Un mes después.
Sólo Sofia, Khea, Joaquín y yo sabíamos lo que había pasado esa imborrable noche de viernes, no hubo denuncias y tampoco lo volvimos a ver. El miedo todavía me erizaba los pelos cuando me quedaba sola en casa o cuando mi teléfono sonaba de noche, pero de a poco mi novio me ayudó a superar todo eso.
Nadie tocaba el tema, nadie hablaba de Valentin, nadie decía nada. Joaquín no podía hablar de eso sin llorar, y yo no podía mencionarlo sin que me caigan todos los recuerdos.
Tuvimos noches de insomnios, y otras de pesadillas, aunque yo viví la peor en carne y hueso. Mi novio intenta no dejarme sola, ni de día, ni de noche.
Nadie sabe el paradero de Valentin, después de ese día se borró, nunca más lo vieron. La madre está desesperada, pero él aún no regresa. Dicen que se mudó muy lejos de Capital, que está en una provincia, pero se desconoce cuál. La última información que tuvimos de él fue que discutió con su novia y le pegó, dejándola internada con fracturas leves en su cuerpo. Después de eso, se escapó, lejos. Qué fácil fueron las cosas para él.
Joaquín y yo no estamos teniendo la mejor de las relaciones, peleamos casi todos los días y estamos en una especie de guerra fría. Nada bueno. El problema era simple: le había descubierto mensajes con una chica.
Entré al departamento y dejé mi cartera en el sillón. Mi novio estaba ahí mirando fútbol mientras comía papas fritas.
—Hola —saludé pasando detrás de él, sin obtener respuesta—. Hola —repetí un poco enojada.
—Ya entendí que llegaste —respondió de mala gana.
Bufé y caminé a la habitación, dando un portazo que retumbó por todo el departamento. Me tiré en la cama y saqué el celular del bolsillo para responder los mensajes. Unos golpes en la puerta me sacaron de mis pensamientos.
—Zoe —Joaquín abrió la puerta y entró a la habitación, sentándose en la cama.
Lo miré esperando a que hable.
—Hace dos semanas nos debemos una charla.
—Sí, pero si ni siquiera me hablas es re complicado, Joaquín.
—Zoe, por favor, estás muy histérica últimamente, siempre encontras la forma de pelearme —respondió un poco irritado.
—¿Cómo pretendes que no esté histérica si te hablas con otra? —grité.
Mi novio se quedó en silencio, mirándome sorprendido. Me levanté de la cama y salí de mi habitación para abandonar el departamento.
—Para Zoe —Joaquín me tomó del brazo—, quédate y hablemos bien, por favor.
Él tenía los ojos llorosos y su agarre era débil, estaba destruido.
—Me voy —respondí fría, sin ninguna expresión en mi cara.
Esta vez, Joaquín no me frenó, y eso me dolió un poco. Suspiré y abandoné a duras penas el departamento, con un inexplicable nudo en la garganta y las lágrimas que no paraban de salir.
Me pasé las manos por el pelo, frustrada, mientras esperaba el ascensor. Mi mundo se había derrumbado nuevamente, Joaquín seguía siendo el mismo gato de siempre.
Me limpié las lágrimas que recorrían mis cachetes y salí del edificio, sabía exactamente a donde podía dirigirme y pasar unos días ahí sin problemas. Necesitaba pensar.
NO ME MATEN LAS AMO ESTUVE RE COLGADA PERO PROMETO SUBIR MAS SEGUIDO Y TERMINAR LA NOVELA ESTA SEMANA. bueno espero q les guste.
Estoy escribiendo una nueva novela pero todavía no sé de quien hacerla, ayuda:
-1 Dani
-2 Paulo
-3 Wos
-4 Dam
-5 otro más (comenten)chau las amo gracias por leer y perdon por hacerlas esperar tanto