Sabía que me había quedado dormida otra vez.
Y por supuesto sabía que iba a llegar tarde a la escuela hoy. Todo es sentimiento de angustia duró hasta que me di cuenta de que hoy era sábado. Suspiré. Tomé el cepillo y barrí mi casa, acompañada de lo mejor de Shakira y Gloria Trevi. Mamá y papá salieron temprano con el abogado y la vieja estaba viendo televisión. Así que técnicamente tenía que estar con ella hasta que mi primo llegara.
Ya había terminado, solo faltaba el baño. Con un trapo medio húmedo lo pasé por la superficie del gabinete, luego lo abrí y lo pasé por la madera. Bajé el trapo y observé con incredulidad el frasco de pastillas para dormir que estaba allí.
Era extraño, ya que jamás había escuchado que alguno de mis padres tuviese problemas para dormir. Tomé el frasco entre mis manos y lo guardé rápidamente en el bolsillo de mi suéter cuando escuché el timbre.
Corrí, y abracé a Andrew apenas le abrí la puerta.
—Tengo la letra perfecta para tu primera canción.—Le dije cuando lo solté.
La vieja nos pidió silencio. Rodé mis ojos y lo guíe hasta mi habitación. Apenas lo solté le dije: —Anoche tuve un sueño, Andrew. Y creo que podemos usarlo para tu primera canción. Algo lento, y romántico. ¿Que te parece?
Él asintió. Parecía bastante feliz de verme tan entusiasta. Andrew se sentó en mi cama.—¿Que soñaste, Lisa?
Mordí un poco mis labios y metí mis manos dentro de mi suéter. Tocando el frasco de pastillas para dormir.—Soñé que estaba con un chico, y él me besaba bajo la lluvia...
—¿Y después? —Hizo una seña para que continuara.
—Desperté.—Susurré con voz entrecortada. Mi pecho se sentía vacío, con un inexplicable dolor que se expandía. Mis ojos se llenaron de lágrimas, que inmediatamente empaparon mis mejillas.
—Hey. —Andrew se alarmó. Se levantó rápidamente de la cama hasta quedar frente a mi.— ¿Por qué lloras? Solo fue un sueño. Apuesto a que conocerás a ese chico.
Me abrazó. Saqué las manos de mi bolsillo. Y le correspondía el abrazo.
—Te amo, Andrew. Serás un gran cantante. Eres la mejor persona que conozco.
Lo escuché reír.—Tambien te amo, Lisa. Y tú eres la mejor persona de toda la tierra.
Lentamente me separé de su cuerpo. Quería decirle que nada de eso era cierto. Que yo no era como él pensaba. No era fuerte, ni valiente. No era como él. Ni siquiera mis padres me querían. No tenía claro mi propósito, entonces, ¿Para que vivir?
En cambio solo sonreí y le dije.—Haz lo que te haga feliz, Andrew.
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Dreams.
Short Story"No dormía para descansar, dormía para soñar." La vida de Melisa dio un giro inesperado cuando la situación en su casa se complica, debido a que sus padres se quedaron sin dinero. Se vio obligada a cambiar de instituto, a uno publico, donde sufre ac...