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Los meses pasaron y llego el verano. Con él llego el cumpleaños número 10 de Harry– una vez más paso como si nada. En el otoño, Harry se dejo caer donde el miembro del circulo interno que había interrogado antes, y volvió a interrogarlo, pero no hubo cambios. Tom aun no aparecía y aun no convocaba a ninguno de sus mortífagos.

Parecía que algunos de los antiguos mortífagos – especialmente aquellos del círculo interno- sabían de él. Aquellos que habían sido interrogados por Harry les habían advertido a los demás. Probablemente era mejor de esta manera, ya que si Tom sólo se acercaba a uno de ellos podrían darle el mensaje de Harry. Mientras más pronto Tom se diera cuenta que Heri había tenido éxito en su plan por renacer, mas pronto se encontrarían.

Las semanas pasaron sin noticias. Harry estaba completamente aburrido y trataba de mantener su impaciencia a raya enfocándose en sus estudios. Era una existencia solitaria la que tenia, y estaba encontrando que comenzaba a molestarle. Mucha de su vida pasada había sido en la compañía de otros. Él y Tom casi siempre estaban juntos y, aunque Heri nunca había tenido mucha gente que considerar 'amigos', él raramente estaba solo. Pero ahora había estado complemente solo por casi una década.

Tenía conocidos. La mayoría de ellos solo lo conocían con su glamour, y por el nombre de Lucan. Había unas cuantas brujas en la librería local y en la sociedad histórica mágica con las que era amigable, y aunque no podía considerarse cercano a ninguna, el simple hecho de poder conversar con otras personas era un alivio.

Aun así... no eran Tom. Él extrañaba a su Tom.Demasiado...

La parte más difícil en estos momentos era saber que el hombre estaba por allí, en algún lugar, vivo y existiendo, y Harry no tenía idea de donde estaba, o como encontrarlo. Era muy, muy frustrante.

Logro muy poco ese año. La única cosa importante fueron unos raros libros que Harry logro conseguir. Había un comerciante de libros raros y antiguos que tenía un pequeñísimo local en el Callejón Knockturn, y que tenía muchas conexiones con muchas de las familias antiguas; y a menudo los ayudaba a vender bienes y cosas así. Harry había estado visitándolo por años y fue durante este año que Harry le pidió la tarea de encontrar si alguna de las antiguas familias tenía libros en sus colecciones personales escritos en parsel.

El hombre se había sorprendido por la petición pero había comenzado la tarea con rapidez. Para la primavera, había logrado encontrar dos libros escritos en parsel para Harry, y Harry había estado más que feliz de pagar el escandaloso precio que las familias habían pedido por entregarlos.

A Harry no le molestó, él podía pagarlo.

Uno de los libros era muy, muy antiguo, escrito en extraños pápiros y encuadernado en bronceada piel de murloc. Estaba lleno de curiosas ilustraciones de niños serpiente y con rapidez se dio cuenta que era una colección de cuentos infantiles, para niños Naga. Harry se sorprendió por el valor histórico de dicho texto y, aunque no tenía valor mágico para él, le encantó. Los naga eran una raza de criaturas mágicas muy antigua y poderosa, y también eran increíblemente reservados. Ellos tendían a mantenerse a distancia de los magos, y los magos británicos casi no tenían interacción con ellos.

Vivian mayormente en áreas de la India, y habían interactuado con los magos de esa región hace muchos, muchos años atrás, pero la falta de comprensión y el prejuicio contra las criaturas mágicas llevaron a tensas relaciones.

El parsel era el lenguaje de las serpientes y en general las serpientes no tenían manos. No tenían la habilidad de escribir y por eso, muchas personas se sorprendieron de que el parsel tuviera una forma escrita. Pero la tenía, y era enteramente debido a razas como los Naga de la India, los Gorgones de Grecia, y los Yuan-ti de China.

RENACER. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora