Δ ⅩⅣ Δ

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Del cielo se abrió una grieta colorida, los demonios estaban esperando el momento por un largo tiempo esperando a que Bill lograra su plan para entrar e invadir la Tierra, logrando llevar a cabo una fiesta eterna.
Se pudo ver descender del cielo los demonios que estaban ansioso por su llegada a la dimensión que tenían planeada conquistar. Todos llegan a felicitar a su líder por su gran ingenio, logran controlar Gravity Falls por completo, logran retener a un montón personas con los ojos-murciélagos que recorren volando la ciudad.

Bill no sabe algo, o por lo menos aún no lo deduce, es algo tan simple pero no es algo pequeño. Es enorme. Esa sensación de escalofrío, que su felicidad sea falsa y él sea el único que no lo sepa.

Mientras tanto, Dipper no se dió por vencido, logró encontrar a Wendy para su suerte y buscaron una manera de hallar la forma de entrar a y sacar a Mabel. Fue complicado cómo lograron hacerlo, implicando que Bill tenga un traicionero en su equipo pero su reacción fue distinta.

–Lograron obtener la llave y entraron a la burbuja de Mabel –informa un secuaz.

Él se acomoda con tanta tranquilidad en su asiento.

–No pasa nada –responde–, esa burbuja es la trampa más cruel que haya existido.

En el fondo algo molesta, es un vacío en su pecho que ni con la eterna fiesta planificada junto a sus más fieles amigos y admiradores suyos podían llenar. Era esa sonrisa, ese ingenio, todo esas charlas que lo relajaban en un ambiente tranquilo y que podía sentir acogedor. Las luces, la música, el ambiente en que se encuentra ya no sabe si es algo que deba familiarizar. Contempla un buen rato su entorno y piensa lo que le hace falta.

Busca expandir su imperio, no por él sino ha pedido de todos, hubo una parte de Bill que en realidad lo deseó en un momento y poder conquistar el mundo entero, que todos sean sumisos y caigan ante sus pies. Pensó y observó, no quedaba mucho por hacer y sabe que hay algo en aquel pueblo en que se encuentra que impide poder salir y expandir su reino de fiesta eterna. Obtuvo una idea, a su lado tenía a unos de los gemelos Stan, es allí donde obtuvo la retorcida idea de pedir que hablara. Lo despertó en una acogedora sala, tocaba el piano con elegancia dando una entrada macabra pero con gracia. Sabía que no iba a hablar, fue un buen intento el soborno pero aún así hizo lo que debía hacer. Al primer castigo sintió un vacío.

–¿Qué pasa? ¿Ya te oxidaste? –juzga Stanford a Bill.

Lo toma del cuello, volviendo a mirar esos ojos buscando no mostrar temor alguno a aquel ser demoniaco. Gruñó y lo tomó con fuerza, acercándolo a su rostro control de sentir su temor, algo que casi logra por completo.

–Iré a dar una vuelta, ya lo haré hablar.

Suelta al hombre y lo deja en las manos de sus amigos, quienes deja que se diviertan con él mientras no lo dejan en estado grave para hacerlo hablar.
Mira a lo lejos la burbuja reventarse y siente una rara alegría en su corazón. Queda pensativo a lo que ve, inicia con descender al suelo con cuidado, siente en el paso en sus descalzos pies, la brisa recorrer por su cabello y rozar por su rostro. Goza de aquel momento a solas sabiendo que quizás no vuelva a repetirse en alguna ocasión, esa calma que lo devora con lentitud y que le hace decir que algo anda mal. Asciende a su pirámide lujosa y ordena que alejen sus manos del hombre que buscaba torturar.

–Si no vas a decir algo, ¿sabes qué haré? –sonríe.

Stanford lo mira confuso pero sin bajar bajar guardia ni mostrar debilidad alguna.

–¿Qué harás? ¿Hacerme cosquillas hasta mi muerte?

–Iré por los niños, a ver si eso te hará hablar.

Vuelve a dejarlo como su esclavo dorado, viendo y dejando esa expresión de desesperación y desconsuelo.

Antes de irse uno de sus amigos se le acerca, lo toma del hombro bruscamente.

–Te estaremos esperando, Bill –sonríe.

–Yo nunca fallo –responde con seriedad.

Sin importar las miradas confusas él tan solo caminó y desciende hasta tocar el suelo, buscando el camino hacia los jóvenes gemelos Pines aunque supiera la inseguridad de lo que hace en su pecho junto con ese vacío de desesperación por llenar.

Hi, S T R Δ Π G Σ RDonde viven las historias. Descúbrelo ahora