- XII -

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Alec

Lo que prometió Magnus, fue cierto. Me despertó muy temprano para ver una sorpresa que me tiene.

Sinceramente, mejor sorpresa como la de hacer el amor con él cinco veces en una noche, con toda la tranquilidad del mundo, fue lo mejor.

– Vamos cachorro, cuando lo veas se te quitará el sueño. – Toda la mañana ha estado emocionado y por fin sabré la razón.

Me encanta verlo así, a pesar de lo preocupado que ha estado con lo de Valentine, ha sabido sonreírme con sinceridad y alegrarme.

– Confiaré en ti, pero aun así te culpo por mi falta de sueño.

Era cada día más cercana nuestra relación, podíamos bromear entre nosotros y su sonrisa coqueta me la mostraba sólo a mí.

Cerca del edifico Bane, llegamos a otro edificio de cinco pisos, prácticamente nuevo y vacío, solo se ven betas y alfas de guardias rondando.

No es un edificio tan lúgubre como el otro, se ve con más luz, es como si fuera un lugar al que no querrías salir.

Mis sentidos se han agudizado con el pasar de los días y llegando como a un vestíbulo, pude oler demasiado omega aquí.

– No creas que no pasé por alto tus celos ayer Alexander. – Siempre se me olvidaba que podía leer mi mente.

– N-no sé de qué hablas. – Hizo una sonrisa burlona, que me hizo sonrojar.

– Olía omega todos los días por venir aquí, trasladé a todos los del otro edificio para acá.

– ¿Nos mudaremos a este edificio? ¿Esa es la sorpresa? – Pregunté con una ligera sonrisa que parecía una mueca.

Tenía que mostrar cierta emoción, aunque no me gustara su trabajo.

– Algo así, ven.

Nos dirigió hasta una gran habitación de colores, todo estaba adornado para ser un cuarto de juegos para niños. Tenía manos pintadas por las paredes, así como árboles y aves.

– Ésta es para los niños de entre 3 y 12 años. – Estaba pasmado, seguía sin comprender pero me estaba gustando lo que veía.

Nos dirigió a otra habitación amplia, con mesas y pizarras, tenía grandes ventanales que daban a la calle, se podía apreciar el sol entrando, iluminando todo pacíficamente.

– Y ésta es la última que sé que te gustará más. – Por alguna razón me están dando ganas de llorar pero de felicidad, sin ninguna razón.

Hormonas.

Nos metió a una habitación el doble de grande que las otras, tenía unas 50 camas con cobijas de colores, las paredes estaban pintadas tiernamente con estrellas y soles, transmitiendo paz.

Tenía aire acondicionado, closets y ventanas grandes; podría ser fácil un hotel, podía sentir comodidad con solo ver.

En un extremo de la habitación, había una puerta que daba a unos baños para niñas, deduciéndolo por las paredes rosas y violetas con flores pintadas.

En el otro extremo estaban otros baños pero para niños, también deduciéndolo por las paredes azules y verdes, con balones y lo que parecían ninjas, pintados.

– Te explico rápidamente, creo que estás a punto de llorar y necesito que me entiendas cachorro.

Y sí, sentía mis ojos picar.

– Di-dime. – Sonreí esperando una hermosa explicación que llegó.

– Éste lugar será para los omegas y betas que podrán ser adoptados, tanto por familias que quieran hijos o por alfas que encuentren a su pareja y no puedan tenerlos. Trataré de comprar todos los niños de los calabazos y los traeré aquí, les curaremos y enseñaremos lo bueno que la vida puede ser, se divertirán en su estadía y serán vigilados en todo momento.

Mis lágrimas empezaron a descender.

– ¿Cuál es el pro-propósito? – Mi asombro estaba incrementando.

– Los ayudaré Alec, a todo omega o beta que vayan a esclavizar, no quiero dañar a más, no quiero dañarte a ti.

