...Te contaré la historia desde el principio, lo que Tizano me contó a mí. - Dice Andy y toma aire...
Todo ocurrió hace 15 años, cuando yo aún era una chiquilla de 7 años. Yo volvía a casa acompañada de mi hermano tras otra tarde dedicada a la meteorología. Sí, soy meteoróloga, pero eso es otro tema. - ''Ahora entiendo este caos de objetos extraños'' pienso mientras hecho un vistazo rápido y disimulado a la habitación. - El caso es que ese día decidimos ir a dar una vuelta por el bosque ya que habíamos acabado nuestra sesión diaria de estudio antes de lo planeado. Una vez allí encontré a tu padre inconsciente en el mismo sitio que a ti, sobre la misma pasarela. Estaba en muy mal estado por lo que decidimos llevárnoslo a casa. No quería decir ni una sola palabra sobre lo ocurrido pero ningún adulto se resiste a unos buenos pucheros y finalmente nos contó todo lo que había ocurrido... - Se detuvo.
- ¿Andy? - Digo esperando que continúe. Ella traga saliva y sigue hablando.
- Bueno, principalmente nos habló de ti,Ariel. Naciste con un don especial. Puedes controlar un enorme poder, el de los anillos. Ese poder, TÚ poder, es tan grande que supones un gran problema para el Consejo, creen que tú puedes acabar con ellos, bueno, no lo creen, lo saben. Si ese ''don'' hubiera recaído sobre otra persona no habrían tenido problema alguno ya que podrían controlarlo y usarlos de alguna manera a su favor, yo que sé, secuestrándote y hacerse pasar por tu familia o algo así, pero... pero justo ese ''don'' fue ofrecido a la hija del brujo más famoso de estas tierras, ¡Tizano! ¿Sabes lo que es ser un brujo, no? - Asiento de nuevo. Había escuchado hablar de ellos en una de mis muchas "búsquedas de información". Resumiendo, los brujos son personas en contra del Consejo, reveldes. Que por cierto...
- Andy, ¿qué es el Consejo? - Digo sin pensármelo.
- ¿Estás de coña? - Niego con la cabeza. - Realmente parece que esté hablando con un troglodita. - Susurra por lo bajo. - A ver... es el... el máximo poder, quien se encarga de regir las leyes y de que la gente las cumpla, quien manda sobre todos nosotros. Es para quien trabajamos.
- Entiendo. - Miento. ¿''Es para quien trabajamos''? Me hubiera gustado preguntar, pero no quería desviarme aún más del tema o acabaría sin entender absolutamente nada.
- Bien. ¿De que estábamos hablando?
- ''Pero justo ese ''don'' fue ofrecido a la hija del brujo más famoso de estas tierras, ¡Tizano!'' - Digo imitándola con un tono burlesco.
- Ah, si, pues por esa razón se produjo un gran alboroto cuando naciste. Tu padre quería mantenerlo en secreto para que estuvieras a salvo, pero ya sabes como es la gente y no tardó mucho en llegar a oídos del Consejo. Entonces estos vieron como única opción exterminarte. Como nadie sabía el paradero exacto de los brujos, y menos de su jefe Tizano, decieron bombardear y así borrar del mapa tu tierra natal, Ámbar. Si se diera el caso de que tu padre residiera allí contigo mejor que mejor, matarían dos pájaros de un tiro, y si no el Consejo estaba seguro de que Tizano al escuchar la noticia volvería, y volvería contigo porque en esos momentos no podría fiarse de nadie para que te cuidara. - Andy se levanta y se dirige a la cocina, sin dejar de hablar. - Pero habían subestimado a tu padre y a la red de brujos que se extendía por todo el mundo. El se enteró rápidamente de lo que el Consejo tenía pensado hacer, o al menos en su mayoría. Pensó un plan y regresó a Ámbar... contigo, no tenía opción, ya sabes. - Andy egresa con dos tacitas con cafe y una caja de galletitas, y se acomoda en su sitio de nuevo. - El día que comenzó el borbandeo tu padre construyó la pasarela, la misma en la que te encontré. El la cruzó y aprovechó la confusión del momento y el polvo provocado por las bombas para camuflar la isla provisionalmente durante 5 segundos. Mover cada partícula de polvo con magia para lograr cubrir una isla entera... ¡cada vez que lo pienso me parece más increíble! Bueno, 5 segundos, tiempo suficiente para que consiguiera crear una barrera permanente que volviera invisible a su querida tierra, la barrera que yo misma destrocé, por cierto. Cuando el tiempo concluyó y el polvo se dispersó no quedo nada... nada a ojos de la gente del exterior. El Gobierno creyó que Ámbar había sido borrada del mapa, obviamente estaban equivocados. - Otra vez se hizo el silencio. - Mmm... y eso es todo. - Me mira extrañada, debe ser porque no respondo, o por como la estoy mirando, no tengo ni idea, ¡no tengo ni idea de nada! - ¿Ocurre algo?
