Capitulo 22

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-Para los nuevos...- dice refiriéndose a mí y un par más – Yo soy la entrenadora Strays, bienvenidos – dice seria, sin un poco de ánimo – Comenzaremos estas semanas que nos quedan para prepararnos para el campeo...- siento dos manos en mis hombros – Contigo ganaremos – me susurra Tom, dándome ánimos – No me has visto nadar...- le respondo – He visto tu video – dice guiñando el ojo – Por lo cual, hay que tener en cuenta...- sigue hablando la entrenadora - ¿Dices que llegaremos? Le he prometido a Nick que trataría de llegar por lo menos al final – le susurro a Tom – Supongo que sí...- dice encogiéndose de hombros – Bueno, ahora bien...- dice la entrenadora. De pronto es interrumpida por una chica que entra corriendo - ¡Lo siento! Siento llegar tarde yo...- se patina con un charco de agua cerca del borde y cae directo en el agua por suerte sin haberse golpeado.

Creo que fue una de las escenas más graciosas que presencie en mi vida. Algunos se acercan a ayudarla mientras que yo sigo riendo, la escena repitiéndose una y otra vez en mi cabeza – Oh Tom, eso fue increíble – lo miro agarrando mi panza que duele de risa – No es gracioso, Emma. Podría haberse lastimado – dice serio y se acerca al borde para ayudar a ¡Mary! Ahora que la veo bien la reconozco - ¿Señorita Williams? – me pregunta la profesora que se encuentra con los brazos cruzados - ¿Sí? – le pregunto ya calmada – Tiene que tomarse enserio los valores que forman este deporte – dice seriamente, miro a mi alrededor y están todos serios, a ninguno le ha parecido gracioso – Que haya entrado con mérito, sin hacer las pruebas...no significa que sea mejor que otros y eso significa nada de burlas...un equipo está conformado por personas que se apoyan mutuamente y se respetan – abro la boca para decirle que no me creo superior a nadie – Por lo tanto...- dice alzando la voz – Me regalará veinte largos más al terminar el entrenamiento...- me quedo con la boca abierta sin poder creerlo - ¡Primer fila! ¿Listos? ¡Ya! – dice y toca el silbato, la primera fila saltando al agua.

Terminé los veinte largos de castigo con los brazos y piernas sumamente doloridas y mis pulmones hechos agua. Ya todos se habían ido dejándome sola con la maldita tirana de la entrenadora Strays – Tómalo como un plus de entrenamiento – me dijo al terminar. Prácticamente le caigo mal a todo el equipo excepto por Tom y Anna, aunque Anna no estaba porque tenía tutor de no me acuerdo de que materia. Salgo al estacionamiento ya completamente vacío, el partido claramente había finalizado y yo me lo había perdido...genial.

Le había enviado un texto a Nick contándole lo ocurrido, pero me clavó el visto. Comienzo a caminar hacia la parada de autobús y suena mi celular. Era Maika -'¡Emma! ¿Dónde estás?'- me pregunta alzando la voz, se escuchaba mucho ruido del otro lado - 'Caminando hacia la parada ¿Por qué? ¿Has visto a Nick?'- le pregunto -'Nick ¿Tienes como volver?'-pregunta cambiando de tema -'Había quedado en irme con él luego del partido, pero me han castigado'- río - 'Quédate ahí'- dice, le respondo con un okey y me siento en un banco del estacionamiento esperándola.

-¿Cómo que no sabes dónde fue Nick luego? – le pregunto a Maika mientras Tom manejaba – Que no lo sé, se fue rápido...pero si te sirve de algo, no dejaba de mirar hacia nuestro lado – dice mirándome desde adelante sonriendo – Y...habría estado ahí si Tom me hubiese avisado antes sobre los "valores" del equipo – digo bufando – Igual, no tendrías que haberte reído...es lógica pura – Tom responde mirándome por el espejo retrovisor, le muestro el dedo del medio y ríe – Tú y tu lógica me vuelven loca – le responde Maika riendo enamorada – Tú me vuelves loco a mí – responde Tom, tomando su mano y besándola - ¿Pueden guardar sus cariños para cuando estén solos? – digo rodando los ojos y los dos enamorados ríen.

