amor inesperado

cap 1

En esta historia de verdad estoy inspirada, es verdad que es mi primera trama omegaverse así que no esperen una obra de arte, pero prometo que estoy dando lo mejor de mí. Solo pido un poquito de paciencia y prometo que mejorare.

En cierto lugar de Inglaterra se encontraba Ciel Phantomhive, el cual era el mercenario de un inglés que era jefe de una mafia, a decir verdad era un viejo que al parecer jamás había sido cariñoso con alguien y era el más temido en toda Inglaterra. A pesar de que a Ciel le había costado llegar hasta donde estaba, no era que no estuviera agradecido con su jefe por haberle dado la confianza que le estaba brindado pero, en ese lugar sabía que era una cosa, algo que cuando al jefe se le ocurriera podría botar y encontrar a otro con más experiencia quizás, pero por ahora se conformaba con saber que tenia un buen empleo, buena vida, y que por lo pronto tampoco se tenía que preocupar por comodidades como hacía ya algunos años atrás.

Mientras tanto en otro lugar, en otro continente, para ser más específicos en Asia y la ciudad, Japón, estaba otra mafia, los cuales tenían la fama de ser sanguinarios y horriblemente toscos con los omegas que se cruzaban por su camino. Aunque eso eran puras habladurías de personas que estaban llenas de miedo y que si, de cierta forma habían logrado ver algo de lo que eran capaces aquellos mafiosos ya que ellos dominaban los bajos mundos en la región de Japón.

─Ciel, preparate, tenemos que viajar a Japón. ─dijo aquel viejo canoso y arrugado con olor a tabaco impregnado en todo lo que tocaba y que a Ciel le daba asco.

─sí señor, ¿a qué hora quiere que esté listo? ─pregunto con la mirada seria que reflejaba obediencia y serenidad a pesar de que su jefe no era de su agrado.

─en una hora, aseate y cambiate, el viaje será largo y no quiero que te sientas incómodo. ─una sonrisa de lado salió del viejo haciéndole ver que había salvado al joven de ahora 18 años porque de cierta forma le agradaba y cuando el peli negro salió de la habitación no pudo evitar hacer una mueca de desagrado y dirigirse a su habitación para hacer lo que el viejo le dijo.

Cuando había pasado la hora al aquel mercenario del anciano, el chofer le abría la puerta de lado izquierdo para después ver como del lado derecho casi al mismo tiempo entraba el viejo a lado de él. El aroma de ese alfa era ya deteriorado y más que nada le provocaba algo de inseguridad a aquel chico de cabellos negros y un hermoso ojo azul zafiro, aunque en su juventud debió haber sido todo un casanova y debía admitir que a veces le daba miedo porque el mayor tenía cierta afección por los jovencitos.

El viaje fue en verdad largo, y tener que soportar el olor a tabaco de su jefe todo el camino, era demasiado. Cuando llego a su habitación de hotel se le cristalizaron los ojos al saber que en realidad su vida a pesar de las comodidades no le daba lo que el buscaba.

─ ¡Phantomhive, el amo quiere verte! ─dijo una voz de omega que estaba celoso de que el fuera el mercenario favorito y que casi todas las misiones se las dieran al azabache

─ ¡si, ya voy! ─volteo los ojos y solo se hecho agua en la cara así como se lavó la boca para sentirse un poco más fresco y tomo su supresor, ya que si no lo hacia su aroma sería más fuerte de lo que ya conocían los alfas con los que trabajaba.

Cuando llego a la puerta de su jefe se quedó callado unos momentos, para después decir con la voz más amable que encontró: ─ ¿necesitaba algo señor?

─tu nueva misión... ─le entrego un sobre, el cual contenía información sobre los diferentes miembros de aquella mafia japonesa. ─si haces este trabajo quedaras libre. ─el menor se quedó viéndolo con mirada extraña, ya que en realidad su jefe jamás le había hablado de esa forma, siempre era tosco, brusco, y por obviedad si Ciel no hacia las cosas como se debía, era castigado, así que aprendió a ser casi perfecto gracias a ese trato. ─por... ser un omega no me es permitido dejarte a cargo de todo, que ganas no me faltan─ lo último lo dijo en voz baja. ─soy viejo y se comienza a notar en los negocios pero a cambio, te doy tu libertad. Aún recuerdo de donde te saque y como te encontré pero ahora aquí estas y aquí estoy yo. Más viejo que cuando te encontré.