"¡Despierta!" El joven abrió lentamente sus ojos al escuchar la tierna voz de una chica, lo primero que sus ojos observaron fue el millar de estrellas que iluminaban el cielo nocturno.
"¿Estas bien?" El chico giró su cabeza a la derecha llevándose una enorme sorpresa al observar a una joven de largo cabello negro, profundos ojos azules y una sonrisa tan resplandeciente que el chico podría jurar que brillaba más que las estrellas mismas.
"Si..."
"Toma mi mano, te ayudare a levantarte." El chico tomó la mano de la pelinegra y con esfuerzo se puso de pie, al girar su cabeza hacia el lugar en el que se encontraba se sorprendió enormemente al ver el enorme cráter que se encontraba en el suelo, casi podría jurar que tenía un diámetro de 10 metros.
"¿Qué haces aquí tirado? ¿Sucedió algo?" Ella se colocó frente al chico y llevo sus manos a su espalda mientras inclinaba su cuerpo hacia él.
"No lo recuerdo..."
"Oh... Bueno me presentaré, soy Lilith Lefebvre, ¿Cuál es tu nombre?" El chico la observó con más detalle, su apariencia era similar a la de una chica de 17 años, su estatura era tal vez de 1.60 metros, su belleza era muy cautivadora y su cuerpo igual, portaba un hermoso vestido azul con puntos blancos por todas partes, además de una hermosa flor azul en su cabello que parecía tener un cristal en el centro.
"..." El silencio recorrió el lugar haciendo que el rostro de Lilith se pusiera serio.
"¿Hay algo que recuerdes?"
"Realmente no sé nada de mí, tengo extraños recuerdos que giran en mi cabeza pero no puedo discernir entre ellos, solo recuerdo a un chico un poco mayor que yo, de cabello negro, pero es lo único que recuerdo." Él miró al suelo un poco triste haciendo que Lilith pensara un poco, después de analizar lo que él dijo, ella tomó la mano del castaño y comenzó a caminar con dirección a algún lugar.
"Te llevare a Humania, es el país al que pertenezco, ¿no tienes hogar supongo? Así que te quedaras en mi casa, pero primero te llevare con el líder del país." El chico se sorprendió ante la actitud de ella y sonrió dejándose llevar por ella.
"Está bien."
La pareja caminaba lentamente en dirección a lo que se veía era una enorme ciudad, el castaño aun no soltaba la mano de la chica y ella caminaba frente a él sin preocupación alguna, él pensó que tal vez ella podría ayudarlo más de lo que necesitaba y eso lo hacía sentirse mejor. No recordar nada era algo horrible, algo que no le deseaba a nadie y que probablemente le causaría desconfianza a cualquier persona, pero ella no demostraba aquella desconfianza, en cambio, ella lo estaba llevando a su casa, algo que jamás creía posible. Después de varios minutos de caminar llegaron a su destino.
"Mmm... me siento incomoda al no poder llamarte de alguna manera, ¿qué te parece ponerte un nombre en lo que recuerdas el tuyo?"
"Por mi está bien" El chico le sonrió amablemente mientras los dos se detenían a las afueras de la ciudad.
"Veamos... te encontré a las afueras de la ciudad... bajo el cielo nocturno, tienes el cabello café y un lindo rostro." Ante esto último el chico se sonrojó sorprendido.
"Te llamare... ¡Sora!" La cara de felicidad que Lilith tenía parecía ser el rostro de felicidad de alguna persona al encontrar un enorme tesoro.
"¿Y qué tiene que ver todo lo que dijiste con ese nombre?"
"¡Fácil! Sora significa Cielo en un idioma antiguo, y mirabas al cielo así que ese será tu nombre."
"Admiro tu lógica." El ahora llamado Sora sonrió molestando a la chica.
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Synchronicity
Fantasy¿Alguna vez pensaste que tu vida era aburrida?, ¿Te cuestionaste alguna vez si lo que estabas viviendo era real? Collin constantemente se atacaba con esas dos ideas, hasta que un día de regreso a su hogar encontró la llave de esa y muchas mas cosas...