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En cuanto Lena llegó del centro comercial a su casa , entró corriendo hasta la sala y tomó el teléfono.
- ¿Y ese peluche? - le preguntó su madre, quien estaba allí sentada.
- ¡ Lo compré! - gritó Lena sin detenerse y siguiendo hacia su habitación.
Marcó el conocido número en cuanto se encerró en el cuarto. Sólo dos sonó dos veces y alguien contestó:
- ¿Hola? - se escuchó la llorosa voz de Yulia.
- Soy Lena.
De inmediato sintió cuando le colgaron el teléfono. ¿Me colgó? ¿Yulia me colgó? Quizá fue que se cortó la llamada, pensó la pelirroja.

Lena volvió a llamar.
- ¿Yulia?
Y la llamada se volvió a caer.
¿Qué demonios está pasando? Quizá las líneas no estén funcionando bien... Debe ser eso, razonó Lena. Esperaré un rato y después vuelvo a llamar.
Una hora más tarde Lena volvió a llamar a Yulia.
- ¿Yulia? - preguntó la pelirroja.
Volvió a cortarse la comunicación. Aquí está pasando algo extraño. Ella no tiene por qué evitarme. Pensé que nuestra conversación de anoche había sido crucial. Pero... ¿qué será lo que está pasando?

Lena se sentó en la cama, cruzada de brazos, intentando ordenar sus ideas. Su mirada se detuvo por un momento en aquella pequeña caja que había encontrado en el piso del centro comercial, la cual había cogido y la llevó consigo. La pelirroja, casi inconscientemente tomó la caja y la abrió. Notó la cadena de oro que había en el interior. ¿De quién sería?, se preguntó al mismo tiempo en que se paraba de la cama y dejaba la cadena allí tirada. Que se joda la cadena esa.... tengo que hablar con Yulia.

***


Yulia había llegado del centro comercial un poco más de las doce del mediodía. Corrió hacia su habitación y allí se encerró. Luego se tumbó sobre la cama, boca bajo, y permaneció llorando tan silenciosamente como le fue posible. Pasados unos minutos el teléfono de su cuarto sonó dos veces.

- ¿Hola? - contestó Yulia.
- Soy Lena - escuchó la delicada voz al otro lado de la línea telefónica.
La pelinegra colgó el teléfono y volvió a tumbarse en la cama.
El teléfono volvió a sonar y la pelinegra lo tomó, pero no habló.
- ¿Yulia? - se escuchó la voz del otro lado.
Yulia volvió a colgarlo y se acostó de nuevo. Esta vez levantó su almohada y sacó una foto que había debajo... una foto de Lena. Permaneció observando la misma hasta que se quedó totalmente dormida. Una hora más tarde la despertó el sonido del teléfono. Yulia contestó y volvió a escuchar la voz de su amiga.... y volvió a colgar el aparato. Lo desconectó y se levantó de la cama.

Minutos más tarde Yulia bajó de su habitación, cargando una mochila.
- Mama, voy a quedarme en casa de Lena - le avisó a su madre - Voy a dormir allá hasta mañana.
- Espera, Yulia - la detuvo Larissa - Al menos pide permiso primero.
- ¿Puedo quedarme a dormir con mi amiga Lena? - preguntó Yulia en una manera dramática y exageradamente lenta.
- Eso está mucho mejor. Dile a tu padre que te lleve. Espera, ¿Por qué tienes la cara roja?
- El nuevo jabón... me dio alergia.
- No vuelvas a usarlo - le dijo Larissa al mismo tiempo en que le pasaba la mano por el rostro a su hija - ¡ Mira cómo te dejó los ojos! Bueno... ahora dile a tu papá que te lleve.
- ¡ No! Quedé en que la iba a esperar a Lena a la vuelta de la esquina. Es que... tengo que pasar por casa de una amiga que vive allí para... pedirle algo que le presté. Ehh... ¡ Ya me voy! - Yulia salió corriendo de la casa.


***

Lena llegó a la casa de Yulia y tocó el timbre. Le abrió Larissa.
- Hola, Señora -saludó la pelirroja - ¿Está Yulia?
- Lena, ¿qué haces aquí? Yulia dijo que se iba a quedar a dormir en tu casa - comentó Larissa.
¡ ¿Qué?! ¿Dormir en casa? Yulia no me dijo nada... a menos que haya mentido, pensó Lena.
- Ahhh... Sí, Yulia se va a quedar en casa- dijo en voz alta la pelirroja - Precisamente vine a recogerla.
- Ella dijo que habían quedado en encontrarse a la vuelta de la esquina - explicó Larissa.
- Sí, en eso quedamos... Sólo que me confundí de esquina. ¿Es aquella? - preguntó la pecosa al señalar hacia su izquierda.
- Sí, esa.
Lena se despidió de la madre de Yulia y volvió al auto.
- No está - le dijo a su chofer - Le dijo a su mamá que se iba a quedar durmiendo en mi casa.
- ¡ Perfecto! - dijo el chofer mientras encendía el auto - Entonces cuando lleguemos va a estar en la casa.

Lena le lanzó una mirada de "¡ no puede ser que exista alguien tan torpe!" y le dijo:
- ¡ No, Boris, ella le mintió a sus padres! No se va a quedar en mi casa.
- Pero, ¿porqué haría algo así?
- Por la misma razón por la que me colgó el teléfono... No sé.
- ¿Y ahora?
- Necesito encontrarla.
- ¿Y si de verdad fue a tu casa?
- No lo creo. Estoy segura de que le mintió a sus padres. Debe estar sintiéndose mal por algún motivo... y si es así debe querer estar sola. Además, también me está evitando a mí... razón primordial por la que no iría precisamente a mi casa.

Lena decidió buscar a Yulia por los lugares en donde ambas acostumbraban a ir. Ella y Boris, el chofer, buscaron por varios rincones de la ciudad. Ya iban a ser las cinco de la tarde, aparte de eso estaba a punto de llover. Mientras caminaban por una de las calles de Moscú, Lena le dijo a Boris:
- ¡ Ya hace varias horas que estamos buscando y nada! No se me ocurre nada más. Dudo mucho que esté en su casa, pero voy a llamar. ¿Me prestas tu celular? Tengo que comprarme uno.
El chofer le pasó el celular y Lena llamó a casa de Yulia.
- ¿Hola? - se escuchó la voz del padre de Yulia.
- Hola señor, soy Lena.
- ¿Lena? ¿Qué no se supone que Yulia está contigo?
- Sí, ella está aquí en mi casa. Se está bañando. Sólo me pidió que llamara para que le diga a usted que le de el alimento a la paloma... es que a ella se le olvidó dárselo antes de salir.
- Está bien.
- Pues... eso era. Hasta pronto, señor.
Oleg se despidió y terminó la conversación.
- No está en su casa - anunció Lena a su chofer mientras le devolvía el celular.
- ¿No conoces el teléfono de ninguna de sus amigas de la escuela? - le preguntó Boris.
- No. Sólo conozco el teléfono de Vit.
- Llámalo - le indicó el chofer al pasarle de nuevo el celular.

Lena llamó a Vitya pero él tampoco sabía de Yulia.
- ¡ La voy a matar! - gritó Lena después de colgarle a Vitya - ¡ Si la encuentro sana y salva la voy a matar! ¡ ¿Por qué me está haciendo esto?! - preguntó la pelirroja al sentirse desesperada.
De repente comenzó a llover y tuvieron que correr a buscar refugio.



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