Ya como una rutina semanal y mi favorita de todas, me acerco a la mesa de Lauren y tomó su pedido.
— Me siento sola aquí en esta mesa para dos ¿puedes traer otra malteada?
— ¿Una malteada será tu compañía? —rio ante la idea de la chica de ojos verdes.
— No, pero tu si. ¿Quieres ser mi compañía por hoy? —lo sería por toda la vida, pensé.
— ¿Es un tipo de cita?
—Oficialmente lo es si aceptas — asiento, creo que puedo saltar de la felicidad en estos momentos.
Regreso por las malteadas con una gran sonrisa que no puedo ocultar, creo que estoy enamorada de la bonita chica.