Miro hacia la calle y un cartel me llama la atención "Centro de rehabilitación Willbrug" - ¡Frena! – grito de repente, ya estábamos pasando por su entrada – Tom ¡Frena! – grito de nuevo y el auto frena de golpe - ¿Qué mierda, Emma? – dice Tom preocupado – ¡Lo siento! Me bajo aquí, no se preocupen, los llamo luego – digo abriendo la puerta, mientras el auto de atrás toca la bocina - ¡Emma! – grita Maika y cierro la puerta. Corro hacia la entrada, espero que no sea muy tarde y siga abierto.

Abro la puerta enorme de madera y me dirijo hacia la mesa donde se encontraba la recepcionista – Buenas noches ¿Se encuentra la paciente Daisy Sawyer? – pregunto. El lugar era lindo comparado a lo que tenía en mente – Sí, llegas justo ¿Deseas verla? – pregunta amablemente, era una chica joven – Sí, por favor – digo sin pensarlo – Se encuentra en la sala en común al fondo del pasillo a la derecha – dice sonriendo. Le agradezco y me dirijo hacia donde indicó a paso lento ¿Qué mierda estoy haciendo?

Nick...

Me encontraba sentado frente a mi hermana. Era una de esas pocas veces en las cuales aceptaba el verme, aunque fuese en silencio. Llevaba el uniforme que usaban en rehabilitación, una bata blanca con pantalones azules. Observo su cabello rubio, contrario al mío, pero con los mismos ojos, solo que los suyos habían perdido el brillo.

-Tuve un gran partido hoy...- comienzo a decir, sin esperar respuesta alguna – Aunque no lo pude disfrutar mucho – río – Me han sacado tarjeta roja por pegarle a un chico, el amigo de Emma...- me mira expectante - ¿Recuerdas que te hable de ella? Es bastante especial, el 99% de las veces no piensa en lo que hace y hay veces que tengo ganas de ahorcarla...pero me hace reír – digo sonriendo ante el recuerdo de Emma. Me hubiese encantado verla hoy en las gradas, pero cada vez que miraba hacia donde estaban Tom y Maika, el asiento a su lado estaba vacío. Suspiro cansado del silencio y miro hacia mi costado.

- ¿Emma? – digo levantándome al verla entrar, levanta su mirada sorprendida - ¿Nick? Yo...no sabía que...- comienza a decir nerviosa - ¿Me seguiste? – la corto y rueda los ojos – Ni que fueras Brad Pitt...además ¿Cómo te habría seguido si ni siquiera pude ir al partido? La entrenadora me castigó con veinte largos más luego del entrenamiento por reírme de una persona que se resbalo y cayó a la pileta...dime ¿Quién te castiga por reírte? ¿Es acaso algo legal? – dice frustrada ¿ven a qué me refería? Mira hacia donde esta Daisy y vuelve a mirarme. Sonríe y se acerca hacia ella extendiendo su mano – Lo siento, me dejé llevar – dice excusando su comportamiento – Mi nombre es Emma Williams, soy amiga de este simio de hermano que tienes. Abro la boca para aclararle a Emma que mi hermana no le contestará, pero me quedo helado. Daisy se levanta y le da un abrazo.

-¿Es ella, Nick? – me pregunta Daisy se parándose de Emma con una sonrisa. Tardo unos segundos en darme cuenta de que me ha hablado...Daisy me ha hablado - ¿Ella? – pregunta Emma sonriendo – Oh, no sabes lo que me ha hablado de ti...que Emma me vuelve loco...que Emma es graciosa...que tengo ganas de matar a Emma...que tengo ganas de besar...-la corto antes de que siga – Ya entendió, Daisy – le digo sonriendo. Asiente y vuelve a mirar a Emma – Bueno, Nick me ha contado cosas de ti también...- dice Emma sonriendo. Daisy la toma de las manos y hace ademán para que se siente frente a ella – Espero que hayan sido buenas...- dice mirándome. No consigo comprender lo que está sucediendo – Nick ¿Nos dejarías unos segundos solas? – pregunta mi hermana - ¿Qué? – respondo no sabiendo si sentirme ofendido que no quiera hablarme a mí pero si a Emma que apenas conoce o feliz de que por fin me haya emitido no solo palabra, sino también una sonrisa – Por favor...- aclara. Asiento y me dirijo hacia la recepción pensando en lo que acababa de suceder.

Cariño, búscate una zorraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora