Me desperté en mi nueva cama sin mucho esfuerzo. Me incorporé lentamente, aún con los ojos entreabiertos.
Miré hacia mi izquierda, en dirección a la cama de Dianna. No estaba, seguro que ya se había levantado antes que yo.
Salí de la cama, y ojeé la habitación; era bonita, todo en ella era nuevo para mí.
En una silla cerca del armario estaba lo que parecía ser un conjunto de prendas escolares. Me acerqué para verlas, debían ser para mí. Lo primero que vi fue un blazer azul marino con algunos detalles en verde esmeralda. También había una camisa blanca, una corbata con el mismo color de los detalles del blazer y un pantalón de vestir verde esmeralda.
Me gustó el conjunto, nunca había usado algo como eso antes.
Lo primero que me puse fue el pantalón de vestir, no tuve problemas con eso. Seguí vistiéndome con la camisa, era suave al contacto con la piel; Me gustó mucho esa sensación. <<De seguro que es cara>> Pensé por lo suave que era la prenda que tenía puesta. Acto seguido, me puse las típicas medias escolares azules. Calcé mis pies con las pantuflas que estaban al pie de mi cama, eran cómodas y cálidas.
Solo me quedaba ponerme la corbata para dar comienzo a mi nuevo día, aunque había una complicación; No recordaba cómo hacerme el nudo de la misma. Eso sería un problema.
Tomé la corbata con cuidado, pasé mis dedos lentamente sobre ella; era tan suave como la seda. Estaba seguro que por sus materiales se dañaría de nada, así que debía ser cuidadoso al ponérmela. Suspiré viendo la corbata. Me dirigí al espejo que tenía una puerta del armario, miré la figura que se reflejaba en el cristal; Mi cabellera estaba revuelta, pero seguro que con un par de pasadas de peine estaría bajo control.
-Ok, hagamos esto. -dije decidido mientras levanté el cuello de mi camisa. Pasé la corbata con delicadeza por el cuello de la misma. Traté de hacer un nudo, pero no funcionó; En el primer intento ni siquiera logré que quedase bien, en el segundo quedó muy por debajo de donde se supone que va.
Seguí luchando con la corbata por un buen rato, pero no obtuve ningún resultado que me agradase. Ya me estaba empezando a enojar con ese pedazo de tela costosa.
-¡No puede ser! ¡¿Cómo es posible que no pueda hacer un simple nudo a una corbata?!-refunfuñé por lo bajo. No quería que nadie escuchara que tenía una ardua batalla con la corbata. Ya estaba perdiendo la paciencia.
Dejé de intentar hacer el maldito nudo, en cambio, busqué alguna idea mirando mi reflejo en el espejo. Al cabo de unos segundos encontré una idea. <<Ya sé. Buscaré en Internet como hacer el nudo de la corbata. ¡Ja! ¡¿Quién es el inteligente ahora?!>> Celebré en mi interior que existiera el Internet.
Aún con la corbata colgando, tomé mi celular para buscar lo que sería mi salvación. Tecleé rápido lo que iba a buscar, hasta que un cartel en la pantalla me amargó más el comienzo del día; <<Sin conexión>> Quería tirar el celular al suelo, pero me arrepentiría, así que solo suspiré enojado.
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Transferido a Japón (Pausada)
Novela Juvenil¿Alguna vez quisiste ir a estudiar al extranjero? Si tu respuesta es sí, posiblemente te sientas como Alexander Gildemeister, un adolescente argentino que quería viajar a Alemania pero, por motivos de dicho país tuvo que viajar a Japón, junto a su m...