El tiempo se detuvo mientras nuestros ataques chocaban. Noté como el viento a nuestro alrededor se arremolinaba y antes de lanzarnos a ambas por los aires, chillé con fuerza y mi brazo traspasó la barrera de niebla que me separaba de la bruja. Escuché el aullido del dolor del ser y la onda expansiva del choque me hizo rodar varios metros por el suelo. Abrí los ojos y todo lo que vi fue el humo; el mundo daba vueltas. Oí unos gritos en la lejanía, como si aplaudieran, pero no podía estar segura.
Pasé segundos allí tirada, incapaz de moverme, mi cabeza aún seguía rodando. Sentí unos brazos que me agarraban por los hombros y me arrastraban. Algo duro dio en mi espalda y me mordí el labio para no chillar; dolía mucho, seguro que me habría hecho bastantes heridas. Distinguí una figura frente a mí y unos gritos con el apodo que le había dicho al chico que salvé.
Tras varios minutos el mundo volvió a su sitio y pude ver a Percy que se había quedado a mi lado. Me llevé la mano a la capa preocupada, afortunadamente seguía en su sitio y nadie me había visto el rostro. Hice un intento de levantarme pero un espasmo de dolor en el brazo hizo que volviera a sentarme. Sin embargo hice un esfuerzo y me levanté, ¿había ganado o tendría que volverme a levantar para pelear? No podía seguir allí sin saberlo.
La idea de envolver mis brazos con el poder del aire había sido muy buena; de aquella forma la corriente dispersaría la niebla y a su vez, potenciaría mi ataque. Al final la Playstation había servido para algo más que para entretenerme.
Noté una mano en mi hombro y me di la vuelta; era Percy.
-Lo has conseguido Cazadora de Brujas -anunció sonriendo y me ayudó a caminar.
No pude evitar echarme a reír al ver que la bruja no estaba, había desaparecido. Sabía que no había acabado con ella, no obstante había ganado el primer enfrentamiento y aquello era un grandísimo logro. Sentía que tenía el poder y la fuerza para lograr lo que quisiera. Tal vez incluso fuera capaz de derrotar a Scatha.
Sacudí la cabeza sin dejar de reír; me estaba ilusionando antes de tiempo. Había peleado contra mi primera bruja y me había dejado para el arrastre, no podía emocionarme demasiado. Sin embargo la sensación de felicidad que sentí en aquel momento nadie podría habérmelo quitado, había vencido y era algo indiscutible.
Percy me condujo hasta donde estaba la multitud de adolescentes, sus amigos, que chillaban mi nombre. Se arremolinaron entorno a nosotros y empezaron a felicitarme, darme palmadas y preguntarme quien era. Yo siempre respondía lo mismo: llamadme la Cazadora de Brujas. Muchos insistieron en conocer mi identidad, no obstante ninguno llegó a descubrirlo. Ni siquiera Aly y Chris que habían aparecido y se habían unido a la mayoría de gente.
Cuando los profesores llegaron, todos los alumnos fueron corriendo a explicar su parte de la historia y aproveché para huir de allí. Corrí por las calles que habían quedado desiertas y tropecé antes de llegar a la esquina donde me cambié antes de la pelea. Me miré la pierna preocupada y me di cuenta de todos los golpes, arañazos y heridas que me había hecho, hasta aquel momento no me había percatado de ello.
Me arrastré hasta la esquina y me quité la capa. La observé y no pude evitar sonreír; me había salvado la vida y mi identidad. Había guardado el arco antes de salir corriendo del lugar del combate y ahora se me hacía raro el no sentirlo entre mis dedos, ya me había acostumbrado a él.
Guardé la capa en la mochila que había dejado tirada antes de precipitarme en la búsqueda de mis amigos y me levanté justo antes de que Chris y Aly pasaran por la calle gritando mi nombre. Cerré la mochila rápidamente y salí a la calle intentando disimular el dolor de la pierna.
-¡Chicos! -exclamé y me di cuenta de que apenas tenía fuerza para chillar.
Aly y Chris se dieron la vuelta y cuando me vieron corrieron hasta mí y ambos me dieron un gran abrazo; siempre se preocupaban mucho por mí y era una de sus mejores cualidades.
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La Cazadora de Brujas [Editando]
FantastikMantener un secreto puede destruirte, tener un gran poder significa hacer un gran sacrificio. Hope Harris es una chica común de dieciséis años. Tiene una vida completamente normal, hasta que un día una misteriosa voz la conduce hasta el secreto mej...