Escuché algo partirse en la cocina antes de abrir los ojos. Mierda, me había quedado dormida de nuevo. Papá miraba su periódico a mi lado en la mesa, mientras fumaba un cigarro.—¡Mel! ¡Ven aquí ahora!
Pasé la mano por debajo de mis ojos. Y me levanté del sofá rápidamente, caminé a paso apresurado hacia la cocina, frené en el marco de la puerta para bostezar, y luego entré. Mi madre se movía de un lado a otro, y su cabello rubio lo hacía con ella, mientras murmuraba por lo bajo, al tiempo en el que cargaba un refractarios con lo que parecía un pasticho de berenjena.
Me miró.—¡Ya era hora! Ayúdame con las galletas, rápido.
Reprimi las ganas de bostezar, porque la verdad aún tenía mucho sueño. Me agaché y abrí el horno. Alejé un poco mi cara cuando la nube de humo salió de el. Tomé un trapo y saqué la bandeja de galletas y la dejé en el mesón. Suspiré.
—Ya está.—Hablé llamando su atención. Ella me miró.— ¿Necesitas que te ayude en alguna otra cosa?
Pareció pensarlo, luego negó.—No, Lisa. Así está bien, muchas gracias, princesa.
Le sonreí y fui hasta la sala con papá a ver televisión. Él empezó a hablar sobre cómo su equipo favorito de fútbol había llegado hacia donde estaba.
—Ayer no pude dormir.—Expresó luego de que a su equipo le metieran un gol, por idiotas. Lo miré.
—¿Si?
Asintió.— Estaba preocupado por ti. Tenía miedo de que te pasara algo en esa fiesta. Eres muy joven para una desgracia de esas.
Le di una sonrisa, él me la devolvió. —Tranquilo, papá. Me cuidé. No acepté bebidas de extraños y le mandé un mensaje a mamá cada hora.
Entendia que estuviera preocupado, yo apenas tenía quince años en un mundo de personas locas y sin miedo a dañar la vida de los demás. Se quedó en silencio, dió otra calada al cigarro y desvío su atención a la televisión.
—Sabes que te amo más que a cualquier cosa, ¿Cierto? —Lo escuché murmurar.—Daría lo que fuera por ti.
Asentí. —Lo sé.
Ambos nos quedamos en silencio, solo viendo la televisión. No entendí el significado de sus palabras hasta unos años después.
Cuando todo simplemente se salió de control.
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Dreams.
Nouvelles"No dormía para descansar, dormía para soñar." La vida de Melisa dio un giro inesperado cuando la situación en su casa se complica, debido a que sus padres se quedaron sin dinero. Se vio obligada a cambiar de instituto, a uno publico, donde sufre ac...