Capítulo 11: El Rey De Los Goblins

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Toby había llegado a la ciudad Goblins. Estaba tan impresionado por la muralla despampanante que la rodeaba, que no se dio cuenta de que Lancelot, Pétalo y Kol se encontraban justo detrás de él. Al verles se sonrojó de alegría.

—Esa muralla rodea la ciudad. ¿Cómo entraremos? —preguntó el oso.

—¡Por la puerta, zoquete! —exclamó el goblin, que ya caminaba hacia ella—. Por dónde sino íbamos a poder llegar al castillo más allá de la ciudad de los goblins.

—El castillo... —El joven se había imaginando que allí encontraría a su hermana, a Jareth y posiblemente a sus demás amigos, pero seguía sin saber lo que buscaba.

—Deberíamos adentrarnos ya. No es seguro quedarse aquí cerca del vertedero... Se oyen rumores sobre criaturas de la basura —aseguró la mariquita con una mueca de pánico—. La ciudad nos brindará protección.

—Sí tienes razón. Será mejor que entremos —coincidió Toby. 

Lancelot y Pétalo comenzaron a avanzar, a excepción del joven. No quería expresarlo, y se esforzaba en ocultar su lenguaje corporal, pero él también era presa del pánico. El goblin hizo ademán de adelantarse con ellos, pero al ver como se había quedado parado decidió acercarse a él y le miró fijamente a los ojos.

—¿Tienes miedo?

—Sé que no debería tenerlo, pero estoy seguro de que en la ciudad encontraré aquello que he estado buscando. —Pausó para coger aliento. Le costaba sincerarse... Muestra de ello era el pequeño tik en su hombro derecho al hablar—. Al final sabré por qué estoy aquí y no sé si estoy preparado. Este laberinto, vosotros, la experiencia... No quiero que se pierdan en el olvido como cuando era niño.

—Quedarte estancado tampoco es la solución, así que anda —ordenó Kol.

Toby respiró hondo. Necesitaba creer en sí mismo tanto como sus amigos creían en él. Entonces se animó a avanzar con decisión hacia la puerta en la muralla, listo para enfrentarse a su destino finalmente.

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Las gigantes puertas se abrieron y Toby, Lancelot, Pétalo y Kol entraron en la ciudad de los goblins, donde para sorpresa de todos sus habitantes festejaban su llegada bailando y vitoreando al son de "Viva el rey"

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Las gigantes puertas se abrieron y Toby, Lancelot, Pétalo y Kol entraron en la ciudad de los goblins, donde para sorpresa de todos sus habitantes festejaban su llegada bailando y vitoreando al son de "Viva el rey".

—¿Por qué gritarán eso? —El oso les miró escéptico.

—Puede que estén de celebración por el rey Jareth —respondió la mariquita igual de sorprendida.

A medida que avanzaban los goblins abrían un camino alrededor de ellos en la calle principal, lo que llevó al joven a cuestionarse más aun lo que estaba sucediendo. Él no conocía a los goblins, pero no le parecía una actitud normal para ellos, al menos no la que había visto en Kol originalmente. Su amigo caminaba a su lado con su cara seria y pose amenazante, sin inmutarse del jolgorio de sus congéneres.

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