-Mi Lobo-

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Curioso por saber si aquel joven atractivo era aquel pequeño castaño que se alejo de su lado, el lobo se acerco sigiloso a la entrada de la mansión.

La diosa luna se oculto tras las nubes oscureciendo todo a su paso y sin que se dieran cuenta entro a la mansión, sin ser visto por ninguno de los trabajadores siguió el delicioso aroma que aquel joven seguía desprendiendo, subió unas enormes escaleras que llevaban a lo que supuso eran... ¿Cómo les llamaban los humanos?, ¿eran cuartos o habitaciones? De cualquier forma, llego a la ultima habitación del largo pasillo, sin esfuerzo logro empujar aquella puerta con su hocico.

El dulce aroma que recordaba de aquel pequeño castaño inundaba aquel enorme lugar, la luna aun seguía oculta tras las nubes y le permitió esconderse en un rincón junto a la cama, después de quedarse acurrucado en ese sitio la luna volvió a mostrar su esplendor.

Con los sentidos al máximo, el curioso lobo esperaba la llegada de aquel joven. No supo en qué momento el sueño lo venció y se quedo dormido respirando tranquilamente aquel dulce aroma que envolvía sus sentidos.

Sin percatarse que en algún momento aquel chico castaño ingresaba a su habitación, asombrándose de ver a su viejo amigo acurrucado junto a su cama.

A los pocos segundos aquel castaño decidió que el lobo no le haría daño, si había entrado sin ser visto y sin dañar a nadie hasta su habitación, significaba que no iba a lastimarlo.

Una sonrisa se instalo en la cara del joven, sin hacer ruido para no despertar a aquel hermoso lobo se desvistió para enseguida ponerse su ropa de dormir, tardo unos segundos en decidir si lo despertaba para que se acurrucara en su cama o solo echarle una cobija encima.

Mientras pensaba, aquel lobo curioso porque el aroma se intensificaba abrió sus ojos encontrándose de frente a aquel joven de cabellos castaños, sus ojos miraban a la nada como si hablara con los dioses.

Se levanto sigiloso para quedar a la altura del castaño y suavemente lamia esos hermosos ojos que desde siempre lo habían cautivado, sorprendido por el suave toque el castaño despertó de sus pensamientos y con una sonrisa acaricio el suave y sedoso pelaje de aquel lobo.

El castaño se acomodo en la suave cama y con cuidado levanto las sabanas que protegían del poco frio, el lobo curioso por su acción ladeo la cabeza sin entender que era lo que aquel hermoso joven quería.

El castaño rio y el lobo quedo fascinado por la suave y armoniosa voz, sin decir más palabras el de cabello castaño palmeo la cama dando a entender que subiera, con esa simple acción el lobo entendió a lo que su castaño se refería y sin perder tiempo subió a ella.

Con su hocico logro quitar aquel estorbo que el joven castaño usaba en su cabeza y así logro posar su cabeza en sus patas delanteras, lamio dulcemente la mejilla del castaño y se quedo a su lado.

A la mañana siguiente el lobo despertó primero, observo el suave respirar del humano y sin quererlo se acerco a olfatear su dulce aroma, poso su nariz en el cuello níveo del joven causándole cosquillas.

Sorprendido por el sonido de aquel joven se alejo pensando que le había causado algún daño, el castaño al contrario se acerco a él y lo abrazo por el cuello, de la misma forma que cuando era un niño.

El castaño se alejo poco a poco de su amigo peludo, lo miro a los ojos mientras le acariciaba su oreja, el lobo se dejo hacer y sin tomar importancia de que se encontraba en un lugar extraño, con un joven que conoció siendo un niño y que no sabía si era peligroso, se acerco al joven para lamerle aquellos ojos que no había podido olvidar.

El lobo se exalto al ver que el joven se alejaba de él mientras susurraba algunas palabras que no comprendía, lo vio acercarse a una cajita pequeña pero que emanaba un brillo, el joven la abrió sacando algún objeto largo y de color plateado como el resplandor de la luna.

Curioso por lo que el castaño mantenía en sus manos, se levanto levemente de la cama para poder olfatear y mirar lo que traía el joven, pero este al ver sus intenciones le dio un leve golpecito en la nariz y le dijo que se quedara quieto.

El lobo se sentó en la cama esperando que aquel castaño le enseñara lo que guardaba en sus manos, el joven se acerco al cuello del lobo y poso un dije en forma de la letra "K", sin esperar respuesta el de ojos misteriosos abrazo de nueva cuenta al lobo, acercando su boca a la sensible oreja susurro un "Al fin he regresado y no me alejare de ti".

My lonely wolfWhere stories live. Discover now