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Luego de aquel conmovedor momento, la console un rato y cambiamos de tema.
Me dijo que se iría de viaje con sus padres y posiblemente no vuelva hasta dentro de tres semanas.

Por suerte intercambiamos números y hemos estado enviándonos mensajes diariamente, las conversaciones solían ponerse melosas y me confesaba como sus mejillas se ponían de un color rosa al momento de que le decía lo hermosa que era.

No se como son capaces de lastimar a un ser humano tan espectacular como lo es ella por un simple capricho.
La tentación del placer es inevitable.

Otra vez un día de lluvia, como siempre sólo Jack y yo nos encontramos.
Me tocó cerrar el local está vez, Jack se fue veinte minutos antes.

Para mi sorpresa aquella ojiverde entro al local, agitada como si hubiera venido corriendo.

—¿Lauren? —la miro sorprendida, no la esperaba hoy para decir verdad.

Sus brazos me envuelven en un cálido abrazo, cruzo mis manos sobre su cuello y me recuesto sobre su hombro mientras un suspiro se escapa de mis labios. Necesitaba esto, necesitaba verla, necesitaba a ella.

No ha cambiado mucho, tal vez este un poco más alta pero sigue siendo la Lauren de la cual me enamoré.

— Te extrañé —suelta de repente casi en un susurro.

— Y yo a ti, después de todo eres mi clienta favorita —escucho como ríe y finalmente nos separamos de ese abrazo que parecía que sería eterno.

— Lo siento, mi compañero que prepara las malteadas se fue —hago una mueca y queda pensativa.

— Que tal si me preparas una ¿puedo ser una excepción?

— La única. —Tal vez eso fue demás pero no puedo seguir ocultando lo que siento por ella.

Me sigue hasta donde sucede toda la magia, estúpido pero me gusta llamarlo así.

— Y bien ¿qué sabor desea señorita?

— Fresa, porque estoy feliz —al parecer tuve razón en que los sabores de las bebidas dependían según su estado de ánimo.

— ¿Se puede saber porque lo estas? —digo mientras preparo la bebida.

— Porque estoy junto a ti —siento sus brazos rodear mi cintura y me quedo estática ante su confesión.

Giró a verla y clavó mi mirada en sus labios y ella de igual forma.
Rodeo mis brazos alrededor de su cuello y cortamos la distancia entre nosotras finalmente uniendo nuestros labios por primera vez.

— Me gustas Camila.

malteadas ➻ camrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora