3. Te busqué.

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-Lo mejor que comi hace tiempo- Corey se tiró hacia atrás en su silla y acarició su estómago.

-Sí, te pasaste, Noa- Franny acarició mi brazo -Y pudimos estrenar nuestra mesa para comer juntos-

-¿No comen juntos?- me sorprendí.

Aunque recuerdo que los chicos antes hacían lo mismo. Supongo que los horarios de todos no son los mismos.

Franny negó y antes de que pudiera decir algo más mi celular sonó en alguna parte de la cocina.

-Te tocan los platos- señalé a mi amiga y ella hizo una mueca de asco.

Me puse de pie mientras me reía.

-Corey puede lavar los platos también- se quejó.

-¡Corey me ayudó en casi todo!- reproche antes de deslizar el dedo por la pantalla y llevar el teléfono a mi oreja -¿Hola?-

-¿No te olvidaste de algo?- Dylan habló enojado.

-¡Perdón!- le había dicho a que iba a estar en casa después de comer pero creo que se me pasó un poco la hora -Perdón, Dylan. Te lo voy a compensar- caminé hacía el living y me senté en el sillón.

-¡Por supuesto que lo vas a hacer!- gritó histérico -Franny te está robando de mi-

Giré los ojos y me mordí los labios antes de contestar -Nadie me roba de nadie. En todo caso yo tendría que decirte lo mismo sobre Eric-

-Ni se te ocurra ir a ese lugar- pude escuchar como cerraba y abría puertas -Te voy a cortar porque estoy cansado y ya es tarde. Necesito mis ocho horas de descanso pero esto no va a quedar atrás- amenazó.

-Está bien, mamá- me burle de él -Nos vemos mañana- corté la llamada y cuando miré la hora quise llorar porque mañana tenía que entrar temprano a trabajar.

-Franny, necesito volver a casa- dije cuando volví a la zona de la cocina.

Corey estaba ayudando a Franny a lavar los platos y Kian estaba sentado con su teléfono en las manos.

-Oh- Franny me miró e hizo una mueca -¿Kian, podrías llevarla?- preguntó y casi me caigo en medio de la sala -Ella no vive tan lejos-

Kian levantó la vista de su teléfono y su cara sin expresión ya me había puesto incómoda, solo se dignó a mirarla.

-Es mejor que pida un uber- desbloquee el teléfono y entré a la aplicación.

-Te llevo- por primera vez en la noche me dirigió la palabra.

Tragué saliva y esperé que no hayan escuchado cuanto me había costado.

-Puedo pedir un uber. Estoy a 15 minutos- me encogi de hombros y aclaré como si él no sospechara dónde estaba viviendo.

Me ignoró y agarró sus llaves antes de caminar hacia la puerta -Vamos- dijo sin mirarme.

Si algo no quería en este momento era estar en un auto sola con Kian pero también sabía que iba a ser más escandaloso si no iba con él.

Saludé a los chicos y agarré mis cosas. Cuando salí no sabía a que auto subirme porque Kian ya no tenía el mismo que antes.

Cuando me acerqué a los autos estacionados para ver en cual estaba tocó bocina haciéndome saltar del susto.

-¡Kian!- grité antes de ir del lado del acompañante -Casi me muero del susto-

Podía ver como aguntaba la risa y eso me hizo sentir un poco más cómoda. Después de todo eramos solo nosotros aunque las cosas hayan cambiado.

-¿A lo de Dylan?- preguntó mientras sacaba el auto del garaje.

Asentí y me acordé que sus ojos estaban en el camino.

-Sí- contesté -¿Te acordas el camino?-

Me dio una mirada rápida como si fuese la cosa más obvia.

Suspire y me digne a mirar por la ventana el resto del viaje.

El semáforo cambió a rojo y pude sentir sus ojos en mi perfil.

-¿Qué?- lo miré y desvió su mirada otra vez hacia el frente -¿Qué?- volví a repetir. Exigiendo que de una vez por todas me diga lo que pasaba por su mente.

Suspiró y vi como sus dedos se apretaban en el volante -Pensé que nunca ibas a volver- habló lo más tranquilo que alguna vez lo haya escuchado.

Levanté las cejas -Bueno, necesitaba establecerme en un lugar y no podía volver a casa, eso sería una completa perdida de tiempo- fui sincera con él.

-Me alegro de que hayas elegido volver, realmente- podía sentir que él estaba siendo totalmente honesto conmigo y lo apreciaba más de lo que podía llegar a creer.

-Yo también- sonreí en su dirección.

-Yo no quise- dijo después de un rato de silencio.

-¿Qué?- pregunté no estando segura de lo que había escuchado.

Aclaró su garganta y se acomodó en el asiento -Yo no quise que todo terminara así-

Realmente estábamos haciéndolo, estábamos teniendo la conversación.

-Yo tampoco, pero tal vez las cosas tenían que ser así-

-Te busqué- comentó -Te busqué un montón-

-No sé qué decirte, Kian-

Negó con su cabeza -No hay nada que decir- suspiró como si se hubiese sacado un peso de encima -Estoy simplemente encantado con que hayas vuelto-

Pinky promise? 2 / Kian Lawley.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora