A la madre

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Phoenix daba brincos de un lado a otro mientras que su cabellera rubia volaba por los aires y sonreía con arrogancia, como una Malfoy.

Hoy era cumpleaños de su prima,  le había creado un poema a su madre y a Roxanne como regalo.

Llegó al gran salón con una gran sonrisa y corrió hacia sus primos y hermanos quienes tenían cara de pocos amigos.

-¡Adivinen! ¡Adivinen!- gritó la pequeña rubia con una sonrisa.

Estos le enarcaron una ceja a la chica y la observaron con aburrimiento.

-¿Que?- preguntó al final Scorpius con mala cara.

La rubia no entendía que pasaba. Todos se veían apáticos en ese dia.

-Parece que han tenido un mal dia- habló la rubia con malicia- Ya parecen Rox.

La pelinegra observo a Phoenix con mirada fria, esta ignoro su mirada con un sonrisa.

-¿Que nos ibas a decir?- preguntó Alex ignorando la mirada de su hermana.

-¡Hice un poema!- gritó la chica con alegria.

-Fantastico- murmuro Jean con aburriemiento observando su plato.

-¿Quieren oírlo?-  pregunto con una sonrisa.

-¡No!- gritaron todos.

Roxanne observó a su primos, se veían apáticos y hartos de ese dia, como ella estaba de tantos días.

-Yo quiero escucharlo- pidió la pelinegra y la rubia saltó emocionada.

Esta se aclaró la garganta y sonrió.

-¡A la madre!- habló Phoenix.

-¡No, no, no!- la interrumpió Dominika- Si vas  a estar de grosera mejor vete a otro lado.

-Es el título del poema- contestó Phoenix con los brazos cruzados.

-¡Uy perdón!-  habló Dominika alzando los brazos- Uno ya no puede correguir a nadie por que se molesta.

La rubia ignoro a la chica.

-¡A la madre!- recito- Hoy en tu día que me da mucha alegría, al tener una mamita tan bonita, quien me dedica su tiempo con mucha paciencia y pero a veces la hago perder la cabecita

La rubia sonrió y observó a los presentes quienes enarcaron una ceja.

-Eso no rima- habló Jean y fruncio el ceño.

-Tu vida tampoco y no te digo nada- contestó la pequeña rubia defendiendose

Jean se paró dispuesta a hacerle algo a la rubia pero James la tomo de los brazos tranquilizandola.

-Tengo otro poema ¿Quieren oírlo?-  pregunto con inocencia la niña.

Estos hicieron una mueca y negaron.

-Bien, escuchen- contestó la rubia y sonrio- madre querida madre adorada, te invito al cine y tu pagas la entrada

Todos se quedaron en silencio observando la rubia quién esperaba una respuesta.

-¿Y como lo hice?- pregunto Phoenix impaciente observadolos.

-Bien- contestó Lili con sequedad.

-Uy que seca estas- habló la rubia cruzada de brazos.

-No soy planta para secarme- contestó la pelirroja y fruncio el ceño.

- Eres un coda- habló Scorpius- ¿ Ni siquiera en el poema puedes invitarle la entrada al cine a mamá?

La rubia hizo una mueca y negó con aburricion.

-¿Hago otro poema?- preguntó la rubia con el ceño fruncido.

-No- la corto Albus- Mejor dilo de nuevo y te ayudamos a componerlo.

-Correccion- habló Jean- Albus te ayuda a componerlo por que yo no.

Phoenix rodo los ojos y observó al ojiazul.

-¡A la madre...!

-¡Phoenix Cassiopea Malfoy Granger!-gritó a lo lejos McGonagall mientras caminaba hacia la pequeña  rubia.

Esta bajo lentamente de la silla observó a la directora sin entender que hizo.

-¿Qué paso?- preguntó.

-¡Te he estado escuchado Phoenix!- habló la director con firmeza- Te la has pasado diciendo groserías todo el día.

-Pero maestra yo...

-Nada de peros Malfoy- la corto la directora, tomo la pequeña mano de la rubia- ¡Nos vamos a dirección!

-Pero...

-Sin peros señorita- arrastró a la rubia fuera del gran salón.

Antes de que Phoenix desapareciera por los pasillos se giro hacia sus primos quienes la observaban con una sonrisa.

 HP| Roxanne: Un dia malo muy malo⁴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora