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–¡¿Dipper?! ¡¿Mabel?! –grita Bill desperado y agitado.

Los mellizos corren a verlo, justo cuando Bill intenta levantarse y a punto de caer los mellizos lo sujetan.

–Tranquilo, amigo, te tenemos.

–Necesitamos que te relajes, Bill –le dice Mabel– y que te quedes allí. Terminamos de cenar y te atendemos, por mientras nuestro tío Ford te acompañará, ¿ok?

–Está bien, gracias a los dos. Les debo un montón.

Los hermanos Pines bajan las escaleras, se escuchan sus pasos bajar las escaleras. Se les escucha hablar con sus tíos, por lo que se escucha Ford no tenía problema en ayudar a cuidar a Bill mientras los mellizos terminan de cenar calma.
Ford pone la tetera en la cocina, prepara un té, lleva un paño húmedo y se dirige a subir las escaleras. Él escucha los pasos del hombre subir las escaleras, se sentía débil.

–Hola, Bill. Te traje un poco de té para que te mejores y algo para bajar un poco el calor.

–Muchas gracias, señor.

Ford se le acerca y le coloca el paño en la cabeza, le ofrece el té, Bill se lo toma desesperadamente.

–Calma, muchacho. Últimamente si hablamos de lo que te pasa en la parte  psicológica, ¿no te has sentido bien?

–Creo que no, es muy difícil de explicar, Ford.

–Mira, a veces cuando se trata de escoger una decisión importante colapsamos pero en la vida todo tiene una solución.

Bill pensó en sus ilusiones, había tomado una decisión pero tenía que ejecutarla de a poco. Sabía que él tenía razón, así que se dejó llevar de a poco con la familia Pines.

Ya a la mañana siguiente se recuperó, se sentía mejor, algo muy raro para la familia pero les alegró mucho.

–Que bueno saber que te recuperaste, Bill –emocionado se le dirige al nombrado–, hay muchas cosas más que queremos mostrarte.

–Si, hoy conocerás mejor a mis mejores amigas, pasaremos por la mansión Northwest a buscar a escondidas a Pacífica, iremos al mall y la pasaremos súper bien –comenta emocionada Mabel.

Él sonríe, aceptando la propuesta. Una vez listos para salir, llamaron a Grenda y a Candy para poder juntarse en el centro comercial, mientras tanto Pacífica se escapa de la mansión Northwest, va camino dirigiéndose hacia los demás.

–Al fin, ya me estaba aburriendo allí adentro. Bien ¿a dónde vamos? ¿Qué quieren que él aprenda del pueblo? –sonríe Pacífica.

Mabel le cuenta todo lo que planean hacer durante el día, obviamente ella sonríe al escucharla tan emocionada, así que se une con ellos. Pacífica me va ayudando a entender el pueblo, cosa que él finge sabe la nada misma siendo que sabe cada cosa de cada uno de la gente que habita en Gravity Falls, pero lo hace con tal de relajarse aquella tarde junto con los mellizos Pines y sus amigos.
Dipper de vez en cuando le miraba, aún está sorprendido de lo rápido que se recuperó y de la rara vez que salió corriendo de la cabaña por alguna extraña razón. Las chicas pararon un segundo para comprar una helados, dejando a los chicos a solas, dándole la oportunidad al chico de preguntarle al ser inmortal de qué le sucedía.

–¿Bill?

–¿Si? –le mira a los ojos relajado sonriéndole.

–Ah... pues el otro día saliste corriendo de la cabaña, y quedé con la duda y perdón si te lo recuerde, no debería preguntarte pero quiero saber qué pasó. Solo como que me preocupé, nada más –responde nervioso y un tanto inseguro–, claro que si no me quieres responder esta bien, creo que estoy un poco entrometido. Perdón, creo que ya metí la pata.

Bill ríe y apoya una mano en su hombro, le explica que solo tuvo una mala pesadilla, obviamente le respondió mintiéndole, no le podía decir la verdad.
Una vez que las chicas salieran de la tienda de helados se dirigieron a la entrada del centro comercial, allí se encontraban las mejores amigas de Mabel. Candy estaba tan desesperada como Mabel que al ver a Bill se sonroja y corre a abrazarlo. Bill le responde el abrazo con una sonrisa nerviosa por la reacción de la chica. Pasaron una tarde divertida, comieron pizza, hicieron travesuras, dieron una que otra vuelta en el centro comercial hasta que Bill se dió la necesidad de encontrar un baño.

–Debo ir al baño –comenta al ver uno–, espérenme. Es un poco urgente.

Él corre hacia el baño, a lo que los demás le esperaron, Dipper empezó a charlar con Pacífica amistosamente, Grenda y Mabel empezaron a acercarse a Candy.

–Oye, ¿con que tu y Bill, eh? –le molesta amistosamente Mabel.

–Pensaba que él te gustaba, Mabel –se sonroja Candy.

–No, ya no. Creo que debería calmarme un poco con buscar a un chico por un buen rato.

–Deberías pedirle salir algún día, Candy.  Aprovecha antes de que lo pierdas –sugiere Grenda.

Ella queda pensativa y acepta la idea, estaba dispuesta a pedirle una cita a Bill. Él salió del baño, a lo que enseguida se dirigieron a salir del centro comercial directo a la Cabaña del Misterio. De vez en cuando entre los únicos dos chicos del grupo intercambiaban miradas, charlaban amistosamente, aunque de vez en cuando se notaban un poco sus nervios. Ya al llegar a la cabaña Candy respira, se arma de valor, inhala, piensa bien, exhala.

–¿Bill, te puedo preguntar algo?

–Si, claro. Dime.

–Quería saber ¿querrías salir conmigo mañana en la noche? –cierra los ojos sonrojada.

–¿Hablas de una cita?

Dipper sintió de la nada como un vacío, él no sabía porqué ese vacío pero estuvo dispuesto a seguir escuchando el resto de la conversación  y ser fuerte.

–S-si, una cita. ¿Gustas?

–Ah... si, claro. Tal vez pueda intentar.

Candy se alegró, se despidieron y ella se fue contenta a su hogar. Bill y Dipper a la hora de estar solos en el cuarto vió el rostro de Bill no muy convencido de la cita.

–¿No gustas de ella, verdad?

–No pero de seguro quién sabe. Solo es una salida, nada más.

–Mira, mi hermana pensaba lo mismo de Gideon, le dije "vas a enamorarlo si aceptas salir con él, vas a ilusionarlo" y ella insistió y luego no podía decir que no. Una cosa que ella aprendió fue que al ilusionar a alguien no solo te dañas también dañas a la otra persona y que Gideon se comportó como un maldito psicópata.

Bill ríe, pero se niega, piensa que Candy puede vese inofensiva y además no piensa ilusionarla o es por lo menos lo que él piensa.

Hi, S T R Δ Π G Σ RDonde viven las historias. Descúbrelo ahora