Eran las 4 de la mañana y mi cabeza daba vueltas, las personas se me duplicaban, y no podía hablar sin trabarme. Tenía el pedo de mi vida. El boliche estallaba de personas y yo la estaba pasando como la puta madre.
Estaba bailando en el centro de la pista con todos los chicos, claramente ellos estaban igual o incluso peor que yo. Miré como Lit se chamuyaba a una mina así que lo descarté como víctima, aparte habíamos quedado como amigos.
—Daaam —hablé apoyándome en mi mejor amigo.
—¿Qué? —respondió enojado, se estaba chamuyando a una mina.
—¿Y woous? —pregunté buscándolo con la mirada, pero no lo podía ver.
—Creo que se fue —dijo sin darle importancia, Dam no había tomado casi nada, era una mami.
—¿Me llevas con él? Daaau quiero cogeer —contesté riéndome.
Mi amigo me miró raro y negó con la cabeza, la chica que se quería levantar me miraba raro.
—Daaam, voy a vomitar amigo —avisé mientras sentía como subía el líquido.
—¡La puta madre, Zoe! —gritó.
Me agarró del brazo y caminamos hasta no sé dónde, sólo sé que una brisa fría me reconfortó. Me apoyé en un árbol y me vomité la vida, mientras Dam me sostenía el pelo.
—Zoe, ¿Por qué sos tan pelotuda? —preguntó indignado.
—¡Bue! —contesté reconfortandome.
Vomitar me había puesto atr de nuevo, pero Damián empezaba a ponerme de mal humor. Me até el pelo en una coleta y lo miré con los brazos cruzados.
—¿Qué? —preguntó mirándome mal.
—A vos, ¿Qué te pasa?
—Me jode tener que dejar de chamuyarme a una flaca porque sos una pendeja de mierda que no sabe tomar —soltó enojado.
Solté una risa sarcástica. —Ah bueno, gracias, "amigo" —hice comillas con mis dedos—. Anda a cagar, Damián.
—No, Zoe, anda a cagar vos. Sos una pendeja caprichosa que todo el tiempo quiere que todos estén atrás de ella —habló levantando un poco el tono de su voz. Estaba realmente enojado
—Vos me estás jodiendo, ¿No? Flaco te banco en todas tus pelotudeces y me venís con esto —respondí levantado todavía más mi voz.
—¡Ahora resulta que mis cosas son pelotudeces!
—¡Y también resulta que soy una pendeja de mierda!
—¡Todo el tiempo hablando de Joaquín, me cansé de escuchar siempre lo mismo! No te quiere, Zoe, ¡Aceptalo! —gritó.
Todas y cada una de sus palabras me pegaron como un puto tiro. Mi mejor amigo se había cansado de mi.
—¡No me hables nunca más en tu re puta vida! —grité, haciendo que la gente que estaba ahí se ponga aún más atenta a la escena.
—Zoe... —Dam se rescató e intentó agarrar mi brazo, pero me safe rápidamente.
Empecé a caminar lejos de él, ignorando sus gritos. No lo quería ver, y tampoco quería entrar al boliche.
Bueno, hay una realidad de todo esto: me puse en pedo sólo porque me crucé a Joaquín y a su novia. Juntos. Chapando. Estaba tan enojada.
Volví a Argentina ayer y ya todo me salió para el orto. El amor de mi vida estaba con otra, mi mejor amigo no me banca, me acabo de perder en Capital. Nada puede salir peor.
Me senté en una plaza y saqué mi teléfono, esperando a que alguien me responda y me venga a buscar.
Probé con todos mis amigos pero nadie me atendió, sólo me quedaba una última y dolorosa opción.