Los ojos de Collin se abrieron lentamente, su cuerpo le dolía a mares y realmente no sabía en donde se encontraba, giró su rostro tratando de observar un poco de su alrededor y notó la presencia de Lieselotte dormida a su lado, su cabello cubría gran parte de su cuerpo y sus manos debajo de su rostro la hacían ver demasiado tierna, con mucha delicadeza bajó de la cama y comenzó a recorrer la habitación. El lugar parecía una pequeña habitación de una cabaña, se dirigió a la ventana más cercana a él y miró el paisaje frente a sus ojos, era una pequeña aldea, probablemente no vivían más de 50 personas en el lugar. Collin recorrió la habitación sin hacer ruido alguno, tratando de perder un poco de tiempo, llegó al baño y se miró en un viejo espejo notando un extraño tatuaje color blanco en la zona baja de su cuello, lo miró mucho tiempo tratando de descubrir que era sin llegar a una conclusión exacta, solo sabía que era similar a una letra S acostada.
Lieselotte movió ligeramente su brazo tratando de buscar a Collin pero al no notar su presencia se despertó de golpe observando al chico justo en la puerta del baño.
"Buenos días Lis, ¿dormiste bien?"
"Probablemente no tanto como tú." Respondió la chica mientras se levantaba de la cama y se dirigía al baño buscando algo para cepillarse el cabello y enjuagarse la boca, por suerte en ese lugar contaba con un líquido similar al enjuague bucal. Con sus manos sacó a Collin del baño y cerró la puerta fuertemente.
El chico comenzó a recordar lo que sucedió el día anterior, la sombra blanca entrando en él, la sensación del éter oscuro saliendo de su cuerpo y observar como un chico era cubierto por esa energía y se dirigía al fondo de un abismo, el extraño árbol con ese texto. Llevó su mano a su nuca tocando el lugar en el que sintió el éter oscuro salir de él, la sensación en ese lugar era cálida, movió sus brazos y sus piernas sintiéndose más ligeros y con la misma flexibilidad de antes de ser encerrado en esa ciudad.
Caminó a la ventana que le regalaba una hermosa vista del bosque que se alzaba alrededor del pequeño pueblo, observó las aves que se alimentaban de los pequeños insectos que deambulaban por el suelo, sus cantos le daban una atmosfera agradable al pueblo a diferencia del sonido de la ciudad que siempre estaba acostumbrado.
"¿Sucede algo?" Preguntó Lieselotte llegando por detrás de Collin mientras cepillaba su largo cabello.
"Nada Lis, este pueblo es realmente reconfortante, el aire que se respira sumado al sonido de los arboles meciéndose y el canto de los pájaros crean un hermoso lugar, nada parecido al Humania."
"Realmente la mayoría de las capitales de cada país son igual de ruidosas que Humania, a mi ver la peor es Automatia." Respondió mientras terminaba de peinarse y acercarse a Collin.
"Lis, quería hablar contigo sobre un tema en especial." Collin miró con sus profundos ojos azules a la chica haciendo que esta se sonrojara.
"¿De qué quieres hablar?"
"Sabes, ya recordé parte de mi pasado, algunas cosas aún están incompletas, pero hay una que estoy seguro es real."
"..."
"Lieselotte, no sabía cómo ni cuándo decirte esto, pero sé que no puedo postergarlo más."
"¿De qué hablas Collin?" El tono nervioso de la chica confirmó los pensamientos que había en la cabeza del pelinegro.
Collin se acercó al cuerpo de la chica y la abrazó suavemente atrapando su pequeño cuerpo en sus brazos. El rostro de ella estaba totalmente rojo y mantenía la boca abierta sorprendida por la acción del chico.
"Lis... El primer recuerdo que llegó a mí... fue de nosotros dos juntos, recordé cada momento, vi cada frase, mi cabeza se llenó de ti... perdón por dejarte sola todo este tiempo..." Susurró Collin a la espalda de la chica, el rostro de ella se acurrucó en el pecho de Collin mientras un pequeño río de lágrimas se escapaba de los ojos de la peliblanca.
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Synchronicity
Fantasy¿Alguna vez pensaste que tu vida era aburrida?, ¿Te cuestionaste alguna vez si lo que estabas viviendo era real? Collin constantemente se atacaba con esas dos ideas, hasta que un día de regreso a su hogar encontró la llave de esa y muchas mas cosas...