- ¿Por qué haces esto? - Pregunto al fin. Ella sonríe.
- Yo... le debo una. - Suspira. - Mira, resumiendo, mi hermano empezó a enfermar justo cuando tu padre pisó esta casa. Al principio no encontré relación alguna pero cuanto más empeoraba mi hermano más miedo tenía y lo culpé. Hice con el justo lo que ahora todo el mundo hace conmigo, lo traté como si fuera la mala suerte personificada. No lograba encontrar la cura para la enfermedad así que un día, ya dominada por la impotencia eché a tu padre de esta casa a patadas, patadas y lloriqueos de una niña de 7 años, era la única solución que se me ocurría. Pero antes de que tu padre se marchara, él posó su mano sobre mi cabeza y me dijo: "Gracias por todo, la comida estaba deliciosa. Pero tengo una última cosa que pedirte, ¿podrías saludar a mi hija de mi parte?" Yo solo le cerré la puerta en las narices, con todas mis fuerzas. Y nunca más lo volví a ver.
- Pero... no lo entiendo. Según lo que acabas de decir tú no deberías hacer nada por mí. Me deberías odiar.
- Sh, déjame acabar. Ya viste como me trata la gente de la ciudad, ¿no? ¡Ah! Claro que lo viste, ¿crees que no me di cuenta? - Vaya, al parecer no fuera lo suficientemente disimulada con las raíces. - Gracias. - Ante estas palabras me sobresalto levemente. Cojo mi tacita de café y le doy un úlitmo sorbo.
- Nada. - Respondo cortante.
- Bueno, continuemos. Para ellos yo soy lo que era Tizano para mi, la mala suerte personificada, como ya dije. Nací con el poder del rayo, por lo que siempre que hago predicciones del tiempo suelen ser tormentas, es lo que antes, mejor y con más precisión hago. Obviamente también predizco otras cosas pero... pero lo mencionado anteriormente es lo único que la gente quiere escuchar, necesitan a alguien a quien culpar para calmar su miedo, y esa soy yo. Leí cosas sobre la enfermedad de mi hermano y descubrí muchas cosas, como que era producida por comer una balla venenosa. Por lo tanto acabé comprendiendo a tu padre, lo que sentía, eso es todo. Ahora solo intento enmendar mi error, ya sabes. - Yo asiento pero no digo nada, porque realmente no tengo nada que añadir. - Oye, esto comienza a ser incómodo, di algo. - Ríe Andy.
- Andy, tengo una última pregunta.
- Te escucho.
- ¿Por qué sonríes?
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Oráculo.
FantasyFelicidad, amistad, comprensión, amor, libertad… sentimientos totalmente desconocidos para Ariel. O lo eran hasta que la barrera que cercaba su mundo, Ámbar, se derrumba llevándose con ella esta vida llena de amargura y dejando paso a una nueva, don...