Un lugar secreto para un secreto.

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Capitulo 28.

Revise mi hora, 17 min viendonos y sonriendonos, es super incomodo, pero ya sabia como restale importancia y darle super importancia, por dentro son momentos que no olvido, son miradas que hacen que la sangre en mis venas hierva.
Emiliano Cabrera tenia algo, estaba hecho con algun quimico que mandaba electricidad a mi sangre, hacia que mi mente solo pensara en esos ojos negros como la noche.

-Voy al baño.- le dije a Catalina.

-Voy contigo.- me dijo tomando los platos desechables para tirarlo.

-No, quedate, no me dejen sola.- le dijo tomandola de la muñeca Aranza.

-Bueno, pero tiras mi basura.- dijo resignada Cata.

Tome los 3 platos ( el mio, el de Cata y el de Aranza) para tirarlos al bote que estaba cerca.

Camine disimuladamente distraida y comenze a ponerme mis audifonos y se reprodujo  "Somebody to love-Queen".

Estaba esperando a que Cabrera me siguiera y por fin hablaramos como siempre habia querido. Pero no, ese idiota nisiquera se levanto de su mesa. Molesta fui al baño y arregle mi falda y con mis dedos peine mi cabello. Me molestaba mi cabello, estaba largo y nunca buscaba como darle forma, revise si mis dientes no tenian restos de comida y pues no, no tenia lagañas ni nada. Estaba afligida, deseguro el ni se acuerda que prometimos hablarnos hoy.

Sali con la cabeza abajo para terminar de comodar mi falda, Queen habia dejado de cantar para escuchar a "James Arthur-Impossible".

-Ay, disculpa.- le dije a la persona con la que choque y la mire.

- Hola.- me dijo con una sonrisa arrogante como todas las que me da.

-Emiliano.- le dije.

Quiera o no el me hacia erizar. Tal vez por que es algo imposible, algo inalcanzable. Es guapo, muy guapo, y tiene esa mirada penetrante, y lo quiera admitir o no, hoy que se veia que no se habia cortado el cabello en algunas semanas y no se puso gel, me gustaba mas con ese lock despeinado. Me quite los audiculares.

-Pensé en todos los lugares que te esconderias, pero no se me pasó por la cabeza que sería el baño.- me dijo con media sonrisa. Y un tanto amable.

-Yo no me escondia.- le dije firme. Pero en realidad estaba como un mojin de emocianes. El ponía mis sentidos al maximo, derepente estaba emocionada por que él se interesaba en mí, y un segundo despues sabía que me buscaba para que este cerca de mi hermana. Era extraño por que me ilusionaba de algo que en lo más profundo de mi ser era una mentira.

-No me diste esa impresion.- me contesta confuso. ¿en realidad parecia que huia de él?.

-¿Por que lo haría?.- se que con mis respuestas comenzaba a sonar cortante, pero no podia evitarlo, me sentia aturdida por su cercanía y por su modo de ser amable y arrogante al mismo tiempo.

-Solo me diste esa impresión.- me dijo ya un poco desinteresado.- ¿Vas a cumplir tu promesa?.- continuo con un tono que no reconocí.

-Es lo que estamos haciendo no?.- le dije entre sarcastica y bromista.

-Ay, disculpa.- me dijo un compañero que me habia empujado. No lo culpaba, ya habian muchas personas cruzando por donde estabamos, estabamos amontonados.

-Mejor vamos a un lugar donde estemos un poco mas en privado ¿no?.- me dijo demasiado cerca del rostro. Sentí mi rostro arder, se que se dio cuenta por que cuando pudo mirarme cuando tomo distancia salio a relucir su sonrisa arrogante mostrandome una vez mas esa dentadura casi perfecta.

-Sigueme.- le dije nerviosa.

Comenze a caminar con Emiliano a pizandome los talones dentro de la plaza civica, para ir a una mesa de jardin algo escondida.
Pero mientras caminabamos sentía que se fue distanciando hasta estar a cuatro pasos de distancia de mí. Tal vez le avergüenza que lo vean conmigo.

Con las miradas del amor. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora