A la mañana siguiente.
Trancy siempre acompañaba a su salvador, cuidándole la espalda aún más que a su propio jefe, en este caso iban a hacer un pequeño recorrido por el lugar en donde esa misma noche se instalarían para poder llevar a cabo su misión, normalmente no hacían mucho tiempo en las misiones que se les encomendaban y como recompensa pedían esos mismos días que les llegaban a sobrar para ellos, ir con su recompensa a comprarse ropa, zapatos, comer golosinas o ver películas.
─bien, aquí será, la mira está al alcance, al parecer piensan que jamás serán atacados, no veo muchos guardias. ─Ciel, a pesar de todo, era un chico muy confiado, sabía sus habilidades, pero cuando se trataba de otras personas siempre se dejaba llevar por el buen corazón que tenía.
─tienes razón. Podría ser porque es de día. Tendremos que estar preparados para la noche he escuchado que a veces traen lentes de visión nocturna. ─frunció el ceño mientras seguía vigilando. Debían esconder unas cuantas cosas en el lugar para después regresar más tarde con su presencia lista para acabar con todo ello.
En la noche.
Era obvio que ellos dos aunque quisieran no podían acabar con toda la mafia, quedaba claro que necesitaban ayuda, pero como su jefe siempre les enseño, los peones primero, así que dejaron que mientras ellos estaban en la azotea del edificio más cercano pero sin ser detectados, los demás entraran a hacer su show adentro. Granadas, bombas de humo, y armas cortas no se hicieron esperar, por varios minutos se escucharon disparos y gritos, pero al final los que perdieron fueron ellos.
Mientras tanto en la oficina del jefe que aún no se escuchaba el barullo que se estaba armando pisos abajo, Trancy buscaba el mejor Angulo para disparar, llevándose al jefe, la mafia se vendría abajo automáticamente, lo encontró y comenzó a disparar a diestra y siniestra pero de un momento a otro, así como había comenzado a disparar así se detuvo.
─ ¿T-Trancy? ¡Trancy?! ¡Qué pasa! ─aquel pequeño jovencito se había quedado helado al ver que cierta persona lo había visto y que resultada ser la pareja que el destino había escogido para él.
─ ¡vámonos de aquí! ¡Nos descubrieron! Aparte todos nuestros hombres fueron hechos mierda. ─recogió lo que pudo del equipo que traía, era más que cierto que en esos momentos en su interior había cierta parte que le decía que tenía que regresar con su pareja y que debía hacer acto de presencia, saber si estaba bien, pero luchaba a cada paso que daba con el omega que vivía dentro de él.
─ ¡¿Qué?! ¡¿Pero porque?! ¡Todo iba bien! ¿No? ─el chico de ojo azul, no creía mucho en esas cosas de la pareja destinada, creía que eso era solo para que los omegas se confiaran y así terminaran como bellos muebles dentro de una hermosa casa, de hecho la misma vida le había hecho creer eso.
─ ¡¿Qué no entiendes?! ¡Mi pareja está ahí! ¡Se dio cuenta de nuestra presencia! ¡Vendrán por nosotros! ─dijo avergonzado pero con cierta desesperación el chico de ojos color mar.
─ ¡Alois, sabes que eso no pasara! A menos que tú quieras. ¡Aparte no creo que no puedas dispararle! ─decía aun incrédulo el azabache.
─ ¡maldita sea! ¡Carajo! ¡Mierda! ¡Si logras dispararle a Sebastián cierro la maldita boca! ─el chico de cabellos como el sol, jamás se había sentido más desesperado gracias al omega interno que le decía que tenía que regresar aunque él no quería.
El chico azabache tenía un ojo, pero ese ojo era como si tuviera los dos, era demasiado bueno disparando pero cuando vio de frente a cierta personita que tenía unos hermosos ojos color chocolate, no pudo, se paralizo y por más que le decía a su dedo índice que jalara del gatillo no paso. ─ ¡mierda! ¡Vámonos de aquí!

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amor inesperado
Fanfictiondisfruten de una historia con mucho drama y lindos alfas. En especial sebastian y ciel phantomhive.