Hermoso Caos ©

06| Inesperado

RAIN

Your face is like a melody

I won't leave my head

Cierro los ojos y siento cada sentimiento pesado de mi cuerpo desvanecerse como vapor, escapando de mí con cada exhalación pesada. Todo el peso de la culpa y el resentimiento se desliza fuera de mí, liberándome con mi última exhalación.

Este era uno de los ejercicios que la Dra. Andrews, la psicóloga del campus, me había recomendado hacer cada vez que un brote de estrés o ansiedad me abordaba por completo. Era como si mis emociones se concentraran en una nube densa de pensamientos que me acosaban. Y todo se volvía tan pesado, tan oscuro que llegaba a un punto que me sentía terriblemente asfixiada.

Había querido escapar de todo ese pasado oscuro. Pero poco tiempo después entendí que no importaba cuanta distancia pusiera de por medio con todos los recuerdos tórridos de mi infancia y niñez, ellos siempre formarían parte de mí y mi mundo. Es por ello que al poco tiempo los use para formar un mural a mi alrededor para protegerme de personas como Mónica, que intentaran hacer el menor de sus daños con sus promesas vacías y miradas engañadoras.

Aunque nada me protegió de lo que fue el peor error de mi vida.

Me aferro a mi libro con fuerza sobre mi pecho, mientras dejo que la canción que estoy escuchando me envuelva por completo. Escuchar la suave y melancólica melodías de Lana del Rey me apartaban del mundo exterior; en ellas encuentro dolor, belleza y emoción. Una sensación que me trasporta por completo a otro lugar lejos de aquí, donde nadie me conoce a mí ni intenta rebuscar en mi pasado, mucho menos ir más allá de las cicatrices impresas en mi dócil piel.

El tornado de comentarios maliciosos, así como las miradas de malicia, deseo o, incluso aún peor, de pena no existen para mí.

Emito un nuevo suspiro que arrastra con el sentimiento viejo, encuadro mis hombros y mi largo cabello se balancea a lo largo de mi espalda mientras paso con la mira en lo alto al horizonte. Algunos se detienen a mirarme cuando subo los primeros escalones de mi residencia, Serenity Haven.

Ni siquiera logro cruzar el umbral de la puerta principal cuando siento los ojos oscuros de Patrick perforándome con intensidad.

—Taylor, ven aquí —hace un ademán autoritario.

No tengo otra salida. Me quito los audífonos mientras arrastro mis pies en dirección al mostrador.

—Ya van tres semanas de retraso con el mes de depósito —comienza a decir Patrick.

—Lo sé, siento mucho la tardanza —respondo—. Aún no me han depositado lo de mi trabajo, así que solo te pido un par de días para reunir el pago.

—Llevas diciendo eso desde principio de mes —responde, exasperado mientras masajea sus sienes—. Mirá, sé que es una situación complicada para alguien de tu... situación.

¿Alguien de mi situación? Haré de cuenta que no intentó llamarme "pordiosera" de la manera más sutil.

—Pero haremos un trato —acepta sereno—. Te daré hasta final de la semana para que completes el pago.

—Eso está bien —acepto, sintiendo un peso desvanecerse—. Apenas tenga el dinero, lo depósito.

—Lo sé. Eres una buena chica, Taylor —asiente Patrick con una mueca afable—. Y es por eso que no me gustaría quitarte tu lugar. Es muy difícil rentar hoy en día un piso en la ciudad.

—Eso he tenido en cuenta —admito, con un medio suspiro escapando de mis labios—. Y es por eso que agradezco mucho esta ayuda.

Patrick asiente con los brazos cruzados sobre el pecho.