Hermoso Caos ©

01| Intentando avanzar

RIDGE

Doy un paso más cerca. Ella se muestra receptiva ante mi cercanía, mientras sigo cada uno de sus movimientos corporales sin desconectar mi mirada de la suya. Alza la cabeza en un intento de encontrarse con mi rostro e inmediatamente se inclina hacia adelante, y yo hacia atrás.

Ella es quien busca tener el control, sobre mí y sobre mi cuerpo. Y la dejó porque es la que maneja todo en este espacio, cada movimiento y respiración compartida, pero aún así no implica que puede poseer lo que siento.

No hay nada, está vacío. Hace tanto tiempo que se siente de esa manera.

Hermético, frío y distante. Es como si cada una de mis emociones e incluso la intensidad de un contacto sublime se hubieran apagado. ¿Estaré roto? O solo es meramente una etapa, un duelo del cual aún no me he recuperado.

—No huyas más de mí —susurra a escasos centímetros de mi boca, es suave y casi inaudible—. Por favor, he estado esperando tanto tiempo para tener este momento contigo. He esperado por ti.

Su suave súplica está pintada de desesperación y un sentimiento más opaco que el amor, ¿acaso es dolor?

—No lo haré —digo firmemente. Trazó una corta carica sobre su labio inferior, mientras mis dedos se hunden bajo su mandíbula—. Puedes tomarme aquí y ahora, Emma. Soy solo tuyo.

Aprieta ligeramente sus labios entre sí y sus orbes oscuros brillan. No duda un segundo más, capturó mi boca en un ágil movimiento que me deja estoico. Sus brazos se enredan sobre mi cuello, su cuerpo reposa contra el mío y me dejo llevar por la cálida sensación del beso que me lleva a sujetarla de sus estrechas caderas. Abro la boca dejando que su lengua tome posesión de la mía, la desliza suavemente y ejerzo presión sobre el hueso de la cabrera cuando se torna un poco más intenso.

El eco de las palmas chocar rompe el bucle de cada una de las intenciones y decisiones puestas, pronto abro los ojos lentamente y depositó el cuerpo de mi compañera de reparto sobre el suelo. No puedo evitar fijarme en sus labios delgados pintados de un intenso color rojo rosado por el beso y lo nota porque termina sonriendo nerviosa, antes de alejarse de mí.

Aclaro mi garganta y me posiciono en mi primera postura, le dirijo una mirada expectante a nuestra directora de escena la profesora Dupont. Ella nos examina bajo esos gruesos lentes de montura con un gesto inexpresivo, finalmente, al cabo de un par de segundos se pone de pie para subirse al escenario. Mira detenidamente a mi compañera Stella, para después reparar en mí.

—Ha sido un buen trabajo, muchachos —dice, e inclina la cabeza para estudiarnos con detención. Su postura es rígida y desafiante.

—Pero...—incorporo.

—Pero no todo ha sido magnífico como me lo esperaba, señor Wittmore —completa mi suposición. Se cruza de brazos y toma su cuaderno, bajo los grandes focos noto un par de anotaciones en tinta azul—. Señorita Fisher, me ha gustado su dominio de la escena tanto que casi me creí que por un momento tenías el control sobre el señor Wittmore. Pero terminaste fallando miserablemente al último minuto.

—¿Qué quiere decir? —pregunta Stella con un hilo de cautela.

—El señor Wittmore pasó a tener el control una vez iniciaste el beso —le indica—. Ese sutil agarre de caderas que él dio rompió toda tu credulidad sobre la escena, pasaste a ser a la que poseían mientras él adquirió la posición autoritaria.

—Entendió, me equivoqué y no volverá a pasar.

—No es el hecho de su "equivocación". —La profesora Dupont enfatiza en la última palabra mientras dibuja comillas imaginarias sobre ella—. Sino, el hecho que dejaste que tu personaje se dejará llevar por los sentimientos que tiene por el personaje del señor Wittmore. Eso es lo que cualquier mujer enamorada haría, entregarse a ese sentimiento que la consume por su amante. Pero tú como futura actriz debes de saber manejar esos sentimientos para que tu personaje complete la dinámica con más eficiencia.