El joven pelinegro observaba como el pequeño castaño daba vueltas a su alrededor, lanzando palabras obscenas contra esa chica que afirmaba seria la esposa del castaño.
El de ojos profundos, sentía una llama de fuego en todo su ser, imaginar a su niño con otra chica, dándose un abrazo, un beso y haciendo bebes; le molestaba.
No permitiría que le quitaran a su castaño, así que sin pensar en que no tenía ninguna experiencia y que no estuviera seguro de la reacción que obtendría de él. Sigiloso como su animal interno, se acercó al castaño, quien inmerso en sus pensamientos no se percató de la mirada depredadora que le daba el pelinegro.
Así que sin más, el joven lobo tomo al castaño de las mejillas y sin cerrar los ojos, junto sus labios con los del contrario, el silencio se hizo entre ambos y un sonrojo apareció en las mejillas de ambos. Sus labios quedaron pegados por otros segundos en los cuales solo se miraron a los ojos, aunque el castaño al saber que tenía los labios de aquel lobo que era su más preciado tesoro, lo tomo de la cintura con una mano, mientras que la otra tomaba fuertemente su nuca para empezar un beso arrebatador.
El pelinegro quedo sorprendido ante el agarre del castaño pero no hizo nada para separarse, al contrario se dejó guiar por el más joven, cerró sus ojos al sentir la lengua ajena invadir su boca.
Las manos del pelinegro viajaron de los hombros, recorriendo con suavidad por sobre la ropa la espalda del castaño, hasta agarrar con firmeza sus caderas demostrando una fuerza que no solía demostrar a menudo.
Mientras tanto, el beso los comenzaba a dejar sin aire y al separarse un instante para respirar, se dieron cuenta que estaban pegados uno del otro, no dejaban ni un mínimo espacio entre sus cuerpos, sus entrepiernas se rozaban entre sí, demostrando su excitación.
Se miraron a los ojos, sonrojados y con sus respiraciones, ambos sonrieron ante la escena. Un silencio cómodo se formó entre ellos aun abrazándose entre sí, la excitación seguía en sus cuerpos pero por alguna razón no sentían que fuera el momento apropiado para llegar a más que un beso.
Sin embargo el pelinegro dejo salir unas palabras que erizaron la piel del castaño.
"Eres mío, pequeño... no te dejare nunca".
Esas palabras lograron una gran sonrisa en el joven castaño, quien al escucharlas; se lanzó a los brazos del pelinegro besándolo de forma tierna, no quería separarse de él y además estaba feliz de escuchar esas palabras.
El pelinegro no podía dejar de abrazar a su pequeño humano, para él; era un chico hermoso, inteligente y frágil, creía que debía protegerlo de todo. Sobre todo de ciertas chiquillas estúpidas que se creían con el derecho de tomar algo que le pertenecía, sus manos se apretaron a la cadera del castaño, ejerciendo más fuerza de la que debía, un fuego se instaló en su pecho, algo en su interior le pedía que marcara su territorio, que marcara al castaño como suyo.
Sin pensar en sus acciones que sorprendieron al castaño, tomo al menor de la cadera y en un movimiento rápido lo dejo caer en la orilla de la cama, sobre sus manos y rodillas; se puso atrás suyo, acercando su miembro al trasero del castaño.
Se frotaba contra el con fuerza, el castaño solo podía jadear ante el sensual roce que ejercía su lobo, el pelinegro tomo al castaño de su cabellos con alfo de fuerza pero sin llegar a lastimarlo, ladeo su cabeza, dejando su cuello al descubierto y hundió sus colmillos.
Colmillos que no noto que sobresalían de su boca, el castaño se sumergió en un placer indescriptible que le hizo temblar las piernas, el joven humano mancho sus pantalones al lanzar su esencia sobre ellos.
El pelinegro noto lo que hacía hasta que el aroma de la dulce sangre del castaño le golpeo la conciencia, sus colmillos quedaron guardados y su boca tenia manchas rojizas.
Angustiado del daño que pudo infringirle a su castaño, trato de apartarse pero el castaño no se lo permitió, lo hizo acostarse a su lado y con una sonrisa beso sus labios.
Las siguientes palabras tranquilizaron al pelinegro... "Soy tuyo, siempre fui tuyo"
Y ante esas palabras ambos quedaron dormidos, con la determinación en cada uno.
Para el castaño, no iba permitir que decidieran sobre su vida, que jamás iba a alejarse de la persona que más amaba.
Para el pelinegro, estaba claro que desgarraría gargantas si alguna vez trataban de alejar a su pequeño de su lado.
Lamento la demora, en verdad espero que les guste este capo.
Gracias por leer!
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My lonely wolf
FanfictionUn lobo solitario protegido de los dioses... Un chico solitario a causa de una enfermedad... Un padre que daria lo que fuera por ver feliz a su hijo, el destino no es al azar. Tu mi querido Niño eres mi destino... Tu mi querido Lobo eres mi felic...