Instintivamente lo abracé con todas mis fuerzas, sin necesidad de aplastar a mi bebé.

– Gracias Magnus, gracias, gracias... Ha sido... La segunda mejor sorpresa. – Dije entre sollozos.

– ¿La segunda? – Preguntó con curiosidad.

– La primera fue saber que estaba embarazado de mi alfa. – Admití viéndolo directamente a los ojos.

Después de mostrarme su hermosa sonrisa, nos dimos un largo beso, aun llorando por lo maravillado que estaba.

– Oh, se me olvidada, la mayor sorpresa está afuera.

Si fuera lobo, sé que hubiera meneado su cola rápidamente como un lobezno a la hora de jugar.

Salimos al frente del edifico. Me señaló la parte de arriba del edificio, una gran carpa cubría la esquina de éste y con un chasquido de dedos que Magnus hizo, fue jalada lentamente hasta dejar ver lo que ocultaba.

Empresa Lightwood-Bane

Me quedé atónito, se atrevió a poner algo así. Era precioso ver nuestros apellidos ahí, juntos, brillando por el sol.

Magnus

Me gustaba ver a mi cachorro feliz pero me estaba preocupando verlo hecho estatua por varios minutos.

No paraba de ver su sorpresa en su mirada, sus lágrimas me gustaba verlas, eran de total estupefacción y felicidad.

– Vamos mi niño, necesito que hables y procura no desmayarte. – Dije burlonamente.

– Eres... Eres el mejor. – Me jaló hacia él, para darme castos besos por toda la cara, haciéndome reír por su ternura.

Había valido en definitivo, no verlo por una semana, el dolor fue grande pero el amor que sentía ahorita, lo era más.

Con más tranquilidad le expliqué a mi cachorro todo lo que conllevaba ésta empresa y el cómo hice todo esto, en una semana.

Me había costado trabajo hablar con muchos alfas necios que solo querían la esclavitud como una costumbre, pero había más mentes abiertas, que también querían un cambio.

Tres pisos eran iguales al primero que le enseñé a Alexander, el cuarto piso era un mini hospital y en el último, eran oficinas y otros cuartos donde iban a vivir Ragnor y Raphael con sus parejas, cuando quisieran.

No pude cambiar el hecho de venderlos, por mí los hubiera dado y ya, solo quería vigilar a los compradores, y eso sí lo iba a cumplir, ningún omega o beta iba a ser lastimado y usado como esclavo.

Tengo el permiso de poner un sensor para todo aquel que vaya a vender. Serían vigilados los primeros meses mediante el sensor.

Si éste se activaba en modo pánico en nuestro sistema, significaba que le estaban haciendo daño de alguna forma e inmediatamente sería recogido para traerlo de regreso.

Era más fácil si encontraran su pareja, serían vigilados pero aun así, sabemos que no podrían hacerles daño como un desconocido.

– Entonces, ¿qué pasará con el edifico Bane? – Preguntó mi cachorro tomándome de la mano.

– Será demolido y haremos nuestra casa ahí. – Me preocupaba el hecho de que varios iban a estar en desacuerdo de mi idea.

– Todo estará bien, siempre son más buenos que los malos. – Cierto, también lee mi mente. – Muchas gracias por esto Magnus, estaré a tu lado en todo momento... Te amo.

El brillo de sus ojos eran de puro amor y cariño.

– Siempre estaremos juntos mi cachorro... Te amo demasiado. – Dándole un casto pero apasionado beso, sellamos nuestra promesa.

Íbamos a cambiar ésta forma de vida, lo lograríamos estando juntos.



¿Les gustó la pequeña sorpresa? ^^ Jiji siguiente capítulo es el epílogo <3

Espero que les haya gustado el capítulo, gracias por sus votos y a las personas que siguen leyendo :))

NOTA: Publiqué lo que se podría decir que es la intro de una nueva historia llamada AGATHION.
Primer capítulo el martes ♡

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