuevamente, se acerca aún más.

La situación es casi confusa para todos a excepción clara de los demonios traicionados por su líder y amigo de quizás toda la vida.

–Nosotros queremos este planeta, le extraerás la información a ese viejo nerd –añade apuntando con poca gracia hacia Ford– y harás que conquistemos este planeta sin ti. Pero... –hace una pausa jugando con sus pies y manos –no, no importa.

Bill se acerca a él y lo agarra bruscamente. Hay algo que oculta y la espera es desesperante, no puede aguantar más, necesita saber la razón de su retorno. Exige que le explique, el demonio se burla pero aún así no se niega y lo aleja de su cuerpo, logrando que lo escuchara.

–Vamos a hacer un trato, tú rechazarás tu inmortalidad, puedes escoger donde quedarte y nosotros nos iremos de aquí sin problema.

Toca sus labios y mira a Dipper, luce algo preocupado más que molesto con el demonio del que ha empezado a gustar.

Un montón de recuerdos se le vienen a la mente, no hay nada que hacer. Extiende su mano, una llama azulada sin señales de calor se encuentra al instante en su mano hasta la mitad de su brazo. El demonio no esperaba eso, quería ganar pero no quedaba de otra también vengarse de su amigo quitándole lo que le complacía o por lo menos que pensaba que complacía.
Es allí donde Dipper no podía hacer nada, fue retenido por su tío, ambos saben que era lo mejor para todos. Una parte de él siente una pena profunda.

Ambos estrechan la mano, el trato ha sido confirmado y no había nada que hacer. Bill se acerca a Dipper, Ford busca proteger a su sobrino nieto pero es alejado por los demonios, obligando a que se marchara per aún así Dipper no tuvo miedo alguno.

–No tiene que terminar así –dice sintiéndolo cerca–, hay muchas soluciones, deben haber y lo sabes.

Siente al ser inmortal tan cerca de él que llega reaccionar colocando sus manos en su pecho pero no lo empuja, solo lo siente cerca.

–Dipper, tu y Ford saben que debe terminar esto y yo perdiendo. Lo siento.

El niño no sabía que lo hacía y eso le hizo más fácil a los demonios ganar el trato sellado con Bill. Lo toma de la chaqueta y ambos finalizan la cercanía con un beso, uno muy largo que hizo que el corazón de Bill se derritiera de una mezcla de dolor y amor. Va debilitándose poco a poco. Sigue, no se rinde, sabe al sentimiento vacío que poco a poco es rellenado por mortalidad y un sentimiento que jamás volvería a sentir en años con alguien diferente que no sea con el humano del que siente amor. Cae rendido al suelo, los demonios no quedan satisfechos, tenían que salir rápido del lugar, poco a poco el palacio es absorbido y ya nada ni nadie queda. Entre dos personas pudieron cargar con Bill y salir con vida. Todas las personas secuestradas y petrificadas lograron salir con vida.

Es allí donde nadie supo cómo despertar al mortal que solía ser inmortal.

Hi, S T R Δ Π G Σ RDonde viven las historias. Descúbrelo